No se trata de una cría especial, sino de un capricho de la naturaleza que dio a esta adorable gata quimera de Europa del Este su hermoso y singular aspecto. Comparada constantemente con el famoso supervillano Dos Caras de la serie de cómics Batman, pero muchisímo más dulce, Yana tiene las marcas faciales perfectamente divididas.
«Es una mezcla de padre rojo y madre gata negra», explica a The Epoch Times la dueña de Yana, Elizabeth Rubashko, bielorrusa de 28 años.
El felino, de 7 años, ganó fama instantánea cuando Rubashko compartió fotos de ella en Instagram, y varias personas llegaron incluso a teñirse el pelo a juego con Yana.
«Alguien incluso se hizo un tatuaje de mi gata en el brazo», dijo Rubashko.
La diseñadora web, que se mudó recientemente a Polonia desde Bielorrusia, encontró a Yana cuando era una gatita al ver un anuncio puesto por una pareja de ancianos, y fue amor a primera vista. Sus anteriores dueños habían creado una página de Instagram para Yana, a la que llamaron así en honor del dios griego de dos caras, Jano.
Al principio, cuenta Rubashko, Yana residía con su madre, pero era una gatita tan traviesa que Rubashko se la llevó a vivir a su propia casa: «Le di la gatita a mi madre, pero Yana rompió sus cortinas y orinó donde no debía. Mi madre se enfadó un poco, diciendo que no necesitaba una gatita tan destructiva, así que me llevé a Yana conmigo».
Hoy en día, Rubashko se ríe cuando dice que se alegra de que Yana destrozara las cortinas de su madre. «Si no hubiera sido por este incidente, quizá no habríamos vivido juntas porque mi madre y yo estábamos en ciudades distintas», dice.
La gatita, antes enérgica y traviesa, se convirtió en una gata adulta muy dulce y cariñosa.
«Antes era un poco estirada y no le gustaba que la acariciáramos. Ahora se tumba alegremente en nuestros brazos y duerme con nosotros en la cama sobre una almohada. La queremos mucho». dice Rubashko.
Además de haber aparecido en revistas y en televisión, la querida Yana tiene admiradores en todo el mundo. Cuando Rubashko publicó la imagen de la gata, cada día conseguía mil nuevos suscriptores en su canal de Instagram.
Lo que más le gusta a Yana en el mundo es dormir, y todas las mañanas empieza el día observando a los pajaritos al otro lado de la ventana. Y Rubashko dice que la dulce gatita parece sentir el estado de ánimo de su dueña:
«Si estoy triste, viene a consolarme, y si me duele, se pone a maullar, a mimarme. Un día que me hice daño, Yana vino corriendo al instante desde otra habitación, llamándome a gritos».
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