Mamá de Ucrania recrea película «La vida es bella», para que hija no vea los horrores de la guerra

Por Celeste Armenta
07 de marzo de 2022 9:55 PM Actualizado: 08 de marzo de 2022 10:32 PM

Los padres son capaces de las mayores proezas para proteger la infancia de sus hijos, y una mujer ucraniana es un fiel testimonio de ello. Ahora que su país está en guerra, la madre está recreando la conmovedora película La vida es bella, con su hija de cuatro años.

«Nunca pensé que la trama de mi película favorita La vida es bella trasladaría sus realidades a mi presente, al presente de mi patria», escribió Ksenia Lunova, de 35 años, en su perfil de Facebook.

Antes de la invasión rusa a Ucrania, Lunova era una ama de casa que vivía en la ciudad de Obukhiv, a 30 kilómetros de Kiev, en Ucrania, junto a su esposo Igor Lunov y su pequeña hija Esenia, de tan solo 4 años.

Hasta antes del inicio de la invasión rusa, Lunov era un programador que trabajaba desde casa. Pero con la ley marcial que implementó de un momento a otro su país, tuvo que enlistarse en el ejército para ayudar «como puede», compartió Lunova al medio TN.

La familia de Lunova, antes del conflicto bélico. (Cortesía de Ksenia Lunova)

«Él no tiene experiencia en combate, pero ayuda a construir puestos de control, compra y traslada cosas necesarias para el ejército, explicó Lunova a The Epoch Times.

Mientras tanto, la madre se queda en el edificio donde trata de resguardarse junto su hija, tratando de protegerla recreando cada día el filme de Roberto Benigni, La vida es bella.

«Yo le digo que jugamos a las escondidas. Y por cada situación se ganan puntos que más tarde ella podrá canjear para comprarse lo que quiera», explicó la valiente madre a TN.

Al igual que en la película que aborda el holocausto de la Segunda Guerra Mundial ―ganadora de más de 50 premios internacionales incluyendo tres Oscar en 1999―, Lunova implementó un sistema de puntos que Esenia va acumulando: 1oo puntos si corre al refugio y 100 puntos si no llora y corre al refugio.

Aunque también se pueden perder puntos si, por ejemplo, alguien se acerca a la ventana.

Y por las noches llega la hora de un picnic en el pasillo, donde «nos tumbamos en el suelo bajo las sábanas y comemos chocolate y manzanas», expresó.

(Cortesía de Ksenia Lunova)

Aunque la niña es muy pequeña, Lunova compartió a The Epoch Times que ella entiende que algo está pasando. El 17 de febrero, tan solo una semana antes de que iniciara la invasión, Esenia cumplió 4 años.

«La vida se dividió en ‘antes’ y ‘después’. Mejor dicho, en ‘antes’ y ‘durante'», reflexionó.

Antes de la guerra, la niña tenía una vida normal: iba a la guardería, jugaba con sus amigos e iba a visitar a sus familiares. Ahora, ambas están en casa todo el tiempo, y esperan encontrase pronto con las abuelas, primos y amigos.

Aún impactada por cómo es su día a día, la joven madre compartió en la misma publicación de Facebook que nunca se imaginó que tendría que explicarle a su hija de cuatro años el «modo camuflaje ligero» como un juego. O que el divertido juego del escondite se convertiría en algo constante.

«Y todo con una sonrisa porque no tengo derecho a mostrarle ansiedad a mi hija, y lo que hay en mi corazón», aseveró.

Lunova dijo al medio TN que aunque muchos artículos comienzan a escasear en los supermercados, los ucranianos se apoyan mutuamente, ya sea empresarios distribuyendo comida y pañales para bebés o gente horneando pan para darlo a los soldados.

(Cortesía de Ksenia Lunova)

La madre ucraniana compartió a The Epoch Times que debido a lo difícil de la situación, unos días atrás comenzó a perder la esperanza, pero las palabras de apoyo que le llegan del exterior de Ucrania le dan «fuerza y valor» para ella misma, su familia y su país.

«Con este apoyo, ¿tenemos derecho a rendirnos? Un misil enemigo fue derribado ayer sobre mi ciudad. Y agradezco a los defensores y a Dios que el misil cayera en el campo, no en las casas», agregó.

En los primeros días de la guerra, Lunova y su hija grabaron un video para los hombres que se quedaron a luchar y para que todos los ucranianos los apoyen. La pequeña viste un traje nacional ucraniano, y cuenta un poema sobre Ucrania:

Nuestra soleada casa es amable y luminosa, Qué alegre y divertido es vivir en ella. Aquí está la canción de mamá y la sonrisa de papá. Los niños crecen en el amor y la bondad. Suena mi canción al sol: ¡Mi casa soleada es mi Ucrania!

Video cortesía de Ksenia Lunova.

Y, al igual que miles de ucranianos, trata de conservar el optimismo: «Amigos, nos deseo paz a todos. Deseo que nunca tengas que explicar a tu hijo el significado de la palabra ‘guerra’. Todo va a estar bien, espera».

(Cortesía de Ksenia Lunova)

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