Legisladores de EE.UU. preparan proyecto de ley para detener la sustracción forzada de órganos en China

Por Emel Akan
23 de Noviembre de 2020 8:04 PM Actualizado: 23 de Noviembre de 2020 8:09 PM

WASHINGTON—Diputados estadounidenses están trabajando en una nueva legislación para responsabilizar al Partido Comunista Chino (PCCh) por la sustracción forzada de órganos a los practicantes de Falun Dafa, también conocida como Falun Gong.

El régimen chino ha estado matando a practicantes de Falun Dafa por sus órganos durante más de 20 años y la comunidad médica ha hecho la vista gorda ante esta atrocidad, según un panel de expertos que asistió a una conferencia virtual organizada por el grupo de defensa Médicos Contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH) el 19 de noviembre.

Durante la conferencia, el representante Steve Chabot (R-Ohio) dijo que está encabezando los esfuerzos para un proyecto de ley bipartidista en la Cámara, el cual estará listo pronto.

La legislación tiene como objetivo “responsabilizar a los funcionarios del PCCh por la persecución hacia Falun Gong y, con suerte, acabar con la salvaje práctica de la sustracción forzada de órganos”, dijo.

“No está lista, la legislación aún no está completa. Todavía estamos en negociaciones, pero espero que pronto tengamos un proyecto de ley que se presentará”.

Falun Dafa es una práctica espiritual que incorpora suaves ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios de verdad, benevolencia, y tolerancia.

La práctica aumentó en popularidad luego de su presentación en 1992, siendo entre 70 millones a 100 millones de practicantes para fines de 1990, según estimaciones oficiales en ese momento. Este enorme número de practicantes fue considerado como una amenaza por el exlíder comunista chino Jiang Zemin, quien lanzó una campaña de eliminación contra la práctica en julio de 1999.

Desde entonces, Falun Dafa ha sido severamente perseguido por el régimen chino. Millones de practicantes han sido enviados a prisiones, campos de trabajo y centros de lavado de cerebro, donde muchos han sido torturados en un esfuerzo por obligarlos a renunciar a su fe, según el Centro de Información de Falun Dafa. Investigaciones independientes han descubierto que ellos han sido objeto de una sustracción forzada de órganos.

Chabot junto con DAFOH llevaron a cabo la conferencia virtual para informar a los legisladores estadounidenses sobre la sustracción de órganos hacia prisioneros de conciencia en China, sin ningún consentimiento por parte de ellos y la cual es patrocinada por el estado.

“La última vez que la Cámara de Representantes aprobó una resolución condenando la persecución a Falun Gong fue hace unos cuatro años”, dijo Chabot, refiriéndose a la H.Res. 343. “Hemos tenido mucha rotación de miembros del Congreso y de personal desde entonces. Así que, para muchas personas, esto podría ser un tema completamente nuevo para ellos”.

La conferencia contó con testimonios de dos practicantes de Falun Dafa quienes presenciaron la sustracción de órganos en las cárceles de China.

Análisis de sangre y exámenes médicos

Winston Liu, un ingeniero que trabaja en una empresa internacional en los Estados Unidos, escapó de China en 2005 luego de ser brutalmente perseguido por practicar Falun Dafa.

“En 1999, yo era un Ph.D. en la prestigiosa Universidad Tsinghua de China”, dijo en su testimonio.

“Yo solía ​​ser miembro de la élite académica de China. Como muchos Ph.D., tenía el sueño de ser profesor, disfrutar leyendo y pensando en la biblioteca. Pero nunca, en mis sueños más locos, esperé que me metieran en la cárcel, que me torturaran brutalmente y que me maltrataran física y mentalmente. Yo estuve al borde de un trastorno mental”.

Liu fue suspendido de la escuela. Fue golpeado y agredido en público. Fue detenido varias veces y luego condenado a tres años de cárcel. Su esposa, quien era ingeniera, también fue encarcelada. El internamiento le costó su matrimonio.

En prisión, pasó por varios tipos de tortura física. Pero la tortura mental fue aún peor, dijo. Liu pasó los primeros seis meses en régimen de aislamiento en una habitación de 70 pies cuadrados.

