La verdadera historia detrás de la censura del FBI a la laptop de Hunter Biden

Comentario

Ahora sabemos con certeza que el FBI trabajó activamente para alterar el resultado de unas elecciones presidenciales en Estados Unidos.

A medida que se van digiriendo las ramificaciones más amplias de sus acciones, surgen algunas preguntas adicionales. ¿Cómo sabía el FBI que el New York Post iba a publicar un artículo sobre la laptop? ¿El encubrimiento del FBI sobre la laptop de Hunter Biden también estaba relacionado con el primer juicio de impeachment del presidente Donald Trump? Y ¿por qué el FBI tenía una oficina física ubicada dentro de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania desde junio de 2016?

Y finalmente la gran pregunta: ¿La posterior investigación del FBI sobre Hunter Biden fue en realidad diseñada para protegerlo a él y a su padre, el presidente Joe Biden —y, quizás más importante, para proteger al FBI?

En una carta al inspector general Michael Horowitz, el senador Ron Johnson reveló recientemente que los denunciantes lo alertaron de que «los funcionarios del FBI socavaron intencionadamente los esfuerzos para investigar a Hunter Biden».

Johnson señaló que, después de que el FBI obtuviera la laptop de Hunter Biden, «la dirección local del FBI dijo a los empleados: ‘no revisarán esa laptop de Hunter Biden'».

¿La supuesta razón dada para esta inacción? El FBI «no iba a cambiar el resultado de las elecciones de nuevo», lo cual es ciertamente una lógica extraña, porque al decidir no investigar la laptop de Hunter Biden, el FBI tuvo, de hecho, un impacto directo en el resultado de unas elecciones.

Pero como sabemos ahora, la verdad es mucho peor de lo que indica la carta de Johnson. Durante una entrevista con Joe Rogan, el cofundador y director ejecutivo de Meta Platforms, Mark Zuckerberg, admitió casualmente que el FBI se puso en contacto con Facebook —justo antes de que el New York Post publicara su historia sobre la laptop de Hunter— para advertirle de un posible vertido de desinformación rusa.

Hay que tener en cuenta que la historia del New York Post se publicó en octubre de 2020. El FBI tenía la laptop de Hunter Biden desde al menos diciembre de 2019 —casi once meses completos— y probablemente habían visto los datos de la computadora varios meses antes cuando fueron contactados en julio de 2019 por la tienda de informática que primero la tenía. El FBI sabía a ciencia cierta que la laptop era real.

Estas revelaciones llegan tras una multitud de acusaciones formuladas por el senador Chuck Grassley (R-Iowa), incluyendo que «los funcionarios del FBI trataron de presentar falsamente como pruebas de desinformación … que proporcionaron al FBI información despectiva relacionada con las actividades financieras y de negocios en el extranjero de Hunter Biden, a pesar de que parte de esa información ya había sido o podía ser verificada».

Grassley también reveló «la manipulación por parte de altos funcionarios del FBI y del Departamento de Justicia en investigaciones políticamente sensibles [incluyendo] indagaciones electorales y de financiación de campañas a lo largo de múltiples ciclos electorales». Para empeorar las cosas, en agosto de 2020, el FBI se esforzó por calificar una investigación de Grassley y Johnson como «promoción de la desinformación rusa».

En respuesta a la admisión de Zuckerberg, el FBI emitió más tarde lo que fue esencialmente una declaración de negación sin negación, diciendo que «solo pueden alertar a una entidad privada de una amenaza potencial, no exigirle que tome medidas». La elección de Facebook por parte del FBI quizás no sea tan sorprendente dado que Zuckerberg había dado más de 400 millones de dólares para influir en las elecciones de 2020 a favor de Biden.

Nótese que el FBI utiliza la palabra «amenaza» para describir el portátil de Hunter Biden —que el FBI había retenido durante 11 meses— y sabía con certeza que era real. La única «amenaza» que suponía la laptop era para la candidatura de Joe Biden a la presidencia, ya que contenía correos electrónicos que confirmaban que había cerrado la investigación sobre la empresa energética ucraniana Burisma.

El abogado de Trump, Rudy Giuliani, había liderado la investigación sobre la laptop. Cabe destacar que Giuliani también ha sido objeto de una investigación federal que podría haber comenzado en 2018.

Además, varias personas con las que trabajaba Giuliani han sido blanco del Departamento del Tesoro. Sabemos que Giuliani había estado investigando la corrupción ucraniana y la interferencia en nuestras elecciones. También sabemos que Giuliani tenía los datos de la laptop desde al menos agosto de 2020 —el mismo tiempo en el que el FBI trató de desacreditar la investigación de Grassley— y que Giuliani estaba proporcionando información al respecto al New York Post.

