Un bebé prematuro que fue declarado muerto en un hospital de Brasil, mostró signos vitales en la funeraria a la que fue enviado. Además, increíblemente el bebé había nacido unas horas antes, sin que la madre supiera que estaba embarazada.
Un bebé que nació el pasado 28 de diciembre en Ariquemes, municipio de Rondônia, en Brasil, tendrá la historia más asombrosa para compartir acerca de su llegada al mundo. La madre, una joven de 18 años, tenía dolor y sangrado, así que fue llevada por su madre a la Unidad de Atención de Emergencias (UPA).
«Le aplicaron medicina para el dolor a mi hija, pero no se le fue», dijo la abuela del bebé, en entrevista al medio local UOL Noticias.
De regreso en casa, el dolor se hizo mas intenso para la joven madre, que no tenía la menor idea que estaba embarazada. Así que decidieron volver al hospital, pero cuando estaban a punto de salir, el bebé hizo su aparición.
«Cuando salí de la casa para tomar el coche y abrir el portón, ella solo gritó ‘algo está saliendo de mí’. Fue entonces cuando nació el bebé», relató la abuela al medio brasileño G1, en entrevista el día siguiente del nacimiento.
Atónita y paralizada «por un momento», la abuela logró recuperarse de la impresión y envolver al niño en una toalla. Rápidamente lo llevaron a la unidad de maternidad, junto a la joven madre.
La llegada fue una gran sorpresa para la familia, ya que la joven tomaba anticonceptivos, durante los últimos meses «su período era regular» y su vientre no había aumentado en tamaño, de acuerdo a la abuelita.
La mujer también afirmó que escuchó al pequeño llorar, y alcanzó a ver cómo parpadeaba sus «ojitos», dando una señal de vida. Sin embargo, una vez que llegaron al hospital, les informaron que el bebé —de poco más de 20 semanas y 1 kg de peso—, no tenía signos vitales.
Ante la evidencia de que el bebé estaba «muerto», su cuerpo fue llevado a la funeraria donde un empleado notó que el niño «no estaba frío» y su color no había cambiado.
«Tenemos cuidado en estos casos, cuando dicen que los niños nacieron muertos. Y noté su corazón latiendo», explicó Francisco Torquato, director de la funeraria, en entrevista a UOL.
«Para mí es un milagro. Vi a la doctora hablar y fue muy clara en su percepción al decirme que el bebé estaba muerto. La funeraria vino a recogerlo y estaba muerto. De alguna manera, ese latido regresó», dijo Milena Pietrobon, secretaria de salud de la ciudad a G1.
Hasta el 31 de diciembre, el bebé se encontraba en en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCI) de un hospital privado de la ciudad, respondiendo bien al tratamiento, pero sin una fecha exacta de salida.
«Ayer se movía mucho. Movió mucho las piernas y los brazos y su ritmo cardíaco es estupendo», reveló su abuela a G1 ese mismo día.
Pero la familia considera que el caso responde a una negligencia médica, así que se abrió una investigación de la Policía Civil y el Ministerio Público de Rondônia.
«Me indigné porque no vi ese esfuerzo de ‘tratemos de salvar la vida de este niño de todos modos'», comentó la abuela del bebé.
A pesar de su accidentado nacimiento, y que aún no puede estar al cuidado de su familia, el bebé ya fue nombrado Augustus, según informó la abuelita, que decidió permanecer en el anonimato.
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