La mirada pícara y el espíritu travieso de Kinyei cautivaron al mundo. Esta pequeña elefanta huérfana de Kenia, rescatada siendo apenas un bebé desamparado, protagonizó un video viral que robó millones de corazones. Las divertidas imágenes la mostraban negándose a dormir, empecinada en seguir jugando.
«¡Kinyei simplemente no está preparada para ir a dormir!», dice la tierna y viral publicación del Sheldrick Wildlife Trust, el santuario que la acogió. La escena tres años después de su rescate, mostraba a la revoltosa cría de pie sobre sus cuartas traseras, la trompa inquieta asomando por la puerta entreabierta del establo. Un claro «¡no quiero irme a la cama!», en lenguaje elefante.
Pero tras esa fachada juguetona se esconde una historia de supervivencia admirable. «Kinyei tiene un carácter muy decidido y le gusta vivir la vida a su manera», le dijeron sus cuidadores a The Epoch Times. Una tenacidad que le valió vencer una neumonía infantil.
La pequeña iba camino a ser víctima de depredadores cuando fue hallada vagando sola a un día de nacida en la conservación Ol Kinyei de Maasai Mara. Deshidratada, hambrienta, alejándose de una manada de leones…su destino parecía sellado. Pero el oportuno rescate de la fundación keniana le otorgó una segunda oportunidad de vida.
Luchó contra la mala salud en sus primeros meses, pero en un clima más cálido, con compañía de huérfanos, se sobrepuso. Pronto, la otrora frágil Kinyei se convirtió en la glotona más voraz de suculentos arbustos.
Hoy, a sus 5 años, su regordeta figura y mejillas rellenas son el vivo retrato de la felicidad. «Uno de sus rasgos más distintivos son sus orejas dobladas, causadas por daño solar, el único signo de su tumultuosa infancia antes del rescate», le dijeron a The Epoch Times.
En el protector regazo del santuario nairobi, Kinyei descubre el mundo poco a poco, forjando una «relación juguetona y divertida» con Rolo, su inseparable compañero huérfano.
Aunque a veces recibe sustos inesperados: «Cuando se topó con una jirafa se asustó y salió corriendo. Un recordatorio de que es solo una pequeña que todavía tiene mucho que aprender».
(Cortesía de Sheldrick Wildlife Trust)
Y es que esta traviesa elefantita no teme a nada, ni siquiera al sueño. En otras imágenes fue captada acurrucándose plácidamente en el heno «después de retozar en el bosque y revolcarse con Rolo». Al fin, la incansable dormilona había encontrado la paz.
Kinyei representa el milagro de la segunda oportunidad. De huérfana desprotegida a alegre inquilina del reino animal, su historia inspira a valorar la vida en toda su plenitud.
Esta pequeña gran luchadora enseña que la voluntad puede vencer cualquier adversidad. ¿Y la mejor lección? Disfrutar cada momento al máximo, sin importar los amaneceres que nos aguarden.
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