Giuliani sabía sobre la laptop más de un año antes, a julio de 2019, y es probable que viera gran parte del contenido antes de obtener una copia completa.

Julio de 2019 es el mismo momento exacto en el que el FBI tuvo supo de la computadora. En particular, el 25 de julio de 2019 marcó la fecha de la llamada telefónica de Trump con el nuevo presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Fue durante esta llamada que Trump le dijo a Zelenski que le gustaría que hablara con Giuliani y con el fiscal general Bill Barr, diciendo «le pediré que te llame junto con el fiscal general. Rudy sabe muy bien lo que está pasando y es un tipo muy capaz».

Fue esta llamada telefónica la que allanó el camino para el impeachment de Trump en 2019, y ahora parece que el encubrimiento del FBI sobre la laptop de Hunter Biden también influyó directamente en las audiencias de impeachment de Trump.

Trump fue sometido a un impeachment por la Cámara controlada por los demócratas el 18 de diciembre de 2019. Más tarde, el Senado consideró que Trump era inocente de los cargos y se negó a condenarlo. Una de las principales acusaciones formuladas por la izquierda fue que Trump «solicitó corruptamente al gobierno de Ucrania que anunciara públicamente investigaciones sobre» Joe Biden para crear narrativas falsas y perjudiciales.

Una revisión de la transcripción telefónica real muestra una historia algo diferente.

La conexión con Ucrania

Trump le dijo a Zelenski que «se habla mucho del hijo de Biden, que Biden detuvo el procesamiento» del dueño de Burisma, Nikolay Zlochevsky, «y mucha gente quiere averiguar eso, así que cualquier cosa que puedas hacer con el fiscal general sería genial».

Las afirmaciones de Trump eran objetivamente correctas. Como vicepresidente, Biden exigió la destitución del fiscal ucraniano Victor Shokin por parte de Petro Poroshenko, que en ese momento era el presidente de Ucrania. Y los detalles detrás de la demanda de Biden residían en la laptop del menor de los Biden. Joe Biden se jactó célebremente de este incidente en una conferencia a la que asistió en 2019, diciendo a los participantes de la conferencia que le dijo a Poroshenko «Petro, no vas a recibir tus mil millones de dólares. Está bien, puedes quedarte con el fiscal general. Solo entiende: no vamos a pagar si lo haces».

Biden omitió algunos datos de la historia que relató en 2019. Shokin había estado investigando a Burisma, donde Hunter Biden era miembro de la junta directiva. Shokin había sido traído de vuelta de su retiro para limpiar la corrupción en la oficina del fiscal de Ucrania y parecía sobresalir en este nuevo papel.

Victoria Nuland, la entonces secretaria de Estado adjunta del presidente Barack Obama, escribió personalmente a Shokin en junio de 2015, diciéndole: «Nos ha impresionado la ambiciosa agenda de reformas y anticorrupción de su gobierno.» Nuland, que ahora es subsecretaria de Estado de Biden, también dijo que la reforma en curso de Shokin le permitía «investigar y procesar la corrupción y otros delitos de manera eficaz, justa y transparente».

La carta de Nuland nunca fue mostrada en el impeachment de Trump en 2020, ni fue entregada al equipo de defensa de Trump. Tampoco lo fue el correo electrónico condenatorio del 2 de noviembre de 2015 en la computadora de Hunter Biden del jefe de la junta directiva de Burisma, Vadym Pozharskyi. Ese correo electrónico, que tampoco se mostró durante el impeachment de Trump, encargaba a Hunter Biden que produjera «resultados», afirmando que el «propósito final» era «cerrar cualquier caso o procesamiento» contra el propietario de Burisma, Zlochevsky, en Ucrania.

El objetivo de Pozharskyi era Shokin, que había reabierto una investigación sobre Zlochevsky que había sido cerrada por su predecesor a finales de 2014 después de que el propietario de Burisma presuntamente hubiera pagado un soborno de 7 millones de dólares a la fiscalía ucraniana.

El mismo día que Pozharskyi envió un correo electrónico a Hunter Biden sobre el cierre de la investigación sobre Zlochevsky, el menor de los Biden se puso en contacto con Amos Hochstein, enviado especial de Obama y coordinador de asuntos energéticos internacionales.

