La aversión al agua es un rasgo comúnmente conocido de la mayoría de los gatos domésticos. Sin embargo, una gata del norte del estado de Nueva York ha roto el estereotipo con su obsesión por bañarse.

Te presentamos a Pym, una gata doméstica de pelo corto de 7 años y medio que vive con su dueña, Katie Behr, una enfermera que es originaria de una pequeña ciudad entre Siracusa y Binghamton.

Behr, de 31 años, acogió a Pym —que se ha hecho masivamente viral por su rutina de baño— cuando solo era un gatito de 6 u 8 semanas. Desde entonces, la gata vive con ella.

Recordando cómo empezó la obsesión de Pym por bañarse, Behr dijo: «Creo que tenía unas 10 semanas… Realmente no hice nada para que quisiera hacerlo».

Pym se metió por casualidad en la regadera, lo que hizo reír a Behr, que pensó que su gato solo estaba haciendo el tonto. Confundida por lo que realmente estaba pasando, pero también queriendo capturar el momento, Behr tomó su teléfono y comenzó a grabar.

«Obviamente, pensé que era raro», dijo. «Sé que a los gatos no les gusta el agua. Sé que no es algo típico. Así que supe que tenía a alguien único en mis manos».

Parece que el inusual comportamiento de Pym llegó para quedarse. Desde entonces, se baña con Behr casi todos los días.

Behr, que también tiene otro gato y un husky siberiano, describe a Pym como un «gato ridículamente social».

«Hay muchos estereotipos sobre los gatos: que odian el agua, y mucha gente dice que son malos, y que son asustadizos», dijo Behr. «Pero nada de eso se aplica a ella. Es muy, muy amable y cariñosa».

Pym también comparte un vínculo increíble con Behr y quiere estar cerca de ella la mayor parte del tiempo.

Compartiendo más sobre la famosa rutina de baño del gato, Behr dijo que antes de que ella misma esté lista para bañarse, Pym ya la está esperando allí en el baño.

«Conoce mi rutina, me ducho todos los días a la misma hora», dice Behr. «Se queda ahí esperando pacientemente». Cuando Behr abre la cortina, Pym le maúlla, indicándole que es hora de entrar.

Después del baño, Pym suele escabullirse, dejando un enorme rastro y un desorden.

La razón por la que Behr permite que Pym se seque por goteo es que ha intentado secarla con el secador o con una toalla, pero Pym parece odiarla.

«Si