Los agentes de la policía del Estado de Oregon (OSP) han abandonado Portland a pesar de que la violencia no ha cesado en la ciudad más grande del Estado.
Las tropas estaban ayudando a sofocar los disturbios que han afectado a partes de la ciudad desde el 28 de mayo.
El capitán Timothy Fox, portavoz de la policía estatal, dijo a The Epoch Times que la decisión se debió a que el fiscal de Distrito que supervisa Portland decidió no presentar cargos criminales.
«La Policía Estatal de Oregón está continuamente reevaluando nuestros recursos y las necesidades de nuestras agencias asociadas y, en este momento, nos inclinamos a trasladar esos recursos de vuelta a los condados donde la persecución de la conducta criminal sigue siendo una prioridad», dijo Fox en una declaración por correo electrónico a última hora del jueves.
La policía estatal también ha cumplido su compromiso de un período de dos semanas que terminó el 12 de agosto, añadió.
«Los policías regresan a las comunidades a las que están asignados para servir y proteger. Evaluaremos continuamente nuestros recursos si nuestros socios en la PPB necesitan la ayuda de la OSP», dijo.
La Oficina de Policía de Portland, o PPB, ha luchado para hacer frente al tumulto que ha consumido a la ciudad casi todas las noches en los últimos dos meses y medio. Los alborotadores, algunos vinculados a la red de extrema izquierda Antifa, han atacado repetidamente edificios y a policías de la ciudad, del condado y del gobierno federal mientras piden que se desaloje a la policía.
La administración del presidente Donald Trump envió agentes federales a Portland el 4 de julio para custodiar un juzgado federal que los agentes locales no protegían. Los enfrentamientos entre los agentes y los alborotadores atrajeron la atención mundial.
La gobernadora de Oregon, Kate Brown (D), llegó a un acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) el 29 de julio mediante el cual los funcionarios estatales intervendrían y ayudarían a las fuerzas de seguridad federales y municipales a responder a los disturbios y las manifestaciones violentas. Desde entonces, se ha visto a las tropas durante la mayoría de las noches ayudando a controlar las multitudes.
La oficina de Brown y el DHS no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Los alborotadores se desplazaron a las zonas periféricas de la ciudad en las últimas semanas, teniendo como objetivo un edificio del condado en el este de Portland y una comisaría de policía en el norte de Portland. El miércoles por la noche, volvieron al juzgado federal Mark O. Hatfield y al cercano Centro de Justicia, un edificio del condado.
La Oficina de Policía de Portland declaró un motín debido a la actividad criminal y dispersó a la multitud con gas lacrimógeno y municiones antidisturbios.
Schmidt, el fiscal de Distrito, dijo a los periodistas el martes que su oficina no procesaría los cargos de varios casos, incluyendo alteración del orden público, allanamiento de morada y disturbios.
Algunas de las violaciones de la ley que han tenido lugar durante los disturbios «son inaceptables bajo cualquier estándar, lo cual ha provocado violencia física, lesiones y cosas peores», dijo el recién elegido fiscal de Distrito, que se presenta como un candidato progresista.
«Otras representan las reacciones instintivas de personas que han sido gaseadas repetidamente, que han sido golpeadas con armas de proyectiles cinéticos, y que han visto cómo se detenía a otros manifestantes de una manera que desaprueban profundamente», añadió.
El jefe de la Policía de Portland, Chuck Lovell, dijo en una declaración como respuesta que los agentes solo están arrestando a los que están cometiendo delitos.
«Los arrestos que realizamos a menudo se producen después de horas de daños a la propiedad privada, interrupción del tránsito público y del tráfico en las calles públicas, robos en pequeños negocios, incendios, robos con allanamiento de morada, ataques a miembros de la comunidad y ataques a los agentes de policía», dijo en un comunicado.
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