Winston Liu en el Parque Nacional Banff, Canadá, en 2011. (Cortesía de Winston Liu)

Mientras estuvo en prisión, Liu se sometió a análisis de sangre y a exámenes médicos exhaustivos.

“Un día en julio de 2002, me llamaron y me pidieron que hiciera fila con todos los demás practicantes de Falun Gong. Había unos 40 practicantes guiados por el guardia hacia el hospital asociado con la prisión. Me hicieron un análisis de sangre, un examen de rayos X, un examen de la vista, un análisis de orina y más”, dijo.

“Nos dijeron que se trataba de exámenes periódicos y evaluaciones de salud para todos los presos”, dijo.

Pero eso resultó ser mentira. Liu se dio cuenta de que había sido examinado para posibles trasplantes de órganos cuando se enteró en 2006 de que dos investigadores canadienses iniciaron una investigación sobre las perturbadoras afirmaciones de la sustracción forzada de órganos en China.

“Creo que yo había sido [elegido para ser] uno de los donantes de órganos involuntarios en la prisión”, dijo Liu, y señaló que lo habrían matado si coincidía con un paciente que buscaba un órgano.

Las acusaciones de la sustracción forzada de órganos hacia practicantes de Falun Dafa para la cirugía de trasplante surgieron por primera vez en 2006. El exmiembro del parlamento canadiense David Kilgour y el abogado de derechos humanos David Matas llevaron a cabo investigaciones independientes y publicaron informes que sustentaban dichas acusaciones. El periodista de investigación Ethan Gutmann también realizó investigaciones independientes y publicó un libro sobre el tema, llamado “The Slaughter” (“La matanza”).

El PCCh ha cometido muchos crímenes contra sus ciudadanos y la sustracción forzada de órganos es solo uno de ellos, dijo Liu.

Un padre asesinado por sus órganos

Otra testigo, Jiang Li, compartió lo que su familia sufrió mientras buscaba justicia para su padre, quien murió en un campo de trabajo forzado en la ciudad de Chongqing en China.

“Mi padre, quien practicaba Falun Gong, era una persona muy sana. Durante el Año Nuevo chino de 2009, estuvo preso en un centro de detención debido a su fe en Falun Gong. Cuando lo visitamos parecía gozar de buena salud”, dijo en su testimonio en el evento virtual.

Sin embargo, al día siguiente su familia recibió una llamada telefónica desde el campo de trabajo y se enteró de que su padre había muerto debido a un ataque cardíaco agudo. Cuando ella y su familia llegaron a la funeraria, descubrieron que su cuerpo, que había estado en un congelador, aún estaba caliente.

Los guardias del campo de trabajo impidieron que la familia verificara la causa real de la muerte y los sacaron a la fuerza de la funeraria. Ellos fueron obligados a firmar un formulario de consentimiento para incinerar a su padre.

Jiang Li en Flushing, Queens, el 1 de noviembre de 2015, sostiene una foto de su padre, quien fue asesinado por el Partido Comunista Chino en China por practicar Falun Dafa. (Benjamin Chasteen/The Epoch Times)

El director de la oficina del fiscal municipal de Chongqing admitió posteriormente que los órganos de su padre fueron sustraídos y sus restos fueron cremados a pesar de que la familia nunca firmó el consentimiento para la cremación.

Li ha estado buscando justicia para su padre desde entonces. Pero ella y su familia fueron acosados, amenazados, puestos bajo vigilancia y su casa fue saqueada en un intento de detenerlos. Su madre fue condenada a ocho años de prisión.

Li también fue despedida por su empleador, Shanghai Airlines.

“Toda mi familia practica Falun Gong y todos fueron encarcelados y torturados varias veces durante muchos años”, dijo Li durante su testimonio.

“Contratamos a dos abogados en Beijing, pero ambos fueron golpeados severamente por la policía y sus licencias legales fueron revocadas como resultado de asumir el caso de mi padre”.

La oficina del fiscal le ofreció dinero a Li varias veces para silenciarla, pero ella se negó a obedecer.

Li se encuentra ahora en la ciudad de Nueva York y todavía está de duelo y se siente impotente por la misteriosa muerte de su padre.

