Atención amantes de los animales y detectives de lo insólito, porque esta historia les robará el corazón y les hará dudar de todo lo que creían saber sobre nuestros amigos emplumados.
Todo comenzó en el verano de 2019, cuando Tango Steinke se mudó a Alexandria, Virginia. Poco sabía ella que estaba a punto de protagonizar una historia digna de un cuento de hadas moderno.
Como buena vecina y amante de las aves, la Sra. Steinke tenía por costumbre colocar comederos en su balcón. Pero lo que empezó como un gesto inocente se convertiría en una aventura que ni el mismísimo Edgar Allan Poe hubiera podido imaginar.
Al principio, la Sra. Steinke se limitaba a lanzar cacahuetes desde su balcón del segundo piso, como quien tira migas a las palomas. Pero dos cuervos en particular, a los que bautizó cariñosamente como Doc y Dottie (¿acaso no suenan como una pareja de detectives?), empezaron a visitarla con más frecuencia. Pronto, estos astutos pájaros se convirtieron en los despertadores personales de la Sra. Steinke, anunciando su llegada cada mañana como si fueran los heraldos de la realeza cuerva.
Pero, queridos lectores, aquí es donde la historia da un giro digno de las mejores novelas de misterio. A finales de enero, la Sra. Steinke recibió algo que la dejó boquiabierta: ¡su primer regalo! Un pequeño trozo de piedra gris, dejado cuidadosamente por sus nuevos amigos.
Y así, comenzó el intercambio más inusual y adorable que se haya visto. Cada mes, Doc y Dottie dejaban pequeños tesoros para la Sra. Steinke: guijarros, botones, trozos de cerámica, metal, canicas, bellotas, monedas e incluso pequeños imanes. ¿Quién necesita Amazon cuando tienes cuervos que te traen regalos a domicilio?
Asombrada, la Sra. Steinke comenzó investigar y descubrió que los cuervos se hacen regalos unos a otros, pero seguía absorta porque los regalos eran para ella. También supo que guardan en su memoria cosas que les resultan interesantes.
Pero no crean que esto es solo una historia de regalos. Oh no, queridos lectores. Esta es una historia de amistad verdadera. Cuando llegó la pandemia en marzo de 2020, la Sra. Steinke y sus hijos construyeron una plataforma de alimentación especial para la familia de cuervos.
«Todos los cambios se produjeron muy lentamente, pero pasaron de ser cuervos que desconfiaban completamente de mí a sentarse en los árboles y acicalarse o, en general, pasar el rato cerca de nosotros», compartió la Sra. Steinke con The Epoch Time, como quien habla de viejos amigos que finalmente se sienten cómodos en tu casa.
Y aquí viene la parte que terminó de derretir su corazones: Doc y Dottie desaparecieron durante la temporada de reproducción. La Sra. Steinke se preocupó como una madre. Salió a buscarlos por el vecindario, temiendo lo peor. Pero un día, mientras estaba en su balcón, los vio en la valla… ¡con un bebé! La Sra. Steinke, orgullosa como una «abuela primeriza», bautizó al pequeño como Dot-tok.
Pero la historia no termina ahí. Estos cuervos no solo son amigos, ¡son guardaespaldas emplumados! Cuando la Sra. Steinke volvió al trabajo y los niños a la escuela, Doc y Dottie comenzaron a seguirlos hasta la parada del autobús, graznando como si fueran una escolta personal. Imaginen la cara de los otros padres cuando la Sra. Steinke tuvo que explicar que, sí, esos cuervos eran sus amigos y que solo estaban esperando su desayuno.
Ahora, antes de que sigan pensando que esto es solo una historia linda, permítanme recordarles algo: los cuervos son increíblemente inteligentes. Según la Sra. Steinke, tienen la capacidad intelectual y de resolución de problemas de un niño de 7 años. Y aquí viene la advertencia: «Guardan rencor generacional si les ofendes», explica. Steinke. Así que la próxima vez que vean un cuervo, piénsenlo dos veces antes de ahuyentarlo. Podrían estar haciendo un enemigo de por vida.
(Cortesía de Tango Steinke)
Para aquellos que ahora están inspirados a hacer sus propios amigos cuervos (¿quién no querría su propio servicio de entrega de regalos en miniatura?), la Sra. Steinke tiene algunos consejos. Coloquen comederos para pájaros y traten de alimentar a las aves locales. Pero recuerden: los cuervos son animales salvajes. No intenten domesticarlos. Después de todo, parte de la magia está en que ellos elijan ser sus amigos.
Esta historia no solo es un testimonio de la inteligencia y la lealtad de los cuervos, sino también un recordatorio de que la amistad puede surgir en los lugares más inesperados. La Sra. Steinke no solo ha ganado unos amigos peculiares, sino que también ha ayudado a cambiar la percepción de estas aves a menudo malentendidas.
Así que la próxima vez que vean un cuervo, no lo vean como un presagio de mala suerte. Mírenlo como un potencial amigo, un compañero inteligente que podría sorprenderlos con regalos inesperados y una lealtad inquebrantable. Quién sabe, tal vez ustedes también puedan formar parte de este misterioso y fascinante mundo de los cuervos.
Y recuerden, queridos lectores: en un mundo donde podemos ser cualquier cosa, sean como la Sra. Steinke. Sean amables, estén abiertos a nuevas amistades y, quién sabe, tal vez un día se encuentren con su propio Doc y Dottie, listos para llenar sus vidas de graznidos, plumas negras y pequeños tesoros. Después de todo, ¿no es eso lo que hace que la vida sea verdaderamente mágica?
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