Las duchas frías pueden reforzar la inmunidad, mejorar el metabolismo e incluso hacerle más feliz

Por Allison DeMajistre
01 de septiembre de 2023 3:34 PM Actualizado: 01 de septiembre de 2023 3:34 PM

Ducharse con agua fría varias veces a la semana está ganando popularidad como método para mejorar la salud. Según algunos expertos, una ducha fría puede mejorar el cuerpo y la mente de varias formas inesperadas.

Historia de la terapia con agua fría

La terapia de agua fría o inmersión en agua fría ha sido una fuente de promoción de la salud en diversas culturas de todo el mundo, y la documentación de sus efectos beneficiosos se remonta al año 3500 a.C., del papiro de Edwin Smith, en el que se escribió sobre el uso del frío con fines terapéuticos. Los antiguos griegos utilizaban el agua fría para relajarse y socializar. Hipócrates llegó a afirmar que «el agua puede curarlo todo».

En el siglo XX, Edgar A. Hines Jr. ayudó a explicar cómo actúa la inmersión en agua fría en el organismo y cómo afecta a la presión sanguínea y al sistema nervioso autónomo, que desempeña un papel importante en la variabilidad del ritmo cardiaco. A principios de la década del 2000, ya se sabía que el agua fría ayudaba a los atletas a recuperarse del ejercicio y a reducir la inflamación.

Actual terapia fría

Wim Hof, también conocido como «El hombre de hielo», se ganó su apodo batiendo récords mundiales relacionados con la exposición al frío, como nadar bajo el hielo durante 66 metros y sumergirse en cubitos de hielo durante más de 112 minutos. Según su sitio web, él aprendió a controlar la respiración, el ritmo cardíaco y la circulación exponiéndose a condiciones extremas.

Él desarrolló el Método Wim Hof (WHM) y desde entonces ha empezado a enseñar a personas de todo el mundo a controlar sus mentes y cuerpos dominando el frío mediante el trabajo respiratorio, la terapia del frío y el compromiso.

Sus seguidores son los primeros en afirmar que el Método Wim Hof puede reforzar el sistema inmunitario, mejorar el sueño, aumentar la energía y ayudar al cuerpo a sanar.

Beneficios para la salud

No es necesario escalar el monte Kilimanjaro en pantalones cortos para experimentar los beneficios de la terapia de frío. Una ducha fría unas cuantas veces a la semana podría provocar cambios fisiológicos positivos y duraderos al producir un estado de hormesis. Este fenómeno crea un efecto beneficioso en el organismo con la exposición a agentes aparentemente nocivos o estresantes. Forzar al cuerpo a la termogénesis, o producción de calor, bajo el estrés de estar frío, produce hormesis y, en última instancia, puede conducir a una mejor salud.

Refuerza la inmunidad

El paso de una ducha caliente a una fría durante uno o dos minutos podría protegerle de los virus circulantes al estimular la producción de glóbulos blancos. Un estudio realizado en los Países Bajos, denominado «Cool Challenge», descubrió que las personas que se duchaban regularmente con agua fría durante 90 días presentaban una reducción de los días de baja laboral. Otro estudio indicó que una ducha fría podría crear resistencia a ciertos tipos de cáncer. Los investigadores propusieron que los ratones expuestos brevemente al frío cada día aumentaban las células T y las células killer (asesinas) naturales y que alguna forma de terapia con frío podría convertirse en una opción de tratamiento para algunos tipos de cáncer, como inmunoterapia complementaria.

Estimula el metabolismo

Existen dos tipos de grasa: la grasa parda, también llamada tejido adiposo marrón (BAT), y la grasa blanca. La grasa blanca es la que asociamos con la obesidad y las enfermedades cardiacas. Sin embargo, todo el mundo nace con grasa parda, y como los bebés no pueden tiritar, la grasa parda les ayuda a mantenerse calientes. Las primeras investigaciones llevaron a la idea de que la grasa parda desaparece por completo en la edad adulta y solo queda la grasa blanca. Sin embargo, investigaciones recientes han encontrado grasa parda activa en los adultos, normalmente tras la exposición al frío.

El quiropráctico Dr. Ben Carvosso dice que «BAT es el superhéroe del tejido adiposo. A diferencia de su homóloga blanca, que almacena energía, la BAT genera calor y ayuda a quemar calorías».

Un estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism descubrió que los hombres jóvenes sanos expuestos al frío durante dos horas al día durante 20 días experimentaron un aumento del 45 por ciento en el volumen de grasa parda metabólicamente activa, lo que demuestra que la exposición al frío puede aumentar su capacidad oxidativa para mejorar la salud metabólica.

En otro estudio de hombres sanos expuestos a temperaturas cálidas o frías durante dos horas, los investigadores identificaron grasa parda activada por el frío en aproximadamente la mitad de los participantes. A una temperatura de

A una temperatura de unos 81 F, los dos grupos presentaban escasas diferencias en el gasto energético. Sin embargo, tras dos horas de exposición al frío a 66 F, el gasto energético aumentó en ambos grupos. La termogénesis inducida por el frío, o producción de calor, fue de 252 calorías diarias en los hombres con grasa parda positiva y de solo 78.4 calorías diarias en los hombres con grasa parda negativa.