Hunter Biden se reunió entonces con Hochstein en persona cuatro días después, el 6 de noviembre de 2015. El momento en que Hunter Biden se reunió con Hochstein, a las pocas horas de recibir las instrucciones de Pozharskyi, es notable. Hochstein dijo más tarde a los investigadores del Congreso que Hunter Biden «quería conocer mis opiniones sobre Burisma y Zlochevsky». Nuland dijo más tarde a los investigadores del Congreso que Hochstein transmitió personalmente sus preocupaciones sobre el papel de Hunter Biden en Burisma al entonces vicepresidente Joe Biden durante un vuelo a Ucrania el 7 de diciembre de 2015.

A principios de ese año, Pozharskyi había «pasado algún tiempo» con Joe Biden en Washington en una reunión que había sido mediada por Hunter Biden. Ahora, Pozharskyi parecía estar aprovechando no solo a Hunter Biden, sino su reunión con Joe Biden. Menos de tres semanas después de que Hunter Biden recibiera el correo electrónico de Pozharskyi, Joe Biden emitió su primera demanda para que Shokin fuera destituido.

Después de que Poroshenko no cumpliera con las demandas, Biden aprovechó esos mil millones de dólares en garantías de préstamos de los contribuyentes estadounidenses para forzar la destitución de Shokin. Shokin fue finalmente destituido en marzo de 2016. Para cuando Joe Biden dejó su cargo en enero de 2017, todas las investigaciones sobre Burma se habían cerrado.

En el momento en que se pagó el presunto soborno en 2014 al predecesor de Shokin, Vitaly Yarema, Hunter Biden no solo era miembro de la junta directiva de Burisma, sino que era el jefe de la unidad jurídica de Burisma. Un correo electrónico de 2016 recientemente publicado por el funcionario del Departamento de Estado George Kent afirma que Burisma había pagado el soborno de 7 millones de dólares para poner fin a la investigación inicial de corrupción de 2014.

Esa investigación había llegado hasta Londres, donde los tribunales del Reino Unido habían congelado 23 millones de dólares en activos de Birmania. Tras el pago del soborno, el fiscal ucraniano escribió repentinamente al tribunal de Londres para decir que el asunto estaba cerrado. Los 23 millones de dólares congelados en activos fueron entonces liberados al propietario de Burisma, Nikolay Zlochevsky. Kent testificaría más tarde en las audiencias del impeachment de Trump. Pero curiosamente, Kent nunca mencionó la información explosiva de su correo electrónico durante el impeachment de Trump.

También hay otro elemento en esta historia. En octubre de 2014, Ucrania creó la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) en respuesta a la presión del Fondo Monetario Internacional y la ayuda del entonces vicepresidente Joe Biden.

El 22 de enero de 2016, el director de la NABU, Artem Sytnyk, anunció que su oficina estaba muy cerca de firmar un memorando de cooperación con el FBI, y en febrero de 2016 el FBI tenía un representante permanente en las oficinas de la NABU.

Unos meses más tarde, el 30 de junio de 2016, NABU y el FBI firmaron un Memorando de Entendimiento que permitía la presencia de una oficina del FBI en las oficinas de NABU. La NABU se ha negado repetidamente a hacer público el Memorando de Entendimiento con el FBI y acudió a los tribunales en 2018 para impedir su publicación.

En diciembre de 2017, el fiscal general ucraniano Yuriy Lutsenko, que más tarde trabajaría con Giuliani, acusó a Sytnyk de permitir que el FBI llevara a cabo operaciones ilegales en Ucrania, afirmando que el FBI fue «invitado sin el permiso requerido y violando los procedimientos necesarios».

Taras Chornovil, analista político ucraniano, también cuestionó las actividades del FBI, escribiendo que «se están llevando a cabo algún tipo de operaciones encubiertas en Ucrania con la participación directa (o incluso bajo el control) del FBI». Esto significa que los agentes del FBI podrían tener acceso a datos clasificados o a información confidencial». Este acuerdo hace que la decisión del FBI a finales de 2019 de detener cualquier actividad de investigación sobre la laptop de Hunter Biden sea aún más destacable, ya que casi seguro que ya conocían gran parte de la información contenida en la laptop.

Teniendo en cuenta todos estos detalles, no es de extrañar que el FBI iniciara discretamente una investigación sobre Hunter Biden —que fue revelada por el propio Hunter Biden poco después de que las elecciones de 2020 hubieran terminado— y después de que el FBI hubiera ordenado a Facebook que censurara las historias de la laptop como desinformación rusa. ¿Qué mejor manera de proteger no solo a Joe y Hunter Biden, sino también al propio buró?

Vea el episodio completo (solo en inglés) de Truth Over News sobre este tema el jueves 2 de septiembre.

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