“Esta atrocidad continúa hoy en China”, dijo Li, y espera que el Congreso de los Estados Unidos “tome acciones concretas” para ayudar a poner fin a este abuso.

Falun Dafa es el blanco de persecución por sus órganos

El verano pasado, un tribunal popular independiente con sede en Londres, llamado Tribunal de China, concluyó tras su investigación que la sustracción forzada de órganos ha ocurrido “en una escala significativa” durante años en China, siendo los practicantes de Falun Dafa la “fuente principal” de órganos.

El tribunal dijo que esta práctica macabra ha provocado que “muchas personas mueran de forma horrible e innecesaria”.

Durante la conferencia virtual, Hamid Sabi, un abogado que se desempeñó como abogado del Tribunal de China, dijo que los practicantes de Falun Dafa son la fuente principal porque son “comparativamente muy sanos”.

Ellos no beben alcohol, no fuman ni tienen malos hábitos alimenticios, dijo.

Sabi también señaló que los hospitales chinos tienen acceso a “órganos ilimitados disponibles bajo demanda” y esta cruda realidad fue llevada hasta Israel al cirujano de trasplante de corazón, el Dr. Jacob Lavee, en 2005.

Un paciente le dijo a Lavee que iba a viajar a China para someterse a un trasplante de corazón el cual ya estaba programado dentro de dos semanas. Lavee sabía que era totalmente imposible desde el punto de vista médico programar un trasplante de corazón con anticipación.

Al darse cuenta de que esto solo podría ser el resultado de la sustracción forzada de órganos, Lavee encabezó la elaboración de la Ley de Trasplante de Órganos de Israel, la cual entró en vigor en 2008, esencialmente prohibiendo la compra y venta de órganos humanos.

La medida ha reducido significativamente el turismo de trasplantes de Israel, según un estudio publicado en el American Journal of Transplantation en diciembre de 2012.

Otros presos de conciencia como los uigures, los tibetanos y los cristianos también son vulnerables a la sustracción de órganos, según DAFOH.

Sabi dijo que se estableció un tribunal independiente para investigar la persecución de uigures y otros grupos minoritarios musulmanes en Xinjiang.

“Está llegando evidencia de que están construyendo dos nuevos campos masivos [en Xinjiang], aproximadamente 50,000 reclusos. Y entre los dos campos, han construido un crematorio masivo. Y está cerca del aeropuerto”, lo cual lo hace adecuado para la sustracción de órganos, dijo Sabi.

Una legislación con poder

Matt Salmon, vicepresidente de asuntos gubernamentales de la Universidad Estatal de Arizona y exrepresentante de Estados Unidos, instó al Congreso a tomar medidas más concretas para detener el tráfico de órganos.

“No estoy seguro de que basta con publicar proyectos de ley que condenen las prácticas. Creo que tenemos que tener una legislación que realmente la respalde”, dijo en el evento.

Salmon sugirió que una forma de acabar con la práctica es imponer sanciones a los estadounidenses que compren o usen órganos sustraídos de China, así como a las empresas que se dediquen al uso de órganos sustraídos.

“Tenemos un universo mucho más grande de personas que pueden usar estos órganos en comparación con otros países, por lo que si realmente lo reprimimos aquí en los Estados Unidos, habrá una gran diferencia”, dijo.

China es el único país que se sabe que realiza la sustracción de órganos patrocinada por el estado, según Weldon Gilcrease, subdirector de DAFOH.

En la conferencia, Gilcrease señaló que la sustracción forzada de órganos en China es muy diferente al tráfico de órganos en el mercado negro.

Todo el proceso es un gran crimen orquestado dirigido por un gobierno central, el cual involucra a las instituciones de salud, el poder judicial, el sistema penitenciario, los campos de trabajo, el ejército y los hospitales militares, dijo.

La profesión médica en general ha hecho la vista gorda ante este crimen, según Gilcrease, quien también es profesor asistente de medicina en la Universidad de Utah.

La sustracción forzada de órganos en China no es un problema político, dijo.

“Aunque el autor de estos crímenes es una entidad política, es inexcusable usar médicos y usar el sistema médico como un brazo y un palo para los crímenes del PCCh”.

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