En medio de la oscuridad que envolvía a Trish Bauer tras la pérdida de su bebé, un destello de esperanza brilló a través de una publicación en Instagram. Fue allí donde se cruzó con la mirada derrotada de Wilbur, un pastor alemán de 12 años condenado a ser sacrificado si nadie lo adoptaba.
«Algo en sus ojos me llamó la atención», relató la señora Bauer a Los Ángeles Times. «Estaba tan derrotado, y yo conocía ese mismo sentimiento, como si la vida se hubiera rendido con él». A pesar de su temor a los perros, Bauer supo que debía actuar.
Sin dudarlo, se apresuró al refugio con su hija Lilly, dispuesta a ofrecerle a Wilbur un hogar y una segunda oportunidad. «Literalmente tomé una correa de gato para conseguir este perro de 90 libras», dijo la señora Bauer recordando la cara de su hija que realmente pensó que había perdido la cabeza.
Pero cuando Wilbur se acercó a Lilly y apoyó suavemente su cabeza entre sus manos, lamiendo su rostro con ternura, todos los miedos se disiparon, y más aún cuando supieron que en 30 minutos sería sacrificado. «Sabíamos que no podíamos dejar que este perro fuera sacrificado solo porque nadie lo había amado», afirmó Bauer.
Y así, Wilbur, rebautizado como Cooper, se ganó instantáneamente el corazón de la familia. Sin embargo, pronto descubrieron que el camino no sería fácil: Cooper tenía un tumor canceroso en el cuello.
Para Bauer y su mrido, esta noticia no era del todo ajena. Su valiente Lilly había librado su propia batalla contra el cáncer desde muy pequeña. Armados con esa experiencia, decidieron luchar por Cooper con la misma determinación.
«La mayoría de la gente estaría aterrorizada, pero para mí, fue la mayor señal de que este perro estaba destinado a estar en nuestras vidas», expresó Trish con convicción.
A pesar de los obstáculos, Cooper se sometió a la cirugía con valentía. Y cuando lo recogieron del veterinario, su reacción confirmó lo que la familia ya sabía en su corazón: «Se quitó la correa del técnico y corrió por el pasillo hasta nosotros», contó Trish con emoción. «En ese momento, todos supimos que él era más que un rescate».
Desde entonces, Cooper ha traído alegría y compañía a la familia, convirtiéndose en un rayo de luz en medio de la adversidad. Un mes después, los veterinarios confirmaron la noticia que tanto anhelaban: el cáncer había desaparecido por completo.
(Cortesía video Trish Bauer)
«¿Cuáles son las posibilidades de que nuestra familia que lucha contra el cáncer sin cesar recoja un perro un día al azar sin saber que él también estaba luchando contra el cáncer? Necesitaba que lucháramos por él», reflexionó Trish en Instagram, consciente del vínculo especial que los unía.
En un mundo donde tantos animales se enfrentan a un destino cruel, Trish alzó su voz con pasión: «Actualmente en California, el 30% de todos los animales llevados a TODOS LOS REFUGIOS son sacrificados debido al hacinamiento. ¡¡¡Juntos podemos acabar con esto!!! … Tu voz puede salvar una vida como la de nuestro Cooper».
La historia de Cooper y la familia Bauer es un recordatorio poderoso de que incluso en los momentos más oscuros, el amor y la compasión pueden encender una llama de esperanza. Gracias a su decisión valiente, una vida fue rescatada y un vínculo inquebrantable nació de las cenizas del dolor.
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