La activación continua de la grasa parda puede contribuir a la pérdida de grasa. Sin embargo, estudios adicionales podrían ayudar a determinar cuánta grasa parda puede activarse para lograr mejoras clínicas en la pérdida de peso.

Mejora la sensibilidad a la insulina

La activación de la termogénesis sin escalofríos mediante duchas frías puede ser una estrategia terapéutica eficaz para mejorar la salud metabólica de las personas obesas con diabetes de tipo 2. Las personas con un mayor porcentaje de grasa corporal suelen tener menos grasa parda; se ha demostrado que la exposición al frío aumenta el volumen de grasa parda y la actividad de las MTD en personas con mucha grasa corporal blanca.

Un estudio publicado en Nature Medicine (pdf) descubrió que los hombres con diabetes de tipo 2 presentaban una mayor sensibilidad a la insulina tras una breve exposición al frío. El volumen de grasa parda y la actividad metabólica de los hombres aumentaron, aunque los niveles eran mucho más bajos que los observados normalmente en personas sanas. La sensibilidad periférica a la insulina de los hombres aumentó aproximadamente un 43%, lo que mejoró la captación de glucosa por el músculo esquelético y redujo los niveles generales de glucosa en la sangre.

Mejora el estado de ánimo

Una respuesta fisiológica constante a la exposición al frío es la liberación de norepinefrina y dopamina en el torrente sanguíneo y en el locus coeruleus, la principal fuente de producción de dopamina y norepinefrina del cerebro. Estas dos sustancias químicas desempeñan un papel fundamental en los efectos de la exposición al frío sobre el estado de ánimo y la cognición.

Los niveles bajos de norepinefrina o dopamina se asocian generalmente con falta de atención, disminución de la capacidad cognitiva, baja energía y mal humor. La reducción farmacológica de la norepinefrina puede provocar depresión; tanto el desorden hiperactivo y de deficit de atención como la depresión suelen tratarse con medicamentos inhibidores de la recaptación de norepinefrina.

Un estudio realizado con 92 adultos médicamente estables diagnosticados de depresión que se sometieron a 10 sesiones de crioterapia de cuerpo entero mostró una reducción significativa de los síntomas depresivos y una mejora de la calidad de vida y el estado de ánimo. Los investigadores descubrieron que la terapia de frío reduce el deterioro de la salud mental en los trastornos del estado de ánimo, especialmente la depresión, y puede mejorar el bienestar mental. También se señaló como una forma útil de mejorar el tratamiento farmacológico estándar.

Los resultados de un informe de un caso sugieren que una ducha fría durante dos o tres minutos a una temperatura de 68 F, precedida de un periodo de adaptación gradual de cinco minutos para que el cambio de temperatura sea menos impactante, puede aliviar los síntomas depresivos cuando se realiza una o dos veces al día durante varias semanas o meses.

Cómo ducharse con agua fría

Si está listo para empezar a incluir las duchas frías en su rutina diaria, el Dr. Carvosso le ofrece recomendaciones específicas. «Empiece la ducha con agua fría a una temperatura de entre 15 y 20 grados durante cinco a diez minutos. Si está demasiado fría al principio, puedes probar con ráfagas cortas de agua fría e ir subiendo de nivel gradualmente».

Otras sugerencias del quiropráctico y experto en fitness, el Dr. Eric Berg, son:

  1. Pasar agua fría por distintas partes del cuerpo para adaptarse a la temperatura.
  2. Relájese y respire profundamente.
  3. Ponga música relajante para distraerse.
  4. Dúchese después del ejercicio.
  5. Empiece con agua fría y termine con agua caliente.

Precauciones para la ducha fría

En general, las duchas frías se consideran seguras, pero es importante consultar a un médico antes de iniciar una terapia con agua fría, sobre todo en el caso de personas con problemas cardiovasculares o el fenómeno de Raynaud.

«Si se hace algo más que una ducha fría, como una zambullida en agua fría en un lago, hay que tener cuidado con la hipotermia, sobre todo si se permanece sumergido mucho tiempo», declaró el Dr. Carvosso a The Epoch Times. También sugiere escuchar a su cuerpo. «Si empieza a temblar como un loco, es hora de empezar a entrar en calor».

Por su parte, la doctora Helene Glassberg, profesora asociada de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, dijo en una entrevista con el programa Today que las personas con cardiopatías conocidas o riesgo de padecerlas no deberían arriesgarse a las posibles consecuencias.

Una inmersión brusca en agua fría podría poner a ciertas personas en riesgo de sufrir complicaciones cardíacas como infartos o derrames cerebrales.

La terapia del frío con fines sanitarios es una práctica antigua y puede ser beneficiosa desde el punto de vista fisiológico y mental, siempre que se realice de forma segura con la orientación de un profesional sanitario. Puede llevar tiempo y práctica aclimatarse a una ducha fría, pero es una prometedora intervención en el estilo de vida que puede mejorar la salud de diversas maneras.


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