Un botánico griego encontró una forma única de compartir su pasión por las plantas medicinales construyendo una casa del té con materiales naturales, todo desde cero, en medio de la naturaleza. Allí invita a los visitantes a degustar té de las plantas aromáticas del jardín y a recibir terapias naturales.
Zalidas Ioannis, de 51 años, construyó la Casa del Té en su ciudad natal, el pueblo de Krinida en Serres, al norte de Grecia.
«En el pueblo he creado un jardín botánico, una colección de plantas medicinales aromáticas griegas», explica Ioannis a The Epoch Times.
Contando cómo se inspiró para hacer esta casa del té hace casi tres años, Ioannis dijo: «Un día, en un paseo por el jardín con mi colega, Zenovia Antoniadou, acupuntora terapéutica, nació la idea de hacer una ‘casa del té’ en el jardín para que los visitantes pudieran degustar el té de las plantas del jardín, así como un lugar que ofreciera terapias naturales.
«La verdad es que superó las expectativas y se convirtió, en pocas palabras, en un cuento de hadas», comentó maravillado.
La idea de Ioannis para este proyecto era utilizar únicamente materiales naturales y recuperados de los alrededores, como piedra de casas abandonadas y troncos de árboles, para que la casa del té estuviera en armonía con la naturaleza y fuera más barata de construir.
Sin experiencia previa en construcción, Ioannis se puso a trabajar observando otras estructuras y tomando fotos. Recuperó las primeras seis columnas de madera para su casa del té de un edificio derruido y empezó a aprender a trabajar la madera lijándola y pintándola.
«Antes de poner las columnas en el suelo, me di cuenta de que primero tenía que hacer una base sólida», recuerda, «así que cavé con mis manos y di forma al espacio original, llevé piedras y el resto de materiales, y de nuevo, con mis manos, hice la base de hormigón».
«Diría que me llevó más tiempo hacer los materiales que instalarlos. Los retos fueron enormes; al principio, no tenía conocimientos… no tenía las herramientas, y trabajaba con medios primitivos como una sierra de mano, un hacha y un escalpelo. No había electricidad en el jardín botánico, por lo que no se podían utilizar herramientas eléctricas, y no tenía dinero para pagar a los trabajadores y artesanos».
Al trabajar solo, Ioannis tuvo que inventar soluciones a cada paso, desde cómo colocar un enorme tronco hasta cómo calcular las fuerzas ejercidas sobre los materiales elegidos. Pero los retos, dijo, fueron «superados con paciencia, perseverancia y voluntad».
El botánico levantó su casa del té en una zona de extraordinaria belleza natural, cerca de montañas, fuentes termales, cuevas, costas, yacimientos arqueológicos dispersos de la era paleolítica y el hermoso desfiladero de Aggitis. Para maximizar la conexión de los visitantes con el aire libre y para que disfruten de una hermosa vista, instaló ventanas en todos los lados.
«Empecé a recoger viejas ventanas de madera que encontré incluso en la basura; empecé a buscar formas de renovarlas y hacerlas como yo quería», dice Ioannis. «Se me ocurrían varias ideas».
Ioannis cargó piedras para construir un muro bajo de piedra «con excelentes resultados». Rebuscó el metal de viejos carros y taló troncos de nogales, olivos, acacias y karagatsi que eran ideales para su construcción, enseñándose a sí mismo a quitar la corteza.
«Cada vez que colocaba un trozo de madera, me traía una nueva idea, como un balcón interior, una escalera interna, un pequeño balcón al norte… y eso es exactamente lo que hice porque no había un plan original», explicó. «Fui dibujando a cada paso».
Con la adición de tejas tomadas de casas demolidas, la Casa del Té de Ioannis estaba completa. El 5 de enero de 2022, compartió fotos de la construcción terminada en Facebook.
En la planta baja, el botánico organiza catas de té para un máximo de 10 invitados a la vez, mostrando plantas aromáticas de su jardín botánico. En la primera planta, Antoniadou ofrece sus tratamientos de acupuntura.
«Ofrecemos docenas de bebidas a partir de mezclas de hierbas, así como información sobre cómo hacer té sin destruir las propiedades curativas de las plantas y cómo obtener todos sus ingredientes beneficiosos», explica Ioannis, que recibe a visitantes de escuelas locales, clubes de naturaleza y amantes del té.
«Hay un gran interés por parte de la gente que viene a la ‘casa del té’, les gusta mucho y los que vienen no quieren irse», dijo Ioannis.
La Casa del Té forma parte de un proyecto más amplio que apasiona a Ioannis: conectar al ser humano con su propia naturaleza a través de las plantas. Tiene una segunda casa dentro del jardín botánico para bañarse con plantas medicinales aromáticas con ese fin, un método tradicional popularizado por el médico griego clásico Hipócrates.
«Damos al cuerpo la oportunidad de recordar los sabores, los aromas, los sonidos y las formas que nutren el cuerpo y el espíritu», dice Ioannis.
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