Una mañana de sábado, Abbey Boyd conoció a un tímido perrito llamado Ted en el refugio de animales local donde ella es voluntaria.
Cuando apareció en la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (SPCA) en Yellowknife, Canadá, se mostró tímido y miedoso y parecía que nadie le agradaba. “No me dejaba llevarlo. Nadie podía caminar junto a él”.
Entonces intenté algo diferente, comentó Abbey a CBC: “Le di tiritas de tocino con sabor a queso para intentar agradarle”.
En ese instante, ¡Ted se debe haber enamorado! A partir de ese momento comenzó a prestarle atención a Abbey, quien no pensó que sería para tanto. Luego, ella le pidió al conserje que construyera una perrera más grande para Ted porque la suya era demasiado pequeña.
Al día siguiente, Abbey se levantó temprano en la mañana para ir a trabajar al aeropuerto y cuando regresó a casa a la mañana siguiente, notó a un perro sentado en su porche, ladrándole.
Al principio no reconoció al perro, y se acercó con cautela. “Finalmente me decidí a pasar a su lado caminando”, pero él salió corriendo.
Abbey lo intentó una o dos veces, y de a poco logró acercarse al perrito y reconoció una marca en el hocico. “Ahí me di cuenta de que era Ted”.
Boyd llamó al refugio para informarles y descubrió que el perro había salido de su perrera y se había escapado por una reja atada con cadenas.
Ted había viajado entre 4 y 9 kilómetros desde el refugio hasta la casa de Abbey, pasando por estanques, lagos y el aeropuerto para llegar al vecindario de la joven.
Pero, ¿cómo la encontró o por qué decidió llegar a ella? Era un misterio que la desconcertaba.
“Es solo… es rarísimo, la cosa más sorprendente que me ha sucedido”.
Ted es una cruza entre pastor alemán y akita, ambas razas tienen un fuerte sentido del olfato. Los pastores alemanes son una raza de perro común en la policía, y los akita históricamente fueron cazadores de osos y buenos perros sabuesos.
Cheryl Sadler, una criadora de akita por 35 años, dijo a CBC que estas razas “son perros de una sola persona”.
“Se hacen amigos de una persona”, expresó Sadler, y a Ted debe haberle agradado Abbey, quien no cree que se trate de una mera coincidencia.
“Todo es una señal cuando se trata de animales”, señaló Abbey. “No puedo ignorar una señal como esa. Apareció en mi casa, ¿de entre cuántas personas que viven aquí? De todos los perros. De todos los olores. Él eligió mi casa. Donde estoy”.
Abbey comenzó el proceso de adopción de Ted, según contó a CBC y se mudará a una nueva casa porque su vivienda actual no admite perros.
«[Voy a] construir mi vínculo con él, al parecer, él siente más que yo. [Está] literalmente sentado en una bandeja listo para ser amado y cuidado».
Las personas generalmente creemos que somos quienes elegimos las masotas, pero no siempre es así, algunas veces como la historia de Abbey y Ted, ellas nos eligen a nosotros sin siquiera haberlo considerado.Y no hay que desaprovechar tanta demostración de amor, ¡aunque sea perruno!
Un perrito le tiene miedo al puente y su dueña tiene que ayudarlo
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