Órganos sustraídos de prisioneros chinos fueron posiblemente utilizados en 400 artículos médicos

Por Cathy He - La Gran Época
09 de febrero de 2019 1:52 PM Actualizado: 09 de febrero de 2019 1:52 PM

Un nuevo estudio solicitó la retractación de más de 400 artículos de investigación sobre trasplantes de órganos debido a la preocupación de que los órganos podrían haber sido extirpados a prisioneros chinos de forma no ética, sin que mediara consentimiento alguno para donar sus cuerpos.

El nuevo estudio, el primero de su tipo, publicado en la revista médica BMJ Open el 6 de enero, examinó artículos revisados por profesionales publicados en revistas en idioma inglés entre 2000 y 2017 que utilizaron investigaciones de China continental sobre trasplantes de órganos chinos.

El equipo de investigadores del nuevo estudio liderado por australianos encontró un incumplimiento generalizado de la comunidad internacional de investigación de trasplantes con respecto a las normas éticas que prohíben la publicación de cualquier investigación que involucre órganos de prisioneros ejecutados, o que carezca del consentimiento del donante.

“Me impactó la cantidad de revistas respetadas que aceptaron estudios para su publicación sin realizar la debida diligencia sobre los aspectos éticos de la investigación reportada”, señaló la Dra. Robyn Clay-Williams, coautora del estudio e investigadora de la Universidad Macquarie de Australia.

Abuso de trasplantes en China

Expertos y organizaciones de derechos humanos cuestionaron la fuente de los órganos utilizados en el sistema de trasplantes de órganos de China, sobre los cuales desde 2015 el régimen comunista chino sostiene que proceden de donantes voluntarios. Antes de eso, las autoridades chinas afirmaban que los órganos solo provenían de prisioneros ejecutados.

Un exhaustivo informe de 2016 por una organización sobre ética de trasplantes, la Coalición Internacional para Terminar con el Abuso de Trasplantes en China, encontró una enorme discrepancia entre las cifras oficiales de trasplantes de China y el número de trasplantes realizados en los hospitales. Al analizar los registros públicos de 712 hospitales que realizaron trasplantes de hígado y riñón, el informe mostró que cada año se realizaron entre 60.000 y 100.000 trasplantes, superando con creces la cifra oficial de entre 10.000 y 20.000 trasplantes por año.

En base a llamadas encubiertas a los hospitales chinos, testimonios de practicantes de Falun Dafa que sobrevivieron a la detención y otro tipo de evidencia, el informe concluyó que el faltante o diferencia de trasplantes estaba compuesto por órganos sustraídos por la fuerza a los prisioneros de conciencia en China, principalmente a los practicantes de la disciplina espiritual Falun Dafa (también conocida como Falun Gong). Un informe de 2018 del Centro de Investigación de la Extirpación de Órganos de China, una organización no gubernamental con sede en el estado de Nueva York, proporcionó más pruebas para apoyar estas afirmaciones.

En junio de 2016, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó por unanimidad una resolución condenando la sustracción de órganos de practicantes de Falun Dafa en China. En julio de ese mismo año, el Parlamento Europeo también aprobó una declaración en la que instaba a poner fin a los abusos.

«Moralmente preocupante»

La investigación examinó 445 estudios que abarcaban más de 85.000 trasplantes. Encontró que más del 92 por ciento de los estudios no informaron si los órganos habían sido obtenidos de prisioneros ejecutados, y el 99 por ciento no informó si los donantes habían dado su consentimiento.

Además, hubo 19 artículos sobre trasplantes realizados antes de 2010 en los que se afirmaba que no se utilizaron órganos de prisioneros. Sin embargo, durante ese tiempo, no había un sistema de donación de órganos establecido en China, por lo que esa afirmación no podría ser cierta, apuntó la nueva investigación.

Los investigadores concluyeron que los estudios examinados incluyen casi con toda seguridad datos de prisioneros ejecutados, “dado que China reconoce que durante este período los prisioneros ejecutados fueron los principales donantes de órganos”.

