¿Quién es el hombre más rico de China? Depende de a quién se le pregunte. Según la lista de multimillonarios de Forbes 2019, se trata de Ma Huateng de Tencent, Jack Ma de Alibaba o Hui Ka Yan del grupo inmobiliario Evergrande.
Pero en los últimos años, el progreso de la campaña anti-corrupción de Beijing y las filtraciones de datos de alto perfil pusieron al descubierto a muchos poseedores de riquezas ocultas, muchas de ellas mal habidas y estrechamente vinculadas a los altos niveles del poder político en China. Nuevas revelaciones apuntan a la progenie de Jiang Zemin, el excabecilla del Partido Comunista Chino de 92 años de edad, como poseedora de una riqueza muy superior a la de cualquier multimillonario incluido en la lista de Forbes.
Jiang Zhicheng, también conocido por su nombre anglicanizado de Alvin Jiang, nació en 1986 y es nieto de Jiang Zemin. Su padre es Jiang Mianheng, el hijo mayor de Jiang Zemin. En 2010, a la edad de 24 años, Jiang Zhicheng estableció su propia firma de capital privado, Boyu Capital, después de dejar su trabajo en Goldman Sachs, donde estuvo empleado durante menos de un año.
En 2014, Reuters publicó un informe especial detallando cómo Jiang había utilizado su estatus de “principito” –es decir, hijo de un funcionario del PCCh– para acumular riqueza en el mayor mercado emergente de empresas de capital privado del mundo.
Y durante el pasado mes de abril, el multimillonario chino en el exilio Guo Wengui acusó a la familia Jiang de haber acumulado al menos un billón de dólares malversados de fondos chinos, y que Jiang Zhicheng logró blanquear la mitad de ellos en el extranjero.
Guo, que también se hace llamar Miles Kwok, escapó de China en 2015 y ahora vive en Manhattan. Es conocido por sus conexiones con funcionarios retirados del régimen chino, en particular los vinculados con Jiang Zemin. Jiang Zemin y sus aliados reinaron supremos en la política de China entre 1997 y el 2012, año en que el actual mandatario Xi Jinping llegó al poder.
Según Guo, las diez principales empresas chinas, incluidas las supuestamente privadas Huawei, Alibaba y Tencent, son de hecho “empresas estatales militarizadas” controladas por la familia Jiang. Los Jiang también son dueños de múltiples grandes empresas extranjeras como parte de sus inversiones.
Aunque las afirmaciones de Guo con respecto a la escala de la corrupción de Jiang pueden parecer sospechosas, en realidad no son descabelladas, ya que hay gran cantidad de pruebas circunstanciales que sugieren que Jiang Zhicheng acumuló cientos de miles de millones de dólares en poco más de una década.
Corrupción de generación en generación
Jiang Zhicheng y su padre Jiang Mianheng son ambos “principitos rojos”. En la sociedad china, que está bajo la estricta administración del Partido Comunista, los principitos pueden fácilmente aprovecharse de las conexiones políticas de sus familias para hacer grandes fortunas.
En la década de 1980, los principitos aprovecharon sus posiciones para obtener enormes ganancias. La ira pública por su mal comportamiento contribuyó a desencadenar las protestas estudiantiles de 1989 en la Plaza de Tiananmen.
Tras la masacre del 4 de junio, Jiang Zemin se puso al frente del Partido Comunista, iniciando un período de “gobierno de la corrupción” que dio más poder a los principitos para que abusaran de sus estatus y se involucraran en una vasta malversación económica.
En este clima político, Jiang utilizó su poder para entregar empresas estatales de valor estratégico a su hijo Jiang Mianheng, quien compró las firmas a precios muy bajos o, en algunos casos, por nada en absoluto. Jiang Mianheng obtuvo el control total de Shanghai Alliance Investment, una división de capital privado y capital de riesgo de la Comisión Económica de Shanghai del Gobierno Municipal de Shanghai. Al invertir a través de esta compañía, Jiang Mianheng construyó un enorme imperio de telecomunicaciones y metió sus manos en casi todas las industrias monopólicas, como las de bienes raíces, finanzas y cobertura médica.
Apoyado por el estatus de su padre como cabecilla del Partido y por la corrupción endémica del PCCh, Jiang Mianheng se ganó la infamia de ser visto como el “hombre más corrupto de China”.
