Se pueden hacer amistades en cualquier lugar. Edna Kobori, de 62 años, administradora de instituciones educativas públicas, lo recuerda a diario cuando su perrita adoptada, Mimi, espera ansiosamente la visita periódica de su amigo, el Sr. Sebastião.
El Sr. Sebastião, un hombre sin hogar que camina por las calles de São Paulo, Brasil, donde Kobori creció y vive, se esfuerza por pasar a saludar a Mimi todos los días.
La emoción de Mimi es evidente. Baila a la expectativa, incapaz de ocultar su impaciencia, y luego se queda absorta ante la atención de su amigo.
Kobori se hizo cargo de Mimi en junio de 2020, cuando la perrita tenía alrededor de un año, tras la muerte de su anterior dueño. Debido a la paralización de las adopciones de animales por la pandemia en ese momento, Kobori terminó quedándose con el cachorro. Ahora, Mimi tiene entre 2 y 3 años.
«Cuando Mimi llegó, era una perrita muy triste», dijo Kobori a The Epoch Times. «Ante cualquier ruido en la calle, se daba la vuelta como si buscara a alguien. Pero desde el principio, siempre fue muy cariñosa. Le encantaba abrazar a la gente. Le encanta la gente».
Aunque Mimi es muy cariñosa con las personas, su simpatía no se extiende a otros perros, y aún no ha aprendido a obedecer a su nuevo dueño. Es excepcional a la hora de hacer amigos humanos, la afinidad que tiene Mimi con el Sr. Sebastião es impresionante.
«El Sr. Sebastião lleva más de 10 años viviendo en las calles del barrio», dijo Kobori.
«Es una figura conocida y recibe ayuda de muchos residentes del barrio. No bebe, nunca ha molestado a nadie, no pide nada. Ama a los animales».
«Él tenía dos perros: Diana y Fred. Murieron justo antes de la pandemia. Muchos le ofrecieron otros perros, pero no quiso adoptar a ninguno más. Pero juega con todos los perros del barrio».
El amor del Sr. Sebastião por los animales siempre ha sido evidente para Kobori. A veces lo ve sentado, hablando con los pájaros que viven en los árboles de su calle, imitando sus cantos. Observa que otros perros del barrio salen corriendo a su encuentro cuando pasa.
La dulce amistad entre Mimi y el Sr. Sebastião comenzó hace tiempo tras un encuentro en la calle.
Ese día, Kobori estaba fuera con Mimi cuidando el jardín cuando el Sr. Sebastião se acercó a jugar con ella. Después de dos o tres encuentros como ese, Mimi empezó a notar su presencia en cuanto se acercaba a la calle y empezaba a «chillar» como si pidiera a Kobori que le abriera la puerta.
Un día, Kobori decidió filmar su adorable encuentro diario. Filmó a Mimi bailando con una anticipación desenfrenada y el afectuoso saludo del Sr. Sebastião. Su video se hizo viral y alcanzó rápidamente más de un millón de visitas.
Parece que es difícil cansarse de la dulce escena de amabilidad entre dos amigos recién llegados.
Vea el video a continuación:
(Cortesía de Edna Kobori)
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