Este es el primer estudio que hace un seguimiento del progreso de la comunidad de trasplantes en cuanto a la verificación de la ética de las investigaciones.

La investigadora principal y profesora de ética clínica de la Universidad Macquarie, Wendy Rogers, dijo que los revisores, editores y editoriales de publicaciones no hicieron preguntas sobre la fuente de los órganos de la investigación china.

“Cuando se produce este tipo de fracaso en la acción, el resultado es que pueden prosperar prácticas poco éticas”, dijo Rogers.

El estudio decía: “Esta falta de vigilancia por parte de los revisores, editores y editoriales es moralmente preocupante, dado el gran número de artículos (más del 85 por ciento) aceptados para su publicación sin ninguna información sobre la fuente de los órganos, especialmente cuando cada publicación adoptó explícitamente una política pertinente”.

Cumplimiento de las normas de ética

Aunque varios organismos, entre ellos la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad de Trasplantes (TTS), condenaron el uso de órganos de presos ejecutados para trasplantes, incluidas las investigaciones derivadas de dichos trasplantes, no existe ninguna medida a tomar para respaldar estas normas éticas, según el estudio.

En la actualidad, no hay sanciones por violaciones éticas, y no se realizaron auditorías para investigar el cumplimiento, según el estudio.

Rogers dijo que la comunidad de trasplantes ha estado consciente de estas preocupaciones desde hace algún tiempo, refiriéndose a las políticas de la Sociedad de Trasplantes a partir de 2006 que vetan los artículos de ponencias que involucran órganos provenientes de prisioneros ejecutados en China.

“No sé si [la gente de la comunidad de trasplantes] simplemente se olvidó o piensa que ya debería haberse detenido”, dijo Rogers. “Pero creo que si estás trabajando en un campo, tienes la obligación profesional de tener mucho cuidado con lo que revisas y lo que dices al respecto”.

La investigación de Rogers encontró que la revista oficial de la Sociedad de Trasplantes, Transplantation, publicó cinco artículos en violación de sus propias políticas que prohíben la publicación de investigaciones contrarias a la ética.

El artículo solicitó la retractación de todos los estudios afectados a la espera de una investigación de los artículos individuales. También recomendó una cumbre internacional para desarrollar una política para lidiar con investigaciones relacionadas con el sistema de trasplantes de China.

Antecedente

En 2017, la revista médica Liver International se retractó de un artículo de cirujanos chinos de trasplante después de que los especialistas en ética preguntaron sobre la fuente de los órganos utilizados en su investigación.

Los autores del artículo, que analizaron 564 trasplantes hepáticos en un hospital de la provincia de Zhejiang entre abril de 2010 y octubre de 2014, afirmaron que todos los órganos se obtuvieron de donantes después de una muerte cardíaca, y que no se extrajeron órganos de prisioneros ejecutados.

Pero Rogers y un grupo de académicos alegaron que era imposible para un hospital obtener tantos órganos utilizables, dado el bajo número de órganos donados en ese momento. Además, los hígados de los donantes después de una muerte cardíaca solo son viables para el trasplante en alrededor de un tercio de los casos, lo que significa que el hospital necesitaría tener acceso a una reserva de órganos mucho mayor que su sistema de donación voluntaria. Los expertos llegaron a la conclusión de que la única explicación plausible era que los hígados procedían de presos ejecutados, incluidos los prisioneros de conciencia.

El Dr. Torsten Trey, director ejecutivo de Médicos Contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH), una organización no gubernamental con sede en Washington D.C., dijo que los nuevos hallazgos eran significativos.

“Puede que Occidente no sea capaz de cambiar a China, pero puede cambiar su propio comportamiento: los médicos de trasplantes podrían empezar leyendo los informes e investigaciones que se recopilaron en los últimos años”, dijo Trey en un correo electrónico.

Trey dijo que la comunidad médica necesita presionar más a China para que asuma su responsabilidad.

“La comunidad internacional y las revistas médicas deben enviar la señal de que China no debe alterar las normas éticas”, agregó Trey.

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