Un vehículo fuera de serie fue descubierto por una abogada estadounidense, quien decidió darlo a conocer al mundo. El singular auto es pequeño, práctico y ayuda a las personas en silla de ruedas a poder desplazarse libremente por la ciudad.
Istvan Kissaroslaki, un ingeniero de Hungría, desarrolló un pequeño e inusual automóvil, al que llamó kenguru, que servía a las personas en sillas de ruedas a desplazarse por sí mismas de manera independiente. Pero la economía del país europeo colapsó en 2012 y perdió el financiamiento del gobierno.
Para continuar, la empresa de Kissaroslaki dependió de donaciones hasta que Stacy Zoern, una abogada en Texas, lo descubrió mientras buscaba opciones para transportarse.
Zoern tiene paraplejía y desde pequeña ha utilizado sillas de ruedas. En entrevista a Translogic, la abogada explicó que se dio a la tarea de buscar opciones de autos tan solo para ver si la tecnología había avanzado desde su primera experiencia de manejo.
«Cuando tenía 19 años conduje una camioneta modificada que costaba USD 80,000 y tan solo unos meses después se descompuso», compartió.
«Pasé toda mi vida adulta dependiendo de otros para llegar al cine o al teatro», dijo Zoern, y «siempre tenía que llamar a mis amigos y decirles ‘¿puedes llevarme al supermercado o al médico y luego puedes recogerme?'».
Así que, 14 años después, se encontró a sí misma navegando en Internet para ver si la tecnología había avanzado en más de una década.
Al encontrase con el kenguru simplemente quedó fascinada. Al ver la situación financiera de la empresa el primer pensamiento que tuvo fue: «¿Con cuánto dinero cuentan?», y «una cosa llevó a la otra» hasta que tras dos años el húngaro y la estadounidense se asociaron y llevaron la compañía a Austin, Texas.
En un mercado donde los autos modificados para personas en silla de ruedas, o los que tienen acceso para la silla son las opciones, el Kenguru brilló por su sencillez y practicidad.
Qué hace especial al kenguru
Para comodidad del conductor tiene una sola puerta que abarca el panel trasero. Este se levanta tan solo presionando un botón y al mismo tiempo se extiende una rampa, por donde la silla puede subir sin mayor dificultad.
La rampa regresa a su lugar y la puerta se cierra cuando el conductor enciende el kenguru. En lugar de volante y pedales convencionales trae un manubrio estilo motocicleta, y el espacio es tan solo para el conductor y su silla de ruedas, informa Clean Fleet Report.
Puede alcanzar las 65 millas por hora, y en comparación a un auto eléctrico, es mucho más accesible para la población. Mientras un vehículo con acceso a silla de ruedas puede llegar a costar de USD 40,000 a 100,000, el kenguru cuesta USD 25,000, y es totalmente eléctrico.
Zoern compartió a Translogic que el kenguru ha sido llevado a ferias de todo el mundo, como en Nueva York Alemania y Dubai, y a las personas les emociona tanto como a ella el tener una opción para tener independencia en la movilidad por las ciudades.
«El público está tan emocionado que tenemos gente en lista de espera que quieren comprar [el kenguru]. Recibo correos electrónicos de todo el mundo, de lugares de los que nunca he oído hablar, que quiere comprar kenguru», dijo emocionada.
Hasta ahora, el problema ha sido que no cuentan con la financiación suficiente para fabricar kengurus al mismo ritmo de la demanda.
Sin embargo, el primer paso al darlo a conocer al mundo ya se dio.
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