Una impresionante colección de casi 30 automóviles clásicos sale a subasta en Florida. Un coleccionista de automóviles estadounidense falleció recientemente con más de ochenta años, y sus familiares no tenían ni idea de los recuerdos automovilísticos que tenía escondidos en su garaje.
El promotor inmobiliario y promotor de ferias de coches Leroy González, de Tampa, codiciaba los coches de lujo desde su infancia. En enero, murió a los 84 años, dejando atrás su colección de automóviles americanos de ensueño. Tenía modelos nuevos, algunas piezas en las que estaba trabajando y una lista de deseos que nunca se materializó.
El hijo de Leroy, Richard Leroy González, contratista de obras de 56 años, dice que su padre era un hombre muy trabajador, una persona reservada y su mejor amigo.
«Coleccionaba Corvettes y Ford antiguos», dijo Richard a The Epoch Times. «Todo empezó cuando era joven, porque era muy pobre en Tampa. Solía ver a los médicos con los coches más lujosos, y siempre soñó con tener autos, como hacen todos los niños pequeños».
Leroy falsificó su firma a los 17 años para alistarse en la Marina, dijo Richard. Renunció después de servir en Corea, luego compró un louver press y viajó por todo Estados Unidos con un amigo, la leyenda de las carreras de arrastre Don Garlits, para ir a trabajar en camiones y coches.
«Creo que eso encendió su pasión por los coches antiguos», dijo Richard.
Leroy puso en marcha su propia exposición de coches en Florida, World of Wheels, que tuvo lugar todos los años desde mediados de los 60 hasta principios de los 80, informó el Tampa Bay Times. Richard recuerda que los coches personalizados llenaban la entrada de la familia cuando el garaje de su padre se quedaba sin espacio.
Tras el fallecimiento de Leroy, su familia visitó los cinco graneros de su rancho para evaluar el alcance de su colección de coches «oculta». Quedaron sorprendidos por lo que encontraron.
«Sabía que había comprado muchos coches, pero no sabía que no los había vendido», dijo Richard a The Epoch Times. «Algunos de ellos estaban muy bien cuidados; otros los puso en graneros solo para que estuvieran allí.
«Es demasiado para gestionar. … Estamos subastando unos 29 coches. Se trata principalmente de dejar que otras personas disfruten de estos automóviles tanto como él», dijo.
La familia ya se ha desprendido de los juguetes favoritos de Leroy: una réplica del Ford GT40 que ganó las 24 horas de Le Mans en 1964, un modelo posterior de Corvette, un Cadillac XLR y un auténtico Ford GT de 2006 valorado en 500,000 dólares, el coche más caro de la colección.
Un amigo de Leroy desde hace unos 12 años, John Harris, está supervisando la subasta. Leroy asistió por primera vez a las subastas de Harris como comprador; los dos se unieron por su amor compartido por los autos clásicos.
A Harris le llamó la atención la variedad de automóviles de la colección de su difunto amigo. «Hay camiones que están en partes de los años 30, y hay Corvettes que son de los años 60 que están perfectos, listos para salir a la calle, con hermosas carrocerías e interiores», dijo. «También hay algunos clásicos; hay un Lincoln Continental descapotable de 1948… un coche muy singular».
De especial interés para Harris, hay un gran tiburón blanco de fibra de vidrio de 4 metros, que en su día fue propiedad de Leroy, y que era una pieza promocional y una atracción garantizada para el público.
«Solíamos llevarlo a los concesionarios de todo el sur de Estados Unidos para promocionar la venta de coches. … En los años 70, en Florida, era un gran negocio», dijo. «La gente iba y pagaba para hacerse una foto con este gran tiburón blanco de fibra de vidrio de 4 metros».
Este preciado recuerdo y el resto de la colección de Leroy se subastarán en Harris Auctions el 3 de diciembre. Richard espera que los automóviles de su padre alegren a los nuevos coleccionistas en estas fiestas.
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