La sargento Erin Guthrie conoció a un perro callejero muy especial durante un despliegue humanitario en Kosovo con la Guardia Nacional de Oregón y establecieron un vínculo instantáneo. Sin embargo, ocho meses después, cuando Guthrie, de 28 años, voló a casa, tenía un espacio especial en su corazón que no podía llenar.
«Tenerlo cerca le proporcionó brillo a una situación bastante difícil», dijo Guthrie a WCBS.
Pero con la ayuda de una organización sin ánimo de lucro llamada Paws of War, Guthrie se pudo reunir nuevamente con su perro.
Guthrie, que llegó a Kosovo en enero, recordó cómo sus nervios se disolvieron rápidamente al encontrarse con el perro callejero durante un viaje matutino. Aunque estaba herido, se mantuvo tranquilo y movía su cola.
«Me di cuenta que (…) solo quería un amigo, y no tenía una manada, no tenía a nadie con quien pudiera estar», explicó. «Me sentí honrada de que se me acercara, y sentí una conexión instantánea con él».
(Cortesía de Erin Guthrie)
Guthrie nombró Meeka a la mezcla de pastor-collie de 1 año y medio a 2 años, un apodo que significa «amistad» en albanés, que se habla en Kosovo. La amistad de Meeka fue muy valiosa; según Newsday, al padre de Guthrie le diagnosticaron cáncer durante su despliegue, y estar separados fue difícil de soportar.
«Lo llamé —él saltó sobre un alambre de púas, vino hacia mí», dijo. «Estaba muy feliz y amistoso, y de hecho estuv a mi lado todo ese día».
La soldado y el perro se cuidaron mutuamente, así que dejar a Meeka para regresar a Estados Unidos fue muy doloroso para Guthrie. Después de regresar a casa, mientras Guthrie estaba en cuarentena, trató de adoptar un perro en Estados Unidos, pero pronto se dio cuenta de que el perro que quería en realidad estaba a 6000 millas de distancia.
Decidida a llevar a su perro a casa, Guthrie contactó a Paws of War, con sede en Nesconset, un grupo dedicado a reunir animales con los militares estadounidenses que conocieron durante sus misiones en el extranjero. Hasta la fecha, el grupo ha transportado más de 100 animales a sus hogares permanentes en Estados Unidos.
El programa «War Torn Pups» del grupo, que proporciona apoyo financiero para reunir al personal militar con los animales callejeros, estaba preparado para ayudar a Guthrie, pero el proceso no fue fácil. «Hay muchos obstáculos», dijo Robert Misseri, el cofundador de Paws of War, a WFSB. «Hay mucho papeleo, hay un proceso de cuarentena de por medio».
Sin embargo, Misseri aseguró que los reencuentros justifican el esfuerzo. «Sentimos que todo vale la pena», dijo, «y, con todo lo malo que está sucediendo en el mundo, esto es algo que podemos devolver para hacer algo bueno».
Misseri explicó a The Newsday que la política del Departamento de Defensa de EE. UU. prohíbe a los soldados interactuar con animales callejeros, así que Guthrie tenía las manos atadas. Así, Paws of War recaudó más de 6000 dólares y se hizo cargo del transporte de Meeka desde Kosovo hasta Hillsboro, Oregón.
(Cortesía de Erin Guthrie)
Guthrie inicialmente estaba nerviosa porque Meeka no la reconociera en el reencuentro del 7 de octubre. «Pero como se me acerca de la misma manera. (…) me reconoce», le dijo a WCBS, «y es una sensación increíble».
Guthrie expresó su gratitud a todos los que participaron en llevar a Meeka de vuelta con ella. «Solo soy un sargento y él es solo un perro callejero», afirmó. «Mucha gente dedicó su tiempo».
Después de proporcionar consuelo a Guthrie durante su despliegue, Meeka ahora puede vivir sus días en la comodidad de un hogar amoroso con su dueña.
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