Un escultor de Bosnia está convirtiendo una de las herramientas más rudimentarias de los artistas —el lápiz— en impresionantes obras de arte.
Las esculturas en miniatura de Jasenko Đorđević, talladas en minas de lápiz, constituyen un comentario sobre el medio y a la vez una invitación a reconceptualizar el gran arte a escala microscópica.
Inspirado por el artista del plomo Dalton Ghetti, Đorđević fue la primera persona en Europa, y el segundo artista conocido en el mundo, en crear esculturas de plomo en miniatura de esta manera, según su sitio web, TOLDart.
«El lápiz siempre ha sido una herramienta para hacer arte, pero, en este caso, es el arte», dijo Đorđević a My Modern Met, una comunidad online que destaca la creatividad y la cultura positiva.
«Y eso es lo primero que me inspiró. Siempre ha sido muy simbólico para mí, el propio lápiz, y cada escultura que surge de él tiene un significado y una historia detrás».
Đorđević, nacido en Tuzla en 1983, conoció la obra de Ghetti a través de su hermano, y se despertó su pasión por un nuevo método en miniatura. Antes de trabajar con grafito, también había experimentado con la papiroflexia, logrando plegar un barco de papel de solo 1 milímetro de diámetro en el año 2000, reportó la revista online.
El talentoso artista lleva haciendo esculturas con lápices de grafito desde 2010. Recordando sus días de preescolar y primaria, dijo que sus «dibujos eran siempre muy pequeños en comparación con el papel».
«También hacía pequeñas esculturas de arcilla», dijo al medio, «pero a medida que crecía y cambiaba, también lo hacía el material».
Đorđević dice que, como el grafito es un material frágil, los errores se miden en décimas de milímetro.
Y para el apasionado artista, el reto añadido era simplemente irresistible.
Đorđević dice que empieza por elegir un diseño que pueda ser representado en dimensiones minúsculas antes de hacer el boceto. A continuación, calcula los «puntos débiles de la escultura», elige un lápiz redondo o cuadrado y reúne un conjunto de bisturíes quirúrgicos.
La primera fase de esculpir el boceto dura entre 5 y 10 horas, según My Modern Met. Después, toma algunas fotos de alta resolución para localizar los puntos de corrección. La segunda fase, la «fase de detalle», requiere un microscopio y puede durar hasta dos días.
«Como último paso, hago un par de fotografías para mi archivo y le doy un número de serie», dijo.
Đorđević acepta encargos. Aunque algunas de las ideas de sus clientes son técnicamente imposibles, al artista le gusta tener una opinión objetiva sobre su trabajo.
Cuando trabaja para sí mismo, sus inspiraciones son muchas: el arte pop, la naturaleza, la arquitectura, las reproducciones de obras de arte famosas y las cuestiones sociales.
La complejidad del trabajo de Đorđević se ha desarrollado al mismo tiempo que su comprensión del medio elegido. A los seis años de su trayectoria, en 2016, el artista realizó su primera exposición internacional en Noruega y conquistó una audiencia internacional.
Con el nombre de TOLDart en las redes sociales, ahora muestra sus increíbles obras maestras en miniatura en Instagram.
Algunos proyectos ocupan un «lugar especial» en su corazón, debido a su importancia social.
«Uno de ellos es el Proyecto Alfabetización», dijo Đorđević al medio, «donde hice una serie de esculturas que reflexionan sobre los derechos humanos».
Otra, para Amnistía Internacional, tenía como objetivo ayudar a las personas que han sido maltratadas.
El artista afirma que aún le apasiona el trabajo.
«Llevo mucho tiempo haciendo esto», dice. «Me ha dado sentido, oportunidades, por supuesto, placer, y por último —pero lo más importante— me ha dado libertad».
«Libertad frente a la monotonía de la vida cotidiana y, a veces, libertad de mis propios pensamientos».
Đorđević tiene exposiciones permanentes en la TOLDart Atelier-Gallery y la GM Gallery de Tuzla, y en el Cumberland Pencil Museum de Cumbria, Inglaterra.
(Cortesía de TOLDart)
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