El Centro de Ciencias de Seacoast de New Hampshire adquirió una langosta azul y naranja extremadamente rara, que parece ser un ejemplar entre 50 millones. Hace unas semanas se expuso en su nuevo tanque, sorprendiendo a los visitantes.
La extraña coloración del crustáceo probablemente se debe a una mutación genética en una fase muy temprana de su desarrollo, cuando la división celular forma los lados izquierdo y derecho de su cuerpo. Un lado es azul y el otro naranja, divididos simétricamente a lo largo de su longitud en una línea recta casi perfecta.
El centro de ciencia publicó fotos en Facebook, y ha sido todo un espectáculo.
Y aún más extraño, el ejemplar no es enteramente macho ni hembra; su mutación, llamada ginandromorfismo, hace que un lado (su lado azul) sea macho y el otro (su lado naranja) hembra, teniendo órganos reproductores de ambos sexos.
El acuariólogo principal del centro, Rob Royer, explicó a The Epoch Times que adquirieron la langosta del Acuario Estatal de Maine en abril de 2020 en circunstancias especiales durante la pandemia.
«Debido al COVID, en realidad estaban cerrando», dijo Royer. «En realidad se estaban deshaciendo de muchos de sus animales».
«Estaban liberando o dando a otros acuarios su inventario, así que pude conseguir algunas estrellas, cosas para nuestro tanque de contacto, y también esta langosta estaba disponible».
Por el tamaño de la langosta —un kilo y medio—, Royer calculó que tenía entre 7 y 8 años.
«En este momento, también tenemos una langosta azul, pero esa, en realidad, no es tan rara», dijo. «Una langosta azul es como una entre uno o dos millones; pero ésta al ser de ambos colores y estar partida así es una entre cincuenta millones».
Las langostas suelen ser de color marrón rojizo y manifiestan varios pigmentos diferentes —como el amarillo, el rojo y el azul—, pero el ginandromorfismo puede causar anomalías durante el desarrollo embrionario. Además de las langostas azules y divididas, según el Centro de Ciencias, una langosta roja se presenta una vez entre 10 millones; una langosta amarilla, una vez entre 30 millones; y una langosta blanca o albina, una vez entre 100 millones de ejemplares.
La mutación puede producirse no solo en crustáceos, sino también en insectos, como las mariposas, y en aves.
Actualmente, la langosta naranja y azul del centro se está adaptando bien a su nuevo entorno.
«Tiene buena salud, parece que ha estado comiendo, lo cual es bueno», dijo Royer, señalando que el personal lo ha estado alimentando con calamares picados, camarones y almejas. «No ha cambiado de piel por ahora, pero actualmente le está volviendo a crecer una de las garras».
Explicó: «Normalmente, tienen una pinza que es larga y delgada y luego una pinza trituradora, que es mucho más ancha y realmente fuerte, para aplastar caparazones y cosas».
«Las langostas y los cangrejos pueden volver a tener pinzas, antenas e incluso los ojos».
El espectacular ejemplar se está exponiendo a los visitantes en el Centro de Ciencias de la Costa, donde se instaló un tanque especial para el crustáceo —completado con su propia cueva— para facilitar su observación.
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