Una artista nacida en Rusia y afincada en Londres hace arte a partir de objetos domésticos como la ropa, los muebles y la comida. Su singular movimiento, bautizado como «surrealismo doméstico», ha conseguido un gran grupo de fans en todo el mundo.
Helga Stentzel, de 38 años, se inspira enormemente en la vida cotidiana. Dirigía una empresa de diseño y venta de ropa y accesorios para niños y, para promocionarla, creó una página de Instagram. Pero entonces se dio cuenta que sus clientes querían más.
«La gente se aburrió de ver solo guantes y camisetas», dijo a The Epoch Times. «Pensé: ‘Vale, tengo que mostrar algo para mantenerlos entretenidos’, y fue entonces cuando empecé a experimentar con mis primeras cosas caseras».
«Creé un alien con un plato de guisantes, hice algo con rieles de tren para niños. Y eso empezó a llamar tanto la atención que la gente empezó a reenviar mis imágenes y a crear las suyas propias, y yo pensé: ‘¡Vaya, qué interesante, estoy en algo grande!'».
Para Stentzel, una grieta en la pared puede parecerse a una paloma o a un cerdo; un corcho puede parecer una vaca.
«Creo que si prestamos atención, si estamos presentes en el momento, podemos inspirarnos en todas partes, simplemente porque ya hay muchas maravillas en el mundo», dijo.
Stentzel llevaba tiempo haciendo su arte antes de acuñar el término «surrealismo doméstico». Una de sus primeras obras que obtuvo gran atención de los medios de comunicación fue una serie de animales construidos con ropa sucia en un tendedero.
Stentzel documentó el proceso de fabricación de su primer animal, un caballo, durante los primeros meses de la pandemia.
«Lo primero que vi fue un calcetín que estaba junto a unas pinzas en el suelo», recuerda. «Pensé: ‘Vaya, este calcetín parece realmente la cabeza de un caballo’. Empecé a experimentar con él y me di cuenta de que podía crear el caballo entero, así que cogí el jersey de mi marido que estaba colgado en el tendedero y creé un cuerpo».
«Resultó que el calcetín era demasiado pequeño, así que lo cambié por los pantalones de mi hijo, y así creé la silueta del caballo. Esta imagen se hizo tan popular que pensé que podía crear más».
Stentzel fotografió al caballo frente a un «bonito paisaje» que encontró en su archivo de imágenes, afirmando que era «terapéutico» imaginar al caballo corriendo libre en un campo mientras tantos estaban encerrados en sus propias casas. «Creo que se trataba de mi deseo interno de liberarme de todas las restricciones que COVID nos imponía en todo el mundo», recuerda.
La misma idea inspiró otros animales de la línea de ropa, como una vaca con las montañas rusas como telón de fondo, y un oso que montó y fotografió en la propia Rusia en febrero de 2021, a 32 grados bajo cero.
«Todo es real; los copos de nieve de la línea de ropa, todo», dijo.
Las otras creaciones de Stentzel incluyen perros y gatos hechos con comida —por lo que ganó el premio al Creador de Alimentos del Año 2020— y un mural pintado en el lateral de una casa de Londres adyacente a un edificio demolido durante la Segunda Guerra Mundial, una pieza de «arte accesible» que, según ella, es su mayor logro hasta la fecha.
Stentzel, que dice haber sido artesana desde su infancia, siempre quiso ser diseñadora de interiores. Sus padres la animaron a ir a la escuela de arte, y más tarde se mudó con ellos a Alemania antes de trasladarse a Londres, Inglaterra, para estudiar Diseño Gráfico y Publicidad en la Escuela de Arte y Diseño Central Saint Martins.
«Aprendí mucho sobre lo básico: combinaciones de colores, composición, formas y líneas», recuerda. «Creo que todo lo que estudiamos o aprendemos en nuestra vida acaba por ayudarnos en el siguiente paso de nuestra carrera».
Stentzel, que actualmente está trabajando en su quinto animal de la serie de su línea de ropa, un tejón, mantiene un cuaderno de bocetos a su lado en todo momento para recoger sus observaciones. La belleza está en todas partes, insiste, pero encontrarla puede ser una cuestión de perspectiva.
Explica: «Puedes ver un montón de ropa sucia o un animal en la línea de ropa, depende de cómo elijas ver el mundo. Nadie más puede dictarnos lo que tenemos que ver. Mi creatividad consiste en la libertad de esta elección, la libertad de ver lo positivo en lugar de lo negativo».
Stentzel expone su obra a menudo y siempre está encantada de conocer a sus fans en persona. Su consejo favorito para los jóvenes artistas es que siempre se escuchen a sí mismos mientras crean, y que encontrar el capricho en lo mundano es una habilidad que se puede aprender.
«Creo que, en el fondo, siempre sabemos lo que nos conmueve y lo que no, lo que nos alegra, lo que nos parece real y lo que nos estremece», dice.
«[Mis seguidores] me envían fotos de enchufes, grietas en el suelo, interruptores de la luz, y en esas fotos aparecen pequeños personajes… ver esas criaturas y personajes en los objetos cotidianos es definitivamente algo que todo el mundo puede aprender. Te aseguro que si empiezas a fijarte, no podrás dejar de verlos».
Stentzel exhibe su arte único, y vende impresiones, en su sitio web.
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