La Marina de EE. UU. publicó el 19 de septiembre un nuevo documento estratégico enfocado en contrarrestar la agresión comunista de China en el Indo-Pacífico.
Este documento instruye a la Marina a desarrollar “preparativos para la posibilidad de una guerra con la República Popular China para 2027,” señalando los preparativos de China para una posible invasión de Taiwán ese mismo año.
“El documento, titulado ‘Plan de Navegación para la Marina de Guerra de América’, afirma que la Marina reconoce de manera enfática la necesidad de una fuerza más grande y letal”.
“Para 2027, la Marina estará más preparada para el combate sostenido como parte de una fuerza conjunta y combinada, priorizando a la República Popular China como el desafío principal y enfocándose en habilitar el ecosistema conjunto de combate”.
El Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna China como un estado de partido único, afirma que Taiwán es parte de su territorio que debe unirse al continente por cualquier medio necesario.
Sin embargo, Taiwán se autogobierna bajo un gobierno elegido democráticamente y nunca ha sido controlado por el PCCh.
No obstante, el líder del PCCh, Xi Jinping, ordenó al ala militar del régimen comunista que se prepare para la guerra y desarrolle las capacidades necesarias para invadir Taiwán.
Desde entonces, el régimen emprendió una ofensiva de construcción naval que ha durado más de una década, ampliando masivamente su flota, capacidades de drones y arsenal nuclear.
Lo más importante es que, para un escenario de invasión de Taiwán, también lanzó sus propios portaaviones y destructores avanzados.
Eso representa un problema para los Estados Unidos, ya que la Marina de EE. UU. tiene una flota de barcos considerablemente menor que la de China y debe distribuirlos más ampliamente para mantener su presencia militar global.
Mientras tanto, China puede posicionar la gran mayoría de sus unidades navales y de guardacostas cerca de casa, donde pueden recibir apoyo de unidades terrestres y donde es más fácil mantener sus líneas de suministro.
Un informe del Congreso publicado en julio encontró que “las fuerzas armadas de EE. UU. carecen tanto de las habilidades como de los recursos necesarios para estar seguros de que pueden disuadir y prevalecer en combate” contra China.
El informe de julio también indicó que es probable que China incremente su comportamiento hostil en los próximos años para “normalizar comportamientos ilegales” alrededor de Taiwán mientras busca aprovechar la falta de capacidad de Estados Unidos para disuadir el conflicto.
Por lo tanto, la realización del Proyecto 33 es clave para los objetivos del nuevo documento de la Marina, una iniciativa naval que busca preparar a la fuerza eliminando retrasos en el mantenimiento, aumentando el uso de sistemas autónomos y robóticos, y aumentando el reclutamiento naval, entre otras cosas.
“No podemos manifestar una Marina tradicional más grande en pocos años, ni dependeremos de la cantidad sin las capacidades adecuadas para ganar el concurso de control marítimo”, señala el documento.
“Los desafíos operativos a corto plazo exigen que integremos capacidades robóticas y autónomas probadas lo antes posible”.
“Debemos hacerlo con un enfoque en cómo utilizaremos estos sistemas en la guerra. Para 2027, integraremos sistemas robóticos y autónomos probados para uso rutinario por los comandantes que los emplearán”.
Escalar el despliegue de sistemas autónomos es solo parte del rompecabezas, y el documento subraya que la sombría posición de Estados Unidos en el Indo-Pacífico “va mucho más allá del tamaño de la flota de la Armada del Ejército Popular de Liberación [PLA].”
El documento señala que las fuerzas conjuntas de China se están desarrollando en una fuerza de combate integrada “específicamente diseñada para derrotar a la nuestra” y están respaldadas por la inmensa base industrial de China.
El documento también llama a la Marina a trabajar con el Congreso para asegurar cadenas de suministro críticas y establece una visión en la que todas las sedes de la flota en el servicio contarán con sus propios centros de operaciones marítimas.
El objetivo de esta última directiva es asegurar que la Marina de EE. UU. pueda continuar manteniendo la superioridad en mando y control, inteligencia militar y maniobras, incluso frente a un adversario numéricamente superior en una vasta y distribuida región.
“Debemos cumplir todos los objetivos de este Plan de Navegación para dotar a las personas y capacidades necesarias para luchar y ganar hoy, en 2027 y más allá”, afirma el documento.
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