Varios estados han comunicado a una agencia sanitaria estadounidense más de 10,000 infecciones por COVID-19 entre personas totalmente vacunadas contra el virus que causa la enfermedad.
A fecha del 30 de abril, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) habían notificado 10,262 de las denominadas infecciones posvacunación en 46 estados y territorios de Estados Unidos. Los casos de irrupción se refieren a los casos que aparecen dos o más semanas después de la última vacunación de una persona. Se trata principalmente de la segunda dosis de Pfizer o Moderna, pero puede ser la vacuna de una sola dosis de Johnson & Johnson.
De los casos, más de seis de cada diez se produjeron en mujeres, y la edad media de los pacientes fue de 58 años, según un nuevo informe de los CDC, que dejaron de contabilizar las infecciones posvacunación a partir del 1 de mayo, excepto las que causan hospitalización o muerte.
Aproximadamente el 10 por ciento de los pacientes requirieron atención hospitalaria, y 160, o el 2 por ciento, murieron.
Los datos indican que aproximadamente tres de cada 10 pacientes hospitalizados fueron ingresados por una razón no relacionada con la COVID-19 o sin síntomas.
La edad media de los que murieron después de vacunarse era de 82 años. Veintiocho muertes se atribuyeron a una causa no relacionada con la COVID-19, o se produjeron en pacientes que no presentaban síntomas.
Se dispuso de datos de secuenciación para 555 de los casos de ruptura. Se identificó que más del 60 por ciento procedían de variantes, incluida la variante B.1.1.7 que se identificó por primera vez en el Reino Unido.
A fecha del 30 de abril, alrededor de 101 millones de personas en Estados Unidos habían sido vacunadas completamente contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa la COVID-19.
Los CDC dijeron que los últimos datos de irrupción indican que las infecciones se producen solo en una «pequeña fracción» de las personas vacunadas.
«El número de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 que se evitarán entre las personas vacunadas superará con creces el número de casos de irrupción de la vacuna», escribieron los investigadores.
Sin embargo, la agencia también reconoció que las cifras que dio a conocer están sujetas a al menos dos limitaciones.
«En primer lugar, es probable que el número de casos de irrupción de la vacuna contra la COVID-19 notificados sea un recuento sustancialmente inferior» porque los datos proceden de un sistema nacional de vigilancia que se basa en la notificación pasiva y voluntaria, y porque muchas personas con infecciones posvacunación podrían no buscar pruebas, en particular las que no muestran síntomas.
Además, los datos de la secuencia solo están disponibles para una pequeña proporción de los casos que se notificaron.
Los CDC están trabajando en estudios clínicos para evaluar la eficacia de las vacunas y seguirán recopilando información sobre las infecciones de emergencia.
El Dr. Ashish Jha, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown, dijo que el informe indica que las tres vacunas autorizadas para uso de emergencia en Estados Unidos funcionan bien.
«Estas vacunas son mucho mejores de lo que habría predicho hace un año, pero no son el 100 por cien. Nada en la vida es 100 por cien. Así que, sí, vamos a ver algunas infecciones posvacunación, excesivamente raras, y [será] excesivamente raro que uno enferme si se infecta», dijo en la ABC.
Dos semanas después, los envíos de información de 47 estados y territorios mostraron 353 muertes entre las personas totalmente vacunadas, con 1811 hospitalizaciones, según los CDC.
Los CDC declararon en abril que «no hay pruebas de que la vacunación haya contribuido a las muertes de los pacientes» notificadas por el Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas.
El informe de los CDC salió a la luz el mismo día en que unos investigadores no afiliados a la universidad afirmaron en un estudio previo a la revisión por pares que las variantes preocupantes están sobrerrepresentadas entre las infecciones posvacunación que estudiaron en el estado de Washington.
Los 20 casos de este tipo en la institución de los investigadores, la Universidad de Washington, fueron clasificados como variantes preocupantes, incluyendo el 40 por ciento como B.1.427, conocida por algunos como la variante de California.
Los investigadores, que recibieron financiación de los Institutos Nacionales de la Salud, dijeron que al analizar más de 5000 muestras contemporáneas secuenciadas en su laboratorio encontraron que las variantes preocupantes estaban «significativamente abultadas entre las infecciones posvacunación».
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