Cansados de la «ruidosa vida de la ciudad», una artista nacida en Kazajstán y su marido, nacido en Rusia, abandonaron sus viviendas urbanas para construir una casa tranquila en medio de la naturaleza. La casa, ahora hermosa y acogedora, inspira a la pareja a vivir en armonía con el mundo que les rodea.
Katharina Kölln, artista independiente y creadora de contenidos de 32 años, y su marido, Roman, consultor de marketing online, viven en Alemania desde la infancia. Empezaron a salir a los 15 años y se casaron hace 11 años.
La casa de ensueño de la pareja en los bosques de Baviera, cerca de Núremberg, iba a ser originalmente una casa de vacaciones. Pero estuvo habitada por una anciana durante 15 años, cuyo hermano vendió la casa cuando ella falleció. Hoy, Katharina y Roman viven allí con sus dos gatos, el oso Teddy y el ratón Minnie.
Cuando la pareja vio la casa por primera vez, comprobó que no se había hecho nada en ella durante mucho tiempo.
Al describir el estado de la casa, Katharina dijo a The Epoch Times: «Muchas cosas seguían en su estado original de los años 60: papel pintado y alfombras viejas, techos bajos, una chimenea que no funcionaba, un viejo baño roto. Las ventanas y las puertas delanteras también estaban en mal estado».
Sin embargo, la pareja tuvo claro desde el principio que querían tener una casa pequeña con una gran parcela verde y cubierta de vegetación.
«El plan era hacer todo lo más sencillo y sostenible posible; debía ser divertido y extraordinario, funcional y minimalista al mismo tiempo», dijo Katharina.
La pareja comenzó su proceso de renovación hace un año y se propuso renovar casi todo en su casa. Contrataron a un inspector de obras para saber qué podían hacer ellos mismos y qué podían subcontratar.
La pareja encargó el aislamiento del tejado a contratistas externos antes de encargarse del resto de las obras.
«Siempre nos informamos muy bien antes de cada proyecto; por supuesto, todo tiene que hacerse de forma profesional y segura», dice Katharina. «¡Es divertido! La casa se convierte en algo muy especial y, por supuesto, ahorramos dinero en el proceso».
Gastando entre 60,000 y 70,000 libras (aproximadamente entre 73,500 y 85,800 dólares) en los materiales necesarios para toda la remodelación, Katharina y Roman lijaron y volvieron a enlucir parcialmente las paredes, ampliaron y reencuadraron las ventanas, instalaron puertas interiores, colocaron suelos de madera y actualizaron el cuarto de ducha. Abrieron el techo, lijaron las vigas originales y colocaron tejas.
Sin embargo, según Katharina, la renovación aún no está completa. La pareja tiene previsto revestir el tejado inclinado con madera, cambiar dos ventanas más, intercambiar las puertas de la terraza y de la entrada, construir un cuarto de baño con bañera y un aseo para invitados, y levantar una nueva valla para acotar dos orgullosas ediciones del jardín: una sauna y un jacuzzi.
Toda la casa hace gala de la estética minimalista y amante de la naturaleza de la pareja. El ojo artístico de Katharina también ha ayudado a dar vida a las visiones de la pareja; «como artista y bloguera de interiores tengo infinitas ideas», dijo.
Katharina reveló que tienen previsto terminar todo el proceso de renovación a finales de este año.
Como cualquier proyecto, Katharina y Roman se encontraron con algunos retos, y el proceso no fue del todo sencillo.
Una casa antigua «siempre tiene sorpresas», dijo Katharina, y añadió que es habitual que los materiales se entreguen con retraso y que los proyectos se reprogramen. Por ejemplo, el retraso en la entrega de una ventana obligó a la pareja a tapar un gran hueco con tablas de madera y espuma de construcción durante todo el invierno.
Pero tomarse descansos regulares y dedicar tiempo a otros pasatiempos ayudó a la pareja a sobrellevar los contratiempos y «continuar con nuevas fuerzas y motivación una y otra vez».
En cuanto al resultado de lo que ya está hecho, Katharina dice que les encanta cada rincón, pero que les impresiona especialmente el resultado de las vigas del techo lijadas y las ampliaciones de las ventanas.
«Es una gran sensación saber que lo hemos hecho todo con nuestras propias manos, además, si lo haces tú mismo, saldrá tal y como quieres», explicó.
Hoy en día, tanto la artista como su marido se han desprendido del descontento urbano del pasado y están deseando volver a su nueva morada.
«Se siente muy bien vivir en medio de la naturaleza», dice Katharina. «Como artista, el entorno me inspira mucho y me da la paz y la energía necesarias para mi trabajo; como prefiero pintar árboles, plantas, flores y animales, el entorno es por supuesto perfecto para mí».
La pareja, que aún no tiene hijos pero «sueña con adoptarlos pronto», espera que su renovación inspire a otros a creer en sus propios proyectos de ensueño y ponerlos en práctica. Katharina también aconseja investigar siempre, tener en cuenta la seguridad en primer lugar y dar prioridad a los materiales sostenibles.
La artista ha compartido imágenes de la renovación en Instagram, y dice que sus seguidores están «siempre muy sorprendidos y curiosos» de que la pareja haya trabajado en la creación de todo esto por sí misma.
«A menudo recibo mensajes [diciendo] lo mucho que mi contenido les motiva a diseñar su propia casa», dijo a The Epoch Times. «Eso me enorgullece y me hace muy feliz».
Mire el video:
(Cortesía de Katharina Kölln)
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