Una nueva investigación y los informes de los observadores de aves locales documentaron un fenómeno único de las icónicas cacatúas de cresta azufrada de Australia que abren los cubos de basura de los hogares, a pesar de las barreras cada vez más sofisticadas, lo que obliga a ambas partes a intensificar su juego en la «carrera armamentística» entre las cacatúas y la gente.
Los científicos vigilaron 3283 papeleras durante varios años en cuatro suburbios australianos con abundante actividad de cacatúas para obtener una instantánea de los métodos de protección utilizados.
Los ladrillos pesados puestos en las papeleras son una de las cincuenta formas que se les ocurren a los australianos para evitar que las cacatúas hambrientas abran sus papeleras. Otros tienen botellas de agua o zapatos atascados en la bisagra de la tapa para mantener a las cacatúas a raya.
Sin embargo, las cacatúas se las ingeniaron para superar muchas estrategias, lo que obligó a los australianos a idear soluciones más innovadoras.
Las cacatúas se adaptaron bien a la convivencia con los humanos, y ahora los humanos se están adaptando a la convivencia con ellas, dijo el coautor y científico investigador del zoológico de Taronga, John Martin.
El siguiente vídeo capta a una cacatúa empujando un ladrillo de la tapa de una papelera, abriéndola y luego buscando comida.
«Los pájaros buscan entre la basura para encontrar comida, arrojando ocasionalmente objetos en el camino», dijo Martin en un artículo publicado en The Conversation.
«No hace falta decir que llegar a casa y encontrar su basura esparcida por el suelo delante de su casa no es de agradecer».
En un estudio anterior realizado en 2019 y 2020, los investigadores descubrieron que alrededor del 60 por ciento de los propietarios de viviendas intensificaron sus esfuerzos cuando las cacatúas descubrieron cómo superar los métodos de protección de los cubos de basura.
Preservar la armonía entre el ser humano y la vida silvestre
Martin afirma que debemos aprender a convivir con la vida salvaje, ya que nuestros intentos de resolver estos conflictos pueden tener resultados trágicos para la fauna.
«Un ejemplo extremo son las redes para tiburones, que matan a los tiburones pero también matan o enredan a especies no objetivo, y a veces amenazadas, como tortugas, delfines, tiburones nodriza y ballenas», dijo.
En muchos casos de conflicto entre el hombre y la vida silvestre, la educación pública contribuye en gran medida a reducir el conflicto.
«Entender el comportamiento de la fauna y apreciar las fascinantes características de las especies autóctonas suele cambiar favorablemente las actitudes de la comunidad: podemos llegar a amarlas, no a luchar contra ellas», afirma Martin.
«Así que, tanto si se trata de encontrar formas nuevas e inofensivas de proteger su cubo de basura de las cacatúas hambrientas, como de tener un comportamiento inteligente ante los tiburones, hay acciones positivas que podemos llevar a cabo si estamos informados».
Una sugerencia es trabajar con los vecinos para vigilar a las cacatúas y recordar a los demás que no las alimenten.
Los grupos de defensa de la fauna silvestre desaconsejan alimentar a las aves silvestres porque puede causarles dependencia de la dieta humana, lo que puede provocar un comportamiento antinatural y un desequilibrio del ecosistema.
La dependencia humana puede aumentar la propagación de enfermedades infecciosas, los daños a la propiedad, como la rotura de muebles de exterior y ventanas, así como las infestaciones de ratas y la contaminación acústica en el barrio.
Según los investigadores, el método que consiste en atascar los zapatos en la bisagra es también una estrategia que no fue resuelta por las cacatúas, «todavía».
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