Un gato enfermo y desnutrido que vivía en la calle tuvo suerte por primera vez en mucho tiempo cuando se acercó a un desconocido y le pidió ayuda.
Fue el hermano de James David, de 21 años, quien se encontró por primera vez con Gnar, un gato pelirrojo flaco, escondido bajo su coche a finales de agosto del año pasado y le dio comida. Al día siguiente, cuando David, amante de los gatos, fue a buscarlo, Gnar seguía allí.
«Me maulló», dijo David, un radiólogo filipino-americano criado en Nueva Jersey, a The Epoch Times.
«Le preguntaba a toda mi familia por qué había un gato herido en nuestro patio. Le di algo de comida y me senté con él durante casi dos horas».
David, que ya tenía dos gatos, Max y Keko, dijo que Gnar estaba en «muy mal estado», Demacrado y con el pelaje enmarañado, y tenía una enorme herida abierta en la cara. Además, es un gato «polidáctilo», lo que significa que tiene dedos de más en sus patas.
«La primera reacción de Gnar fue un grito de auxilio», dijo David. «No tuvo miedo, ni momentos de estar a la defensiva o con los nervios de punta, estaba completamente indefenso, y solo con que me sentara con él durante horas y le mostrara cariño, pude ganarme su confianza muy rápidamente».
«Le di algo de comida y, a partir de ahí, se mostró muy receptivo a las caricias. Le encantaban los juguetes que le daba y, de hecho, ronroneaba cuando me sentaba a su lado».
David no sabía si Gnar tenía dueños, pero dice que hay una gran población de gatos callejeros en su zona. Gnar engullía su comida, pero como David no conocía el estado de salud del pequeño gato, no podía llevarlo todavía al interior por el bien de sus otros gatos.
En su lugar, bañó a Gnar para quitarle la suciedad y la sangre seca del pelaje, le puso su nombre y lo instaló en un acogedor refugio en su patio. Compartió un vídeo del rescate ese mismo día en TikTok y el clip se hizo viral.
«No fue hasta que mis amigos me dijeron que se estaba volviendo viral que empecé a darme cuenta», dijo David.
«Realmente tuvo un impacto en mi vida en ese momento (…) me llevó un tiempo acostumbrarme a la fama, pero me di cuenta de que no era yo el famoso, ¡era Gnar!».
(Cortesía de James David)
La mayoría de los espectadores de David apoyaron su rescate. Recibió donaciones de unos pocos y luchó contra las críticas de otros por «hacerlo solo por el dinero» pero, en todo momento, se mantuvo centrado en hacer lo correcto por su nuevo amigo.
Con el paso de las semanas, la salud de Gnar mejoró. Cuando el veterinario dio el visto bueno, David lo llevó a su casa, donde Gnar volvió a encontrar su alegría. A medida que su herida se curaba y su peso aumentaba, el único recuerdo visible de su vida anterior era el cono blando que le rodeaba el cuello para evitar que se rascara.
Gnar tardó un poco más en sentirse como en casa con los otros gatos de David, pero al final lo consiguió.
«Al principio, Max y Gnar no se llevaban bien. Les costó casi medio año, ya que Max es un tipo de gato serio pero también el más grande», dijo David. «Era muy cauteloso con Gnar, pero con el tiempo se acostumbraron el uno al otro y se les puede encontrar durmiendo juntos de vez en cuando».
«Keko, por su parte, es un gato curioso e ingenuo. Él y Gnar congeniaron desde el primer momento y a menudo se les encuentra jugando el uno con el otro, aunque a veces Gnar puede llevarlo demasiado lejos y hacer que Keko salga corriendo».
Gnar, que ahora tiene unos tres años, es el más joven del trío de gatos y el más juguetón. Su vínculo con David es inquebrantable.
David, al que le encanta hacer música y contenidos en su tiempo libre, comparte las actualizaciones de Gnar en una página de Instagram dedicada a sus gatos para hacer más visibles las historias de éxito del rescate.
«Le di a Gnar una plataforma que espero que inspire a otros a hacer lo correcto cuando un animal está necesitado», dijo.
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