El domingo 11 de octubre, los rescatistas de animales encontraron más de 100 perros hambrientos y muertos que se mantenían en condiciones insufribles en un hogar situado en Bristow, Oklahoma.
Después que la policía de Lighthorse dio permiso a una organización de rescate para sacar a los animales de la propiedad, los voluntarios registraron las instalaciones y localizaron a los perros que yacían en las heces y se escondían en los cajones. Algunos estaban muertos, enterrados detrás de los arbustos.
Aparte de encontrar 106 perros, el grupo Bristow Barnyard Animal Rescue, con la ayuda de Spay First, también localizó tres pollos durante el control de bienestar.
La fundadora de Rescate Animal, Beth Roberts, dijo: «Me hizo llorar el hecho pensar que esto había sucedido, ya sabe, en mi ciudad, y ni siquiera sabía la gravedad de esto».
Añadió que muchos perros sufrían problemas severos, desde lesiones en la piel sangrando, parásitos internos y externos hasta extremidades heridas.
«Me enfurecí y me di cuenta que había que hacer algo», dijo Roberts.
Roberts informó que dentro de la casa, los rescatistas encontraron seis cachorros alojados dentro de un colchón, el cual tuvo que ser abierto para rescatar a los animales recién nacidos.
Sin embargo, lo peor de todo fue que los rescatistas encontraron cachorros muertos, sellados en bolsas de plástico apiladas en el interior de un congelador en el granero.
Desafortunadamente, según la directora ejecutiva de Spay First, Ruth Steinberger, el comportamiento de acaparamiento como se ve en esta casa es perjudicial para el mantenimiento de los animales. Ella dice que revisar el congelador fue una de las primeras cosas que aprendió primero sobre el rescate de animales.
Agregó: «Las situaciones de acumulación de animales son trágicas porque la acumulación se define como una enfermedad mental, y ya se vio cómo estaba la casa. Esto es horrible».
De acuerdo con Steinberger, tragedias como esta son posibles porque hay «una falta de infraestructura y de leyes en Oklahoma que realmente ordena que solo los condados con una población de 200,000 pueden tener un control de animales en todo el condado y un refugio público para animales».
Esta tampoco fue la primera vez que se preguntó por la casa. Roberts dijo que hace tres años, ella se acercó al dueño de la casa, pero él rechazó su ayuda.
No fue sino hasta que un ciudadano preocupado llamó a la policía, informando la situación y se emitió una orden judicial para que Roberts pudiera intervenir y rescatar a los animales abandonados.
«Ayudar a estos animales. Ellos no tienen voz», dijo Roberts a 6News. «Necesitan que alguien hable por ellos».
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