Rugidos de libertad resonaron en el horizonte cuando Ruben, un majestuoso león de melena dorada, comenzó a prepararse para el viaje más importante de su vida. Tras 15 años de silencio y soledad en una jaula de hormigón, a este rey caído le llegó la hora de reclamar su trono en la sabana africana.
La odisea de Ruben, que ha capturado la atención y los corazones de personas en todo el mundo, es un testamento conmovedor al poder de la compasión y la perseverancia humana. Durante más de una década y media, su mundo se limitó a un espacio apenas más grande que su propio cuerpo, olvidado en un zoológico privado cerrado en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán.
Imaginen por un momento la vida de Ruben: 5475 días mirando las mismas cuatro paredes grises, sin sentir la caricia del viento en su melena, sin poder estirar sus poderosas patas en la hierba suave. Durante cinco interminables años, este rey de la selva permaneció en completo silencio y soledad.
Pero como dice el refrán, la esperanza es lo último que se pierde. Y para Ruben, esa esperanza llegó en forma de los incansables trabajadores de Animal Defenders International (ADI), una organización sin fines de lucro dedicada a salvar animales en situaciones críticas.
El rescate de Ruben no fue tarea fácil. La región políticamente inestable requirió una operación meticulosamente planeada y ejecutada en secreto.
Anhelando una vida digna para Ruben, la familia del antiguo oligarca consintió su liberación, sorteando numerosos puestos de control militarizados en el proceso, según informó el Daily Mail, subrayando los peligros que los rescatistas enfrentaron para salvar a este noble animal.
Cuando los rescatistas de ADI finalmente llegaron a Ruben, se encontraron con una imagen desgarradora. El otrora majestuoso león estaba en un estado lamentable: su pelaje, que debería ser un manto dorado y lustroso, estaba terriblemente enmarañado. Sus dientes, diseñados para desgarrar carne, estaban cariados y rotos. Pero lo más preocupante era su condición neurológica, posiblemente resultado de una lesión cerebral o en la columna vertebral.
«Se tambalea al andar y a veces se le doblan las patas», declaró ADI en un comunicado. «Tiene miosis ocular… pupilas pequeñas y contraídas. Parece capaz de ver cosas, reacciona ante la gente que le rodea, incluso a cierta distancia, y [tiene] buen oído».
A pesar de estos desafíos, Ruben demostró una resistencia increíble. En su nuevo hogar temporal, una instalación de cuarentena en un santuario armenio, Ruben está experimentando comodidades que nunca antes había conocido: una casa nocturna con calefacción, una cama de heno suave y una zona exterior climatizada. Aunque pequeña, esta área es «más espacio del que jamás ha conocido», dijo ADI.
Pero esto era solo el comienzo del viaje de Ruben. El verdadero sueño, el objetivo final, es llevarlo a su hogar definitivo en Sudáfrica, en el Santuario de Fauna Salvaje de ADI. Allí, Ruben tendrá la oportunidad de experimentar la vida como debería haberla vivido siempre.
«Caminará sobre la hierba por primera vez en su vida, sentirá el sol en su espalda y el viento en su melena», declaró ADI, pintando una imagen que no puede sino conmover hasta el corazón más duro.
Y continuó: «Ruben verá y oirá otros animales salvajes como ardillas de tierra, mangostas, conejos, liebres, pájaros y muchos más. Tendrá la libertad de elegir dónde quiere estar, tumbado al sol, dentro de su madriguera o en la plataforma observando a los vecinos. La riqueza de la vida en la Tierra será suya, por primera vez».
El viaje a Sudáfrica no fue una tarea sencilla. Requirió una planificación exhaustiva, incluyendo la obtención de permisos, la construcción de una jaula de transporte especial, la preparación de su nuevo hábitat y la coordinación de vuelos y transporte terrestre. Pero para ADI, ningún esfuerzo es demasiado grande cuando se trata de dar a Ruben la vida que siempre mereció.
Finalmente, aunque Aturdido y con las patas inestables, Rubén salió de su jaula de transporte y entró en su nuevo hogar del santuario el 24 de agosto, delante de su equipo de rescate. Inmediatamente, comió un tentempié y empezó a jugar con un saco gigante de hierba gatera —»su primer juguete»— en su hábitat especialmente diseñado para «necesidades especiales», lo que hizo llorar al equipo de ADI. Ellos compartieron imágenes conmovedoras de los primeros pasos de Rubén en YouTube.
(Cortesía de Animal Defenders International)
En el santuario, Ruben no solo tuvo espacio, libertad e innumerables cuidados, sino también compañía. Pudo oír el rugido de otros leones y tigres y gozar de su merecida libertad.
Lamentablemente, a pesar que Rubén se estaba recuperando lentamente de su calvario, hace apenas un mes atrás el santuario lo vio partir. «Le hemos dicho adiós a nuestro querido e inspirador Rubén. 15 años de cautiverio y desnutrición dejaron su cuerpo comprometido por la espondilitis y la neuropatía degenerativa; los huesos de su columna se estaban desintegrando, dañando su nervio espinal. Seguimos luchando por Rubén después de que recientemente sufriera un ataque y quedara incapacitado para mantenerse en pie, pero falleció, a pesar de todos los esfuerzos del Dr. Peter Caldwell», dijo ADI en un comunicado.
La historia de Ruben es más que el rescate de un león; es un recordatorio de nuestra responsabilidad colectiva hacia todos los seres vivos. Es una historia de segundas oportunidades, de la bondad humana y del inquebrantable espíritu de un animal que, a pesar de todo, nunca perdió su majestuosidad.
Sin duda, Ruben nos invita a todos a reflexionar sobre el impacto que podemos tener con nuestras acciones. Descansa en paz querido Ruben.
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