Una ardilla bebé que fue rechazada por su madre formó un precioso vínculo con un veterano estadounidense discapacitado que la rescató. El veterano esperaba liberarla una vez que estuviera sana, pero la ardilla tenía sus propios planes.
Paul Materasso, de 53 años y natural de Nueva York, fue herido en acto de servicio. Ahora es padre de dos hijos y vive en Queens.
El 1 de junio del 2019, después de dejar a su hija en una escuela japonesa de fin de semana, Materasso estaba en un semáforo en rojo, esperando, cuando se dio cuenta de que una ardilla bebé estaba siendo atacada por pájaros.
«El bebé estaba en el toldo de una tienda», dijo a The Epoch Times. «Los pájaros tiraron a la cría del toldo y me detuve para ayudar».
Materasso cogió una escalera y subió para volver a poner la cría de ardilla en el toldo, a la vista de su madre.
«Sabía dónde estaba su nido, pero estaba demasiado alto para llevarla allí», dijo Materasso. «La puse cerca y su madre la vio. Creo que la madre la rechazó porque estaba plagada de pulgas».
Materasso se dirigió entonces a su casa, pero volvió al lugar varias veces en las horas siguientes para ver cómo estaba la ardilla bebé. La madre no volvió. Nueve horas después, la ardilla bebé, a la que llamó Stella, estaba en el suelo perseguida por gatos callejeros.
Al ver este espectáculo, Materasso decidió llevarse a Stella, de 7 semanas, a casa con la intención de liberarla cuando fuera lo suficientemente mayor.
El cuidado de Stella no era la primer aventura del veterano con una ardilla. De niño, ayudó a su padre a criar una ardilla cuando su madre echó a una pareja del nido en el patio trasero de la familia, según Bored Panda. Sin embargo, una de ellas murió en el primer mes, ya que estaba enferma. Materasso llamó a la otra ardilla bebé Suzy, y vivió en su casa durante nueve largos años.
Debido a su experiencia previa, Materasso sabía que las ardillas bebé necesitan tomar leche cada cuatro horas. Aparte de alimentar a Stella con leche de fórmula para perros con un biberón, la hizo sentir cómoda en una pequeña jaula en su casa.
«También tuve que ayudar a Stella; tenía pulgas… más de 20 en su pequeño cuerpo», dijo Materasso a The Epoch Times. «Estaba sufriendo, y cuando le quité todas las pulgas se puso muy contenta. Ahí empezó nuestro vínculo especial… Tenía que ser la ‘mamá’ de Stella, alimentarla, jugar con ella y mantenerla feliz».
Cuando Stella cumplió tres meses, Materasso empezó a darle comida sólida: un 80 por ciento de frutas y verduras y un 20 por ciento de frutos secos. Como la mayoría de las ardillas, los aguacates eran los favoritos de Stella.
Incluso a los 7 meses, Stella era tan pequeña que podía caber en una mano humana.
Cuando Stella estaba sana, Materasso intentó soltarla, pero siempre volvía.
«Supongo que vio el amor que le di, la atención y, por supuesto, la gran comida», dijo Materasso. «Definitivamente confía en mí y yo en ella, el vínculo que tenemos es increíble».
El hijo de Materasso, de 18 años, y su hija, de 10, también se enamoraron de Stella y le rogaron a su padre que le abriera su propia cuenta de Instagram para compartir sus travesuras con el mundo.
Su travesura favorita de Stella es cuando corre por el exterior sin correa y siempre acude a él cuando le llama.
«Hace ese ‘parloteo’ con los dientes, haciéndome saber que quiere jugar y explorar más», dice Materasso. «Normalmente la dejo. Si empiezo a alejarme, viene corriendo, como diciendo: ‘Oye, ¿a dónde crees que vas sin mí?».
Compartiendo más sobre la personalidad de Stella, Materasso dijo: «Si me oye abrir una bolsa de cualquier cosa, tiene que correr a ver qué es. Si vienes a mi casa y le traes algo, se alegra de verte. Hace esas volteretas en su jaula para que nadie se resista a darle algo; sabe usar su encanto, ¡a lo grande!».
El padre de Materasso falleció en 2017. Espera que Stella pueda vivir más tiempo que su antigua querida ardilla Suzy, y le dijo a Bored Panda: «Realmente creo que me la enviaron Dios y mi padre».
Las ardillas no son buenas mascotas, ya que necesitan más atención que un perro o un gato porque se sienten solas rápidamente, dice Materasso. Pero la adorable Stella eligió su hogar y Paul encontró un vínculo sin igual, y dijo a The Epoch Times: «Tenemos que cuidarnos mutuamente como queremos que nos cuiden si necesitamos ayuda. Los animales nos necesitan y nosotros necesitamos a los animales».
Vea el vídeo:
(Cortesía de Paul Materasso)
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