Cuando las fotos de Christian Vieler fueron compartidas por Justin Bieber en internet, supo que estaba en problemas. Cientos de solicitudes de trabajo de todo el mundo inundaron la bandeja de entrada de este fotógrafo alemán de 51 años, mucho más de lo que podía manejar.
Realmente es enorme el atractivo de las imágenes de perros atrapando golosinas voladoras. Con las mandíbulas abiertas, preparadas para recibir algo sabroso, las mascotas peludas que Vieler fotografía hacen reír a la gente con sus cómicas expresiones.
Empezó como un pasatiempo, pero cuando Vieler fotografió por primera vez a un perro abalanzándose sobre un bocadillo en 2013, supo que había dado en el clavo.
«Trabajé como periodista durante muchos años y fotografiaba perros en mi tiempo libre», explica Vieler a The Epoch Times. «A menudo fotografiaba a mi propio perro cuando salíamos a pasear. Un día quise que se moviera, pero estaba muy quieto. Así que empecé a lanzarle golosinas para que hiciera algo. Unos días después, me di cuenta de lo divertidas que resultaban las fotos. Así que seguí con ello».
Para sus instantáneas, Vieler tiene que captar perfectamente a los perros que se mueven con rapidez en un enfoque nítido, con un flash. El resultado es una maravillosa y continua colección que él llama «Perros atrapando golosinas».
Vieler también tuvo una gran repercusión en las redes sociales, con millones de compartidos en todo el mundo. Después de un tiempo, publicando en foros de fotografía y en sus redes sociales, el trabajo de Vieler llamó la atención de una agencia de prensa. «Vinieron a verme y me dijeron que estas fotos eran muy buenas», cuenta Vieler. «Vamos a intentar venderlas a nuestros clientes. No tenía nada que perder, así que dije que sí: buena suerte».
En cuestión de días, la respuesta fue monumental. En solo una semana, las fotos de los perros de Vieler aparecieron en las páginas web de National Geographic y de varios medios de comunicación online principales.
«De un día para otro, el mundo entero publicó estas fotos y les prestó atención», dijo Vieler. «En ese momento, a finales de 2015, todavía era un fotógrafo aficionado. Pero ese éxito me empujó a ser profesional».
Para Vieler, cada perro nuevo es un individuo. Y al igual que los humanos, cada uno tiene emociones que salen a la luz en determinados momentos, lo que da lugar a nuevos resultados y a nuevas y fantásticas expresiones.
Al centrarse siempre en la cabeza del perro, Vieler dice que capta la mejor parte: sus expresivas caras. Debido a la acción de atrapar las golosinas, Vieler dice que los perros abren mucho los ojos, revelando más el blanco.
«Esto les hace parecer más humanos, de alguna manera», dice. «Tienes la sensación de que puedes ver esas emociones como el dolor, la alegría, el deseo; quiero una golosina, quiero esa golosina.
«Creo que todo lo que nos gusta de los perros es algo que veremos en los ojos y en la cara».
(Cortesía de Christian Vieler)
El trabajo no siempre es fácil. A veces, un perro está asustado y Vieler no puede fotografiar con flash. Si un perro está en modo de pánico, deja de disparar.
«Pero la mayoría de las veces puedo trabajar con el perro y sorprender al escéptico dueño con una instantánea que espero sea realmente buena», añade Vieler.
A veces, un perro parece estar hecho para la cámara, como el gran danés suizo Bobba, cuya foto es la firma de Vieler.
Hay algunas pequeñas técnicas, como jugar con el tamaño del objetivo, que se pueden utilizar para realzar los rasgos de un perro, dándole un aspecto más divertido. Sin embargo, Vieler se centra realmente en conseguir que las imágenes sean lo más nítidas posible.
«Utilizo un diafragma muy cerrado», revela.
La nitidez y los detalles distintivos no solo le han valido a Vieler miles de seguidores en las redes sociales, sino que le han ayudado a conseguir dos contratos de libros. Este año tiene previsto ir a Nueva York y Los Ángeles para tomar las fotografías para sus libros, además de seguir haciendo fotos en el estudio para sus clientes.
Además, este año se ha casado con su pareja, Linda, y la vida es buena para Christian Vieler. Tal vez la clave de una vida feliz sea producir algo que promueva la alegría; Vieler ciertamente lo piensa.
«Mientras los clientes me pidan fotos, nunca dejaré de hacerlo», dice. «Estoy muy agradecido por poder trabajar con perros y con gente que los quiere, y por poder ser creativo todo el día. Siempre hay una reacción alegre y feliz ante mis fotos, y es fantástico ver a la gente reaccionar muy amablemente ante mi arte; es realmente reconfortante y precioso. Es lo mejor».
Disfrute de más trabajos fotográficos de Vieler a continuación:
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