La respuesta incoherente de América Latina ante la variante ómicron

Por Autumn Spredemann
18 de enero de 2022 9:39 PM Actualizado: 18 de enero de 2022 9:39 PM

SANTA CRUZ, Bolivia–La respuesta de América Latina frente a la variante ómicron del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) ha sido impredecible desde el diagnóstico del primer caso en São Paulo el 23 de noviembre de 2021.

Las medidas preventivas de los gobiernos van desde el endurecimiento de los requisitos fronterizos y de entrada, hasta las órdenes de vacunas y conversaciones sobre confinamientos, hasta esfuerzos completamente indiferentes y la eliminación total de las restricciones de entrada.

El virus que causa la COVID-19 habría matado a 1.57 millones de personas en América Latina y el Caribe.

Dejando a un lado la cifra de casos y la variante más reciente, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en eliminar todos sus requisitos de entrada relacionados con el virus, el 17 de noviembre de 2021. El 3 de enero, la administración del presidente Nayib Bukele anunció preparativos ante cualquier repunte en los casos del virus del PCCh mientras afirmaba que el “robusto sistema de salud pública” de la nación tenía muchos suministros médicos y camas de hospital.

Las autoridades también dijeron que tenían suficientes dosis de vacunas para inmunizar a toda la población.

El nuevo presidente de Salvador, Nayib Bukele, saluda durante su ceremonia de toma de posesión en la Plaza Gerardo Barrios frente al Palacio Nacional en el centro de San Salvador, el 1 de junio de 2019. (OSCAR RIVERA/AFP a través de Getty Images)

El ministro de Salud, Francisco Alabi, dijo que el país está preparado para reaccionar de la mejor manera en la atención al paciente y el control del virus.

Siguiendo una respuesta similar, México anunció la eliminación de todos los requisitos de entrada relacionados con el virus del PCCh a partir del 1 de enero. Antes del nuevo año, los viajeros tenían que completar un cuestionario de salud online antes de pasar por inmigración.

Mientras tanto, la nación lucha por controlar un aumento en los casos de virus, que alcanzó su punto máximo el 3 de enero.

México, que se convirtió en el segundo país en eliminar todos los requisitos de entrada del virus del PCCh, utiliza un sistema de cuatro colores que alerta a los residentes sobre las restricciones, con el rojo designado como el nivel más alto de control y en donde solo se permiten actividades esenciales. Hasta el 17 de enero, ninguno de los 32 estados del país operaba bajo restricciones de nivel rojo.

El viceministro de Salud de Paraguay, Hernán Martínez, dijo que las medidas de confinamiento no volverán al país, a pesar de la llegada de la ómicron a sus fronteras el 28 de diciembre de 2021. Martínez dice que no espera que la nueva ola de infección sea tan intensa como las anteriores, incluyendo menos hospitalizaciones y muertes.

“Bajo ningún sentido vamos a volver a restricciones ni nada por el estilo. Ya pasó el momento”, dijo.

Sin embargo, los requisitos para los extranjeros que deseen ingresar a Paraguay cambiaron el 10 de enero.

Ahora se requiere una prueba de PCR negativa que no tenga más de 72 horas, a menos que los viajeros provengan de una nación del bloque comercial Mercosur.

También se requiere prueba de vacunación de todos los que ingresan, a menos que lleguen de una ciudad fronteriza.

Un trabajador sanitario prepara una dosis de la vacuna Sinovac-CoronaVac contra el COVID-19 en un centro de vacunación en Santiago, Chile, el 23 de diciembre de 2021. (Javier Torres/AFP vía Getty Images)

El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, declaró el 10 de enero que su administración no tenía intención de volver a cerrar las fronteras del país, a pesar del número récord de casos del virus del PCCh publicado ese día por la Organización Mundial de la Salud.

Lacalle sostiene que “la gran defensa” de Uruguay radica en su alta tasa de vacunación contra el virus; más del 77 por ciento están completamente vacunados.

El ministro de Salud Pública de Uruguay, Daniel Salinas, dijo que es importante recibir la tercera dosis para prevenir casos graves de la enfermedad y agregó que casi el 43 por ciento de la población ya recibió la primera inoculación de «dosis de refuerzo».

Salinos dijo que existe un desacople entre el aumento de casos y el número de ingresos a centros de terapia intensiva (CTI) y de fallecimientos. En ese sentido, dijo que debe haber un “control funcional” de la pandemia.

En el otro extremo del espectro de respuesta están países como Brasil, que no solo hizo obligatoria la prueba de vacunación contra el virus para ingresar al país, sino que también se requiere para ingresar a recintos cerrados en 19 estados.

Las autoridades brasileñas cancelaron las fiestas del Carnaval en 18 de las 27 capitales estatales, incluida Río de Janeiro, según anunció el alcalde Eduardo Paes el 4 de enero.

Además, se requiere una prueba de PCR negativa para ingresar a Brasil.

Una decisión de la Corte Suprema el 20 de diciembre para hacer cumplir un mandato de vacunación contrastó fuertemente con el ferviente apoyo del presidente Jair Bolsonaro a la libertad médica.

En Bolivia, el gobierno del presidente socialista Luis Arce intentó imponer pruebas de vacunación a todos los residentes y visitantes que llegaban a partir del 1 de enero.

El mandato exigía prueba de vacunación para ingresar a cualquier área pública o lugar de comercio, lo que desencadenó rápidamente protestas a nivel nacional y demandas presentadas contra el gobierno en la corte constitucional de la nación.

El gobierno de Arce suspendió la medida hasta fines de enero, pendiente de revisión, en medio de un considerable malestar social y presión legal.

Mientras tanto, Chile impuso nuevamente requisitos de entrada estrictos a la frontera el 29 de noviembre debido a la variante ómicron.

La nación, que tiene las tasas de vacunación más altas de América Latina, también comenzó a administrar una segunda dosis de refuerzo este mes.

Quienes deseen ingresar a Chile deben tener constancia de su vacunación registrada por el gobierno de la nación y obtener un “pase de movilidad”.

Luego de obtener el pase, los viajeros también deben presentar una prueba de PCR negativa antes de la llegada, y luego someterse a una segunda prueba de PCR tras la llegada y permanecer en cuarentena hasta que los resultados de la prueba estén disponibles.

Además, en Chile está permitiendo el ingreso de personas solo a través de los aeropuertos de las ciudades de Iquique, Antofagasta, Santiago, y Punta Arenas.


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