En un fortuito encuentro, un fotógrafo de naturaleza desveló el misterioso mundo de un gigante pardo legendario. Lo que comenzó como un breve desvío en su camino terminó convirtiéndose en una experiencia trascendental y una serie fotográfica de ensueño.
Jason Leo Bantle, biólogo y fundador de All in the Wild Photography, conducía un domingo por las inmediaciones del Parque Nacional de Banff cuando un rastro de huellas en la nieve fresca captó su atención. Siguiendo cautelosamente el sendero, se topó con un refugio a solo 100 metros de distancia. Una pista inequívoca de que un oso pardo había estado husmeando en busca de alimento.
«Volví a mi vehículo y empecé a conducir de vuelta por la carretera, en ruta hacia donde tenía previsto ir. Probablemente a menos de un kilómetro, de repente, por el rabillo del ojo, vi algo», le dijo Bantle a The Epoch Times. Allí, cavando bajo un tronco cercano, se encontraba nada menos que «The Boss», el oso pardo más formidable y famoso del parque.
Con una envergadura impresionante y un peso estimado de 300 kilos, The Boss, un macho adulto de unos 20 años, es una verdadera leyenda. «Se trata de un oso que tiene un territorio de 2500 kilómetros cuadrados», explicó Bantle. «Le pusieron un radiocollar hace unos años y, en primavera, mostraba un gran movimiento. Este oso sube y baja valles, busca novias… tiene una gran genética, es un superviviente, es fuerte, ¡es legendario!».
Cautivado por la majestuosidad de la escena, Bantle supo que debía inmortalizar el momento. «Conseguí la única imagen de él excavando desde la seguridad de mi vehículo», dijo. «Levantó la vista una fracción de segundo hacia mi cámara, y tal vez obtuve entre seis y diez imágenes. Cuando caminó por el prado y obtuve las otras imágenes y el video, no sabía que yo estaba allí, pero es un oso que está muy concentrado en ser un oso».
La mirada penetrante de The Boss a través del objetivo dejó una profunda huella en Bantle. «Fue estimulante… Le estaba mirando directamente a los ojos, un alma muy vieja», recordó con reverencia.
Después de un breve receso, Bantle regresó al mismo lugar, decidido a no perderse la oportunidad de volver a presenciar la grandeza de The Boss. Una hora más tarde, el imponente oso reapareció, ofreciendo al fotógrafo un segundo encuentro «igual o mejor» que el primero.
«Quiero decir, ¿hay algo igual?», reflexionó Bantle. «Ese fue un momento profundo para mí… ver el poder y la majestuosidad de ese oso».
(Cortesía de Jason Leo Bantle)
Bantle, cuya pasión por la fotografía nació durante sus investigaciones en el Ártico canadiense, ha desarrollado una profunda conexión con la naturaleza a través de su lente. Su combinación de conocimientos sobre el terreno y su educación como biólogo le permiten capturar momentos únicos sin perturbar a los animales, manteniendo siempre una distancia prudencial.
«Creo que intentamos contar la historia de estos animales y conectar a la gente con ellos, con la esperanza de que sigamos dándonos cuenta de que formamos parte del entorno natural», afirmó Bantle. «Estos animales tienen el mismo derecho a estar en este planeta que nosotros».
Con solo 65 osos pardos en el Parque Nacional de Banff, los esfuerzos de conservación son cruciales. Bantle espera que sus imágenes, un «lenguaje universal», puedan inspirar un cambio y un mayor aprecio por estas majestuosas criaturas.
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