Armado con un equipo fotográfico y un simple calcetín negro, un hombre de Colorado ha acumulado una alucinante serie fotográfica de copos de nieve ampliados con un aspecto tan complejo y perfecto que cuesta creer que sean reales.
Jason Persoff, «médico de tormentas» de 51 años, nacido y criado en Colorado, es padre de tres hijos, médico y profesor asociado de medicina en el Hospital de la Universidad de Colorado. Aunque la fotografía es su pasión y no su profesión, Persoff está causando sensación.
Durante una sesión fotográfica con una ligera nevada a finales de noviembre, Persoff hizo algunas de las fotos más increíbles de su serie de copos de nieve hasta la fecha. Dice que, aunque suele ver uno o dos copos de nieve de 12 puntas por sesión, «rara vez son tan uniformemente asombrosos».
«Recuerdo que me dije: ‘¡No respires, no derritas éste!», declaró a The Epoch Times. «Era visiblemente espectacular a simple vista. Después de procesarlo en Photoshop, me quedé boquiabierto».
Según Persoff, aunque la formación es impresionante, en realidad no existen los copos de nieve de 12 lados, ya que las moléculas de agua solo pueden unirse en ángulos de 60 grados.
Dice: «Si miras al centro del copo de nieve, verás que es un copo de seis lados, pero tiene 12 puntas. ¿Cómo es posible? Al principio, el copo de nieve se pega a otro copo que está creciendo. El resultado neto es que el proceso de cristalización da lugar a brazos igualmente espaciados, o 12 puntas, creando el copo de nieve que se ve… la ilusión es que todo esto es un solo copo de nieve (aunque son dos), y cristalizaron tan perfectamente juntos».
Curiosamente, a Persoff no le gustaban nada los inviernos y se mudó brevemente a Florida. Cuando regresó a Colorado hace unos seis años, supo que necesitaba una distracción que le ayudara a sobrellevar la oscuridad del invierno y la encontró en los detalles de una foto en primer plano de un copo de nieve.
«Me quedé alucinado», dijo. «Estaba convencido de que esta foto no podía ser real, ¡no había forma posible de que un copo de nieve fuera tan detallado! De repente encontré la oportunidad de llevar mi fotografía en una dirección diferente… Me gusta tanto que ahora no puedo esperar a que nieve en invierno».
Aunque Persoff tiene que enfrentarse a los elementos, dice que la naturaleza hace la mayor parte del trabajo de preparación por él. Pero como los copos de nieve se degradan rápidamente, es fundamental recogerlos recién caídos del cielo. Aquí es donde el calcetín resulta útil.
«Atrapo los copos de nieve en un humilde calcetín negro de lana», explica Persoff. «Las fibras actúan como pequeños caballetes, separando los copos de nieve del resto del calcetín. Cuando se toman de cerca, la profundidad de campo es tan estrecha que el fondo negro se difumina en un campo negro homogéneo».
Utiliza un flash anular y luces LED para iluminar los copos de nieve y su cámara sin espejo Sony A7iii para capturarlos en tres dimensiones. Colocando tubos de expansión huecos entre su objetivo macro de 60 mm y la cámara, crea un «microscopio».»
Persoff compartió que cuando el ángulo de la luz es el correcto los copos de nieve parecen ser coloridos.
«Este proceso se conoce como interferencia de película delgada, y se produce porque hay diferentes densidades o espaciamiento de los cristales que crea un patrón de interferencia similar a la gasolina en el agua», dijo.
La temperatura óptima para fotografiar copos de nieve es inferior a 25 grados Fahrenheit porque tienden a derretirse más rápido cuando hace más calor. Persoff tiene que vigilar la dirección de su respiración, ya que incluso la exhalación puede alterar la estructura de los copos de nieve.
Como solo se enfocan «meros nanómetros de profundidad», se necesitan entre 30 y 40 fotos para captar toda la superficie de un copo. A continuación, Persoff apila las partes enfocadas de cada foto en el postprocesado para crear una foto final apilada compuesta solo por la mejor parte de cada imagen.
Irónicamente, según Persoff, el mayor reto de la fotografía de copos de nieve es el clima.
Explicando más, dijo: «[L]as condiciones ideales son nevadas ligeras, ya que la nieve espesa puede dañar estas frágiles estructuras por colisiones y agregaciones. La mayor parte del tiempo, la ventana para los copos perfectos puede existir durante 40 minutos o menos… cuando caen buenos copos de nieve, tengo que asegurarme de permanecer ahí fuera y capturar toda su crujiente bondad hasta que las condiciones vuelvan a cambiar».
Persoff nos cuenta cómo se puso detrás del objetivo: de niño hacía fotos con la cámara de su padre y sentía una gran emoción cuando llevaban los carretes a revelar. Se dedicó en serio a la fotografía cuando su interés por las tormentas se convirtió en persecución activa de tormentas después de la universidad.
Fotógrafo autodidacta, Persoff siguió aprendiendo de foros en Internet, de otros cazatormentas y de su mentor, el artista plástico Don Komarechka. Hace fotos de copos de nieve para satisfacer su propia fascinación y nunca imaginó que su trabajo se haría viral.
«Mi esperanza era que alegrara a los demás, y ¡vaya si lo ha hecho!», dice. «Me encanta mostrar a la gente que la nieve, que a menudo tiene una connotación muy negativa, debido al caos de los viajes y al frío, es en realidad extraordinaria».
Las esculturas temporales de hielo de dos milímetros, dijo, narran una historia de las condiciones atmosféricas en las que se formaron mientras viajaban hacia la Tierra.
«Seguro que en trillones pueden ser un fastidio, pero si la gente es capaz de detenerse maravillada, o incluso de querer prestarles más atención… consideraré que el arte es transformador», afirmó.
Persoff, que comparte sus fotos de copos de nieve en su sitio web, Twitter y Facebook, anima a los demás: «Encuentra tiempo para estar en silencio con la naturaleza y presta atención, es maravilloso para la salud mental y la perspectiva, y encuentra la alegría allí si puedes».
A continuación, más fotos de copos de nieve:
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