La lluvia y el frío hunden a atletas africanos y consagran a Kawauchi y Linden en la Maratón de Boston

Por EFE
16 de abril de 2018 4:46 PM Actualizado: 16 de abril de 2018 11:28 PM

Los ya históricos triunfos del japonés Yuki Kawauchi y la estadounidense Desiree Linden en la 122 edición del Maratón de Boston tuvo también como protagonista a las malas condiciones climatológicas, que causaron el hundimiento de los atletas africanos en el último tramo de la carrera.

La lluvia, el viento y temperaturas inferiores a los tres grados centígrados hicieron que el campeón defensor, el keniano Geoffrey Kirui, que llegó a tener hasta un minuto y medio de ventaja, no pudiese aguantar el ritmo de Kawauchi en los últimos kilómetros y tuviera que conformarse con el segundo puesto.

Como se esperaba, la combinación del frío, el viento y la lluvia –los tres peores elementos que pueden darse en una carrera de maratón– se combinaron al máximo durante el recorrido de los 42,164 kilómetros (26,2 millas), que acabaron con la resistencia física de los favoritos a conseguir la victoria: los kenianos y los etíopes.

Las malas condiciones climatológicas hicieron que Kirui, que había dominado la mayoría de la carrera, a partir de los 30 kilómetros comenzara a perder terreno con relación a Kawauchi, que se sintió a gusto durante toda la carrera.

Lo mismo sucedió con los estadounidenses Shadrack Biwott y Tyler Pennel, que acabaron tercero y cuarto, respectivamente, y que quizá con un kilómetro más de carrera también hubiesen superado a Kirui.

Asimismo hubo un gran derrotado en el atletismo estadounidense con Galen Rupp, subcampeón el año pasado, pero que esta vez se vio afectado por las condiciones climatológicas y, aunque se cubrió con todo lo que pudo, al final sucumbió al frío, el viento y la lluvia.

De acuerdo a los organizadores, la temperatura inferior a los tres grados centígrados que se registró en el área de Boston cuando se inició la carrera fue la más baja en los recientes 30 años.

Kawauchi, primer japonés en ganar el Maratón de Boston en 31 años, reconoció que las condiciones climatológicas habían sido las «mejores» para que pudiese conseguir la victoria, que además del trofeo y el título le dejó un premio en metálico de 150.000 dólares, el mismo que recibió Linden.

Por su parte, Kirui reconoció que el frío y la lluvia le generó mayor desgaste porque no le permitieron avanzar lo normal y eso al final fue lo que le impidió que pudiese mantener la ventaja y conseguir la victoria, para llevarse un premio de 75.000 dólares.

La misma historia se dio en la competición femenina con la etíope Mamitu Daska, ganadora de los maratones de Dubai y Houston, que se mantuvo líder la mayor parte de la carrera hasta que en los últimos kilómetros fue superada inicialmente por la keniana Gladys Chesire, que al final tampoco pudo aguantar el ritmo de Linden.

Todas las corredoras africanas se fueron quedando rezagadas, incluida la campeona defensora, la keniana Edna Kiplagat, que se descolgó del grupo de cabeza y acabó octava.

Delante, la representación del atletismo estadounidense femenino colocó a cinco corredoras entre las seis primeras, mientras la canadiense Krista Duchene fue tercera.

Linden, de 34 años, que había quedado segunda en la carrera del 2011, por apenas dos segundos, vio cumplido el sueño de cruzar en primer lugar la meta y ser la primera estadounidense que ganaba la prueba en 33 años, después de que en 1985 lo hiciera Lisa Larsen Rainsberger, que entonces competía con el nombre de Lisa Larsen Weidenbach.

Luego llegaría su compatriota Sarah Sellers, en la primera vez desde 1979 que el atletismo estadounidense tiene de nuevo a la campeona y la subcampeona en el maratón de Boston.

Duchene, que fue tercera, impidió que todo el podio fuese para las corredoras locales después que Rachel Hyland fue cuarta, Nicole Demurcio, quinta, y Shalane Flanagan, sexta.

Quienes no se vieron afectados por las condiciones climatológicas fueron el suizo Marcel Eric Hug, de 31 años, que ganó su cuarto título consecutivo en la prueba de silla de ruedas de hombres, y aunque tuvo que recibir asistencia médica al concluir la prueba se llevó un premio de 20.000 dólares.

En damas, la estadounidense Tatyana McFadden también hizo buenos los pronósticos en la prueba femenina y logró su quinto título consecutivo en Boston, el vigésimo segundo en Mayores, por lo que recibió el mismo premio en metálico que Hug.

Pese a las pobres condiciones climatológicas, los organizadores informaron que hubo una participación oficial de 29.960 atletas, que incluyó corredores de 50 estados de la Unión, con 4.921 del de Massachusetts, y representación de 109 países.

Una vez más, la organización y la seguridad fueron impecables, mientras que también hubo el tradicional recuerdo en memoria de las tres personas que fallecieron y las 260 que resultaron heridas como consecuencia del atentado terrorista que se dio en la edición del 2013.

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