En algunas ciudades de América Latina es alarmante el número de perritos de la calle a los que, la mayoría de las ocasiones, nadie atiende. Ante esta situación, el personal del Ejército Mexicano vio la oportunidad de crear un refugio para perros en un jardín de niños que estaba a punto de ser demolido.
Durante la construcción del aeropuerto internacional “General Felipe Ángeles”, de Santa Lucía, en Tecámac, en el Estado de México, personal de la Secretaría de la Defensa Nacional se dio cuenta de la gran cantidad de perros abandonados que había en el lugar. Los trabajadores les compartían alimentos, por lo que muchos canes se quedaban y se reproducían.
Pamela Díaz, integrante del Ejército Mexicano y arquitecta coordinadora de la Asociación del grupo de ingenieros de la obra aeroportuaria, decidió hacer una propuesta a sus superiores para crear un refugio de perritos. La respuesta fue positiva, pero con la condición de «reaprovechar un edificio», dijo Díaz en entrevista a la reportera Yeya Tapia.
Se inició así el proyecto para acondicionar las instalaciones de un jardín de niños que justo sería demolido. Los espacios fueron adaptados con material reciclado de la construcción del aeropuerto, y tiene una capacidad para 70 canes e inició sus labores en abril pasado.
El objetivo del refugio «Los Perritos de Santa Lucía», como fue llamado, es darlos en adopción. Sin embargo, para llegar a ese momento, lo primero es darles atención veterinaria, alimentación y adiestramiento básico para solucionar problemas de conducta de los peluditos rescatados.
El refugio es atendido por una médico veterinaria, por el personal del Ejército Mexicano y por voluntarios que habitan cerca de la zona.
«Lo que hacemos es ayudar a pasear a los perritos, estar jugando con ellos en el recreo, bañarlos, cuidar a los chiquitos […] Apoyamos en lo más que podemos», dijo una jovencita que es voluntaria en el refugio.
Uno de los perritos rescatados es Soraya, una perrita que fue atropellada por un camión de material y sufrió fracturas en sus patas traseras. Afortunadamente, la perrita ya está bien y «es una de las mascotas más activas y juguetonas» del refugio, luego de haber sido intervenida quirúrgicamente en el refugio, reportó la Agencia de Noticias NVM.
Cuando los perritos llegan al refugio, la mayoría maltratados y desnutridos, se les hace una evaluación médica para atenderlos ahí mismo o enviarlos a otro lugar si es necesario. Cuando están listos para ser dados en adopción, se entregan «vacunados, desparasitados, esterilizados, rehabilitados y adiestrados», dijo Díaz a a la reportera Yeya Tapia.
Muchos perritos llegan al refugio con problemas para tener contacto con las personas y «les da miedo», dijo Díaz. Poco a poco se les va generando la confianza con alimento hasta que se van acercando ellos mismos.
Después de ese punto, a los perritos se les lleva a convivir con otros canes y al final se les da adiestramiento básico para «sentarse, acostarse y acudir al llamado de su dueño», compartió un militar del refugio.
El personal militar del refugio motiva en sus redes sociales para que puedan visitar el refugio, ya sea para colaborar en el cuidado de los perritos, hacer donaciones o adoptar a un cachorro.
«Estamos muy contentas de que esté este refugio. Mil gracias a las personas que aportan un granito de arena […] disfrutan hacer su trabajo y quieren mucho a los animales», dijo una voluntaria que, además, adoptó a tres perritos.
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