Una mujer que estaba devastada por la muerte de su esposo y sola con sus dos hijos, siente que la llegada de 6 niños a su vida la salvó de la tristeza en la que estaba sumergida.
Bobbie Jo Floyd de 46 años estaba feliz con la vida que tenía junto a su esposo, Andre Floyd y sus dos hijos Jeremai y Elyjah, en Filadelfia, Estados Unidos. Pero todo cambió después que Andre falleció en una accidente en motocicleta el 19 de octubre de 2014. La mamá estaba destrozada y sin consuelo.
«Me acurruqué como una bola en el suelo. Estaba petrificada de seguir adelante sin él», le dijo Floyd a People.
Dos años después, Floyd como una salida a su profundo dolor por la pérdida de su esposo, solicitó convertirse en madre de acogida.
Y durante aniversario de la muerte de su esposo, mientras lo homenajeaban lanzando globos al cielo, Floyd recibió una llamada de los trabajadores de bienestar infantil preguntándole si podía acoger a dos hermanas. Ella inmediatamente aceptó.
Sin embargo, cuando los trabajadores sociales vieron que la casa tenía tres habitaciones le contaron a la mamá que además de Destiny, de 11 años, y Serenity, de 7, tenían a Lysander, el hermano de las niñas de 9 años.
«Lo iban a dejar en otro lugar. Les pregunté: ‘Si puedo conseguir otra litera, ¿puede quedarse?'», recordó Floyd.
“Solo quería que experimentaran la vida y se divirtieron en nuestra casa. Solo querían amor y atención y eran los niños más felices», recordó la mamá.
Cuando Floyd descubrió que había 3 hermanos más de los niños: Honesty, Adrian y August, hizo todo para que los trabajadores sociales y el tribunal le permitieran darles un hogar.
«Cuando me di cuenta de que se iban a separar, supe que tenía el espacio y la paciencia para aceptarlos a todos», dijo Floyd a ABC.
La mamá en lo más profundo de su corazón sentía que debía hacer algo por ellos. “Tengo que reunir a estos niños», manifestó Floyd a People.
Finalmente, en febrero de 2020, pudo adoptar a los cuatro hermanos menores, y a principios de mayo, logró la adopción de los dos hijos mayores.
«¡Todos, estamos todos juntos ahora!», exclamó Serenity Floyd, de 10 años, mirando un sofá con tres de sus hermanos biológicos.
Floyd construyó una vida feliz para ella y para sus 8 hijos, de entre 6 y 17 años. La hermana de Floyd, Kimberly Bobb, de 50 años, vive también con ellos y es quien la ayuda con el cuidado de los niños. La familia pronto se mudará a una casa más grande en Texas.
«Creo que nos salvamos la vida. También me salvaron la vida. Ya no estoy triste», dijo Floyd.
La madre de 8 le dijo a People que su difunto esposo le mandó una señal de lo que debía hacer. “Le agradezco todos los días por darme a estos niños».
«Es asombroso que mi esposo se haya ido en 2014 y todavía me bendiga con más Floyds», expresó Floyd a ABC.
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