Cómo Japón adquirió su nombre gracias a la dinastía Tang de China

Por Leo Timm
25 de marzo de 2020 11:25 AM Actualizado: 26 de marzo de 2020 11:17 AM

Cuando el emperador Kotoku subió al trono de Japón en el siglo VII, comenzó una nueva era que traería a la isla una nueva época de civilización.

Al otro lado del mar, en el continente asiático, estaba el enorme y próspero imperio chino de la dinastía Tang. Durante su reinado de nueve años, Kotoku ordenó muchas misiones para visitar la capital Tang de Chang’an y comenzó las reformas que conducirían a Japón a aprender de China y a imitarla en su máxima expresión.

Las transformaciones que sufrió Japón en las siguientes décadas y siglos representaron la élite de Japón y el respeto y admiración de la nobleza hacia el Reino Central. Sus esfuerzos para replicar intactas las virtudes del núcleo de la cultura china en su propia arquitectura, vestimenta, literatura, sistema de calendario, artes y el carácter nacional, formarían a la tierra del sol naciente durante más de mil años.

La reforma Taika trae la cultura Tang a Japón

A la cabeza del éxito de la dinastía Tang, estuvo el emperador fundador Li Shimin, más conocido como Taizong, que gobernó desde el año 626 al 649. El gran imperio que construyó se extendía desde Asia Central a Corea y era una superpotencia cultural y una gran fuerza militar admirada por los reinos extranjeros. La capital soberana de Taizong, Chang’an era una ciudad internacional de más de un millón de personas, estaba repleta de embajadas, estudiantes y monjes de toda Eurasia.

Taizong (nombre de nacimiento ,. 626-649 EC-Li Shimin, 598-649 CE, r) fue el segundo emperador de la dinastía Tang
Taizong fue el segundo emperador de la dinastía Tang. (Dominio Público/WikimediaCommons)

Las relaciones entre China y Japón despegaron en los últimos años del reinado de Taizong, cuando Kótoku tomó el trono en 645. Conocido por su nombre real, Taika, el gobernante puso en marcha una reforma del mismo nombre. Con una mente dispuesta para la reestructuración, la formalización del Estado y la economía japonesa, el propósito de la reforma del emperador fue aprender y establecer los mecanismos políticos y legales de la dinastía Tang.

La reforma de Kotoku duró cinco años y puso fin al período de Asuka, que se había iniciado en el siglo IV. En las dos décadas siguientes, Japón envió más de una docena de misiones diplomáticas a China para estudiar las formas de la dinastía Tang. Dichas delegaciones, que constaban de cientos de monjes, académicos, arquitectos y mujeres artesanas, además de diplomáticos oficiales, visitaron reliquias legendarias, aprendieron lo clásico y llevaron con ellos un conocimiento invaluable a Japón.

La sociedad principal japonesa adoptó rápidamente las importaciones culturales, espirituales y científicas. Un buen ejemplo es la difusión de la lengua china clásica y la poesía. Los japoneses habían escrito usando caracteres chinos, llamados kanji en Japón, durante siglos antes de Tang, pero la introducción de obras clásicas chinas como el «Clásico de la Poesía», las «Selecciones de literatura refinada» y «Nuevas odas de la terraza de Jade» produjeron un gran interés.

Shi jing. El verso chino, popular entre las élites letradas de Japón, influyó en el desarrollo de la poesía Waka y otras formas de obras literarias japonesas. (Dinastía Quing/Museo Nacional de Palacio/DominioPúblico/Wikimedia Commons)

La popularización del verso chino entre las élites letradas de Japón influyó en el desarrollo de la poesía Waka y otras formas japonesas de obras literarias. En el año 751, un investigador desconocido armó el Kaifuso, una colección de 120 poemas de 64 autores escritos en estilos que se encuentran en las «Seis dinastías de China y la era Tang». Las obras incluyen odas a la luna, el ciruelo china, la flor del crisantemo (ahora el símbolo del emperador japonés), la nieve, la bebida y la cultivación espiritual budista y daoísta.

Las decisiones de Kotoku también influyeron directamente en el desarrollo del estado japonés. En el año 700, los principales ministros que habían estudiado en China o eran los descendientes de los enviados a China recibieron la orden de crear el Código Taiho. Estas leyes, el cuerpo más antiguo de la literatura legal en Japón, estuvieron inspiradas en aquellas implementadas en la Tang china y fueron totalmente promulgadas en 702.

La creación de la escritura japonesa 

A pesar de ser un pueblo del Este de Asia, los japoneses hablan una lengua muy alejada de los dialectos chinos. No obstante, los ideogramas chinos, que representan principalmente el sentido de la palabra pero no el sonido, forman los componentes básicos del lenguaje literario japonés.