Según afirmaciones anteriores de Guo Wengui, Jiang Mianheng también se benefició físicamente de la práctica generalizada del régimen chino de la sustracción forzada de órganos. En 2017 y 2018, Guo dijo que Jiang Mianheng recibió tres cirugías de trasplante de riñón en el Hospital Militar de Nanjing entre 2004 y 2008, utilizando órganos sustraídos de donantes vivos.
La segunda generación de la dinastía Jiang Zemin se aprovechó de la riqueza del pueblo chino, pero la tercera generación –la de Jiang Zhicheng– apunta a los países extranjeros como Estados Unidos.
Educado en Harvard, Jiang Zhicheng prescindió del robo abierto de su padre a empresas y ciudadanos chinos. En vez de eso, eligió un camino más fácil de enmascarar y mucho más efectivo: la manipulación financiera.
Jiang Zhicheng descubrió que podía adquirir fácilmente cientos de miles de millones de dólares de Hong Kong, Estados Unidos y otros mercados de valores extranjeros utilizando empresas chinas para operaciones financieras. Lo único que necesitaba hacer era utilizar el poder de su abuelo para manipular, presionar o influenciar a las compañías chinas para que actuaran como señuelo para las organizaciones financieras extranjeras y para las empresas ansiosas de entrar en el club de los poderosos grupos afiliados al PCCh.
Manipulación de empresas chinas para obtener riqueza extranjera
En su camino a través de la corrupción, Jiang parece haber encontrado oro por primera vez a mediados de 2011, con la compra de acciones mayoritarias de Sunrise Duty Free. Sunrise, una compañía minorista de viajes que se especializa en el negocio monopólico de productos libres de impuestos que requieren una subvención especial por parte de las autoridades chinas, fue fundada por Fred Kiang, un chino-estadounidense con estrechos vínculos con la familia Jiang Zemin.
Reuters informó que en 2011, Boyu, la empresa de Jiang Zhicheng, valoró a Sunrise en 200 millones de dólares y pagó cerca de 80 millones de dólares por una participación del 40 por ciento en la empresa. En 2013, Boyu registró en sus libros a la empresa Sunrise por un valor de alrededor de unos 800 millones de dólares.
“Los banqueros, sin embargo, valoran a Sunrise al doble de esa cantidad –alrededor de 1600 millones de dólares– basándose en las cifras de ventas de 2012 que la compañía presentó a las autoridades chinas, las cuales fueron revisadas por Reuters”. Esto significa que al comprar Sunrise, Boyu ganó al menos siete veces su inversión inicial.
Los inversores quedaron impresionados. El hecho de que Jiang Zhicheng adquiriera Sunrise casi de manera gratuita demostró que no solo podía moverse en industrias estrictamente monopolizadas, sino también convertir estos activos en enormes ganancias. Para los principitos, el mercado de capital privado de baja transparencia se convirtió en una exclusiva fuente de dinero.
En su artículo de 2013, “Los peces gordos rojos se vuelven locos en el distrito Central: El súper patrimonio del nieto de Jiang Zemin”, el medio de comunicación Next Media en Hong Kong esbozó el camino de los principitos rojos para dominar el sector financiero de Hong Kong. Primero trabajan con un banco de inversión internacional y luego fundan fondos de inversión en Hong Kong. Tentando a individuos ricos tanto dentro como fuera de China, luego pasan a tomar el control de empresas en China. Los bancos de inversión donde trabajan o los fondos de inversión que fundaron manipulan fácilmente cientos de miles de millones de dólares para obtener ganancias astronómicas.
Boyu, por ejemplo, recaudó un primer fondo de inversión de mil millones de dólares de inversores de alto perfil como Li Ka-shing, el hombre más rico de Asia. Hoy en día, Boyu es uno de los fondos de capital privado más grandes de China, administrando casi diez mil millones de dólares.
Jiang Zhicheng también colaboró con CITIC Capital, otra firma controlada por los principitos rojos, a través de la cual compró acciones por valor de HK$ 390 millones (unos USD 49 millones) en China Cinda Asset Management. Pero el objetivo real de Jiang era probablemente el mayor premio financiero de China: Alibaba.
En busca de Alibaba
En el momento de la fundación de Boyu, Alibaba ya era la mayor empresa de comercio electrónico de China, y su Alipay era la mayor plataforma de pagos a terceros de China.