(PD-Art)
Ideogramas chinos, que representan principalmente el sentido de la palabra pero no el sonido, forman los componentes básicos del lenguaje literario japonés.(PD-Art/Wikimedia Commons)

Fue también durante la dinastía Tang que para adaptarse a las características únicas de la lingüística y la gramática japonesas, diferentes hombres renacentistas crearon el estilo cursivo de la escritura fonética que se utiliza hoy junto al kanji, la palabra japonesa para los caracteres chinos.

Kibino Makibi fue un noble de grandes logros académicos que hizo dos viajes a Chang’an para estudiar astronomía, el calendario chino, ciencia militar, la construcción y leyes. Él inventó el alfabeto fonético llamado katakana, que en general deriva de los trazos rectos del kanji. Hoy en día, esta escritura se utiliza principalmente para transcribir los sonidos y las palabras extranjeras al japonés.

(DominioPúblico/Art)

Hiragana, la otra escritura fonética, fue creada por el monje Kukai, que estudió budismo y clásicos chinos en el templo Qinglong de Chang’an. Esta escritura y el katakana llegaron a ser herramientas esenciales para escribir el japonés vernáculo.

Antes de la llegada del kana, solo los japoneses que sabían chino clásico, la contraparte asiática del latín de Europa, sabían leer y escribir. Kana permitió a la gente escribir y leer kanji de una manera que se acomodaba a su lenguaje hablado. Este desarrollo facilitó el aprendizaje de la historia, la astronomía, la medicina y otras artes chinas en la sociedad japonesa en general.

Kibino Makibi. (PD-Art/WikimediaCommons)

Logros culturales preservados

En el año  735, Kibino Makibi regresó a Japón con 200 volúmenes que presentó al emperador, entre ellos el «Compendio esencial de la música». Este clásico más tarde se perdió en China pero fue preservado en Japón. También llevó instrumentos musicales chinos clásicos, como el guzheng o cítara china, que inspiró el koto japonés.

Kukai, el bonzo (monje budista japonés o chino) que creó el hiragana, era un hombre de letras y  calígrafo. Erudito de las obras literarias chinas, compiló un volumen teórico pionero sobre los escritos de las dinastías Han, Wei, Sui y Tang: el «Bunkyo Hifuron». Utilizó su amplia investigación para reflexionar sobre su propio estilo literario y para que las generaciones futuras utilicen como referencia analítica.

Una mujer tocando el guzheng. (John Hill/CC BY-SA 3.0/Wikimedia Commons).

Kukai también ayudó a difundir la caligrafía china en Japón y es considerado uno de los tres maestros de caligrafía del periodo Heian de la historia japonesa (794-1185).

Orígenes del período imperial

La Reforma Taika transformó gradualmente a Japón en una nación gobernada por la ley y decretos, y allanó el camino para el feudalismo. Los departamentos y ministerios simples que existían de antes se expandieron e integraron con instituciones como el registro del clan y la recaudación de impuestos.

Las autoridades japonesas adoptaron el «circuito» de la dinastía Tang como una subdivisión de tamaño provincial, un término que ahora ha caído en desuso pero que se conserva en el nombre de la isla más al norte de Japón, Hokkaido, que se traduce literalmente como «Circuito del Mar del Norte».

Kyoto, la sede tradicional del emperador japonés, antes de ser reemplazado por Tokio en la década de 1800, fue planeada y construida con el mismo diseño rectangular y estilo arquitectónico que la capital Tang de Chang’an. En ambas ciudades, el palacio imperial se encuentra con una posición hacia el norte, orientación considerada auspiciosa para el monarca o patriarca familiar, ya que simboliza la Estrella del Norte.

Mientras fue eclipsada por Tokio en población e importancia, Kyoto conserva un carácter netamente clásico heredado de los tiempos en que los japoneses seguían a Tang y buscaban aprender de tan gran imperio. Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad escapó de los intensos bombardeos estadounidenses que devastaron ciudades más industriales y se salvó de la bomba atómica en parte por su importancia cultural.

El origen del sol naciente

Antes del extenso contacto de Japón con el imperio Tang, la nación no tenía nombre nativo: los japoneses eran una cultura insular y no tenían necesidad de referirse a sí mismos, mientras que los chinos habían utilizado la denominación despectiva de «bárbaros enanos».

Esto cambió cuando los chinos fueron cada vez más conscientes de la nación situada al Este. Textos escritos en la época muestran la aparición de un nuevo término, compuesto por los caracteres «Ri Ben», que significa más o menos «el origen del sol». Desde un punto de vista chino, los japoneses eran un pueblo más allá del mar oriental que vivían donde salía el sol. La pronunciación japonesa del nombre es Nihon o Nippon.

En los escritos de Marco Polo sobre sus viajes a China, se refirió al país como «Cipangu», o el país de Japón, que se aproximaba al dialecto chino que se hablaba en ese momento. Esta palabra con el tiempo se transformó en el nombre occidental moderno, Japón.

Descubra

Institutos Confucio: el caballo de Troya chino amenaza a la libertad global

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.