Pero desde entonces, Alibaba experimentó una agitación inusual. En mayo de 2011, el Grupo Alibaba transfirió Alipay a Zhejiang Alibaba, una empresa controlada por Jack Ma y Xie Shihuang, cofundador de la compañía, sin el consentimiento de los accionistas mayoritarios de Alibaba, que incluían a Yahoo.
Alibaba declaró públicamente que la controvertida medida se tomó para cumplir con las políticas del PCCh y evitar los controles de los acuerdos de financiación extranjeros, a fin de adquirir una licencia de pago a terceros. Sin embargo, los medios de comunicación chinos refutaron esto, diciendo que las políticas del régimen no eran muy específicas y que Zhejiang Alibaba no podía probar su falta de influencia en los acuerdos extranjeros. Más importante aún, la mitad de las 27 empresas patrocinadoras a las que se les otorgó el certificado implicaban fondos extranjeros, y ninguna de ellas fue rechazada debido a su participación en acuerdos extranjeros.
La transferencia de Alipay saboteó las ganancias legales de los accionistas de Alibaba, y la verdad detrás de esta jugada sigue siendo un misterio. Pero según los medios de comunicación extranjeros, la causa principal de la transferencia fue que Jiang Zhicheng quería tomar el control de Alipay una vez que estuvo separada de Alibaba.
En 2014, Zhejiang Alibaba cambió su nombre a Ant Financial. Para 2018, Ant Financial se había convertido en el mayor “unicornio” del mundo, con un valor de 160.000 millones de dólares. El término “unicornio” se refiere a una empresa de tecnología innovadora que no cotiza en bolsa y que tiene una historia de menos de una década, pero que está valorada en mil millones de dólares o más.
Abundan los rumores sobre las interacciones entre Boyu y Alibaba. En septiembre de 2012, Boyu, junto con CITIC y CBD Capital, ayudó a Alibaba a recomprar todas las acciones que tenía Yahoo.
En septiembre de 2014, Alibaba Group debutó en la Bolsa de Nueva York con una oferta pública récord de 25.000 millones de dólares, convirtiéndose en una de las empresas tecnológicas más valoradas del mundo. Esto aparentemente convirtió a su mayor accionista, el propietario Jack Ma, en el hombre más rico de China.
Boyu invirtió 400 millones de dólares en Alibaba en 2012. Después de que Alibaba cotizara en bolsa, Boyu ganó más de dos mil millones de dólares en solo dos años. Pero esto es solo una pequeña fracción de las ganancias totales de Jiang con Alibaba. Usando su condición de nieto de Jiang Zemin, Jiang Zhicheng también se apoderó de las ganancias no publicadas de opciones sobre las acciones de Alibaba, que constituían la mayor parte de sus ganancias.
Una mirada a la extraña fortuna de Jiang Zhicheng
La declaración de Alibaba después de la oferta pública de venta de activos mostró que en 2014, el 14,6 por ciento de sus acciones estaban en manos de la gerencia de Alibaba, incluyendo el 7,8 por ciento en manos de Jack Ma. SoftBank mantenía otro 32,4 por ciento, y Yahoo retenía el 16,3 por ciento. Curiosamente, la declaración no mencionaba a quién pertenecía el tercio restante de las acciones de Alibaba.
Sin embargo, la revisión de los datos financieros de Alibaba ofrece un vistazo de los activos ocultos de Jiang Zhicheng.
De acuerdo con el Formulario 20-F que Alibaba presentó a la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. en 2018, Alibaba tenía 2.592.184.258 acciones ordinarias en circulación al 18 de julio. De estas acciones, cerca de 1670 millones, o el 64,4 por ciento, estaban en manos de 128 accionistas con domicilio registrado en Estados Unidos, incluyendo corredores y bancos que mantienen valores en nombre de sus clientes. En su informe anual, Alibaba solo revisó una parte de su estructura, incluyendo la gerencia y los beneficiarios finales que poseen el 5 por ciento o más de las acciones de la empresa.
Sin embargo, un análisis de Yahoo! Finanzas de los datos trimestrales del Formulario 13-F de 2017 de Alibaba mostró que al 31 de diciembre de 2017, 1926 empresas estadounidenses tenían 1050 millones de acciones, o el 40,54 por ciento de las acciones pendientes de Alibaba. Esto significa que aunque el número de accionistas registrados en Estados Unidos se redujo quince veces, sus acciones aumentaron de dos quintas partes a más de tres quintas partes del total.
Una gran mayoría de los 2000 accionistas registrados en Estados Unidos vendieron o transfirieron sus acciones de Alibaba a los 128 accionistas restantes, un desarrollo que coincidió con la gran afluencia de acciones de Alibaba a Estados Unidos. Un contador norteamericano conocido como Deep Throat en Internet sugiere que esto puede ser el resultado de que el régimen chino manipulara a un gran número de compañías offshore, la misma estrategia que usaron para manipular el yuan.
El cambio drástico en la composición de la propiedad de Alibaba puede tener algo que ver con la campaña mundial contra la evasión de impuestos que comenzó en 2018. En noviembre de 2017, 13,4 millones de documentos fueron filtrados de una gran compañía financiera offshore, lo que se conoció como Paradise Papers. Al igual que los Panama Papers en 2016, los Paradise Papers expusieron cómo un gran número de políticos, celebridades y empresas internacionales eludieron impuestos al registrar compañías offshore en paraísos fiscales. Paradise Papers también revelaron a muchos propietarios de riquezas hasta ahora anónimas, incluyendo los activos de funcionarios chinos y sus hijos.
Los documentos llevaron a Estados Unidos y a la Unión Europea a confrontar a paraísos fiscales como las Islas Caimán y las Bermudas. En diciembre de 2017, la UE publicó su primera lista de paraísos fiscales. Al año siguiente, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció la imputación más grande, que incluía cargos de fraude a Estados Unidos por obstruir las funciones del IRS (Servicio de Impuestos Internos) en su aplicación de la Ley de Cumplimiento de Impuestos de Cuentas Extranjeras (“FATCA”).
Bajo la presión de Estados Unidos y la UE, paraísos fiscales como Bermudas, las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán y Luxemburgo implementaron el sistema Estándar de Información Común (CRS) para intercambiar información financiera, lo que facilitó los esfuerzos contra la evasión fiscal.
Esto obligó a los evasores de impuestos y a los inversionistas anónimos a transferir sus inversiones de vuelta a Estados Unidos para ocultar legalmente su verdadera identidad. Esto incluye a los accionistas anónimos de Alibaba. En los primeros seis meses de 2018, los accionistas de Alibaba registrados en Estados Unidos que representan a los clientes cayeron en un 93%, mientras que el 20% de las acciones en circulación (alrededor de 620 millones) regresaron a Estados Unidos.
El New York Times arrojó más luz sobre este tema en un artículo de julio de 2014 titulado “La Oferta Pública de Alibaba podría ser una bonanza para los vástagos de los líderes chinos”. Según este artículo, una parte de las acciones de la Alibaba de Boyu se mantienen a través de Athena China Limited, que está registrada en las Islas Vírgenes Británicas. Agregó que “Athena está controlada por otra entidad offshore, Prosperous Wintersweet BVI, que a su vez es propiedad de Boyu Capital Fund I, registrada en las Islas Caimán”.
La compleja estructura de propiedad de Boyu parece diseñada para ocultar la identidad de Jiang Zhicheng como accionista de Alibaba. Sobre esta base, es razonable suponer que el 20 por ciento de las acciones de Alibaba que regresaron a Estados Unidos el año pasado son probablemente de compañías offshore controladas por Jiang.
En su apogeo, Alibaba tenía un valor de más de 500.000 millones de dólares y actualmente tiene un valor de 450.000 millones de dólares. Basándose en la cifra del 20 por ciento, Jiang Zhicheng podría haber ganado y ocultado más de 100.000 millones de dólares en riqueza solo de Alibaba.
Además de Alibaba, Ant Financial, propietaria de Alipay, está a punto de cotizar en bolsa y tiene un valor actual de 160.000 millones de dólares. Los medios de comunicación extranjeros sugieren que Alipay se encuentra en posesión de Jiang, y de acuerdo con las afirmaciones de Guo Wengui, Jiang también tiene participaciones mayoritarias en Huawei, Tencent y muchas otras empresas chinas importantes.
Jiang, dice Guo, también estuvo vendiendo las tierras de China a consorcios extranjeros a precios bajos, con la ayuda del privilegiado Banco de Shanghai, el Grupo Industrial de Shanghai y el holding Shanghai Jiushi.
Al observar cómo Jiang Zhicheng emplea a Alibaba para apoderarse de la riqueza del mercado de capitales estadounidense, las afirmaciones de Guo sobre los activos de la familia Jiang pueden no estar lejos de la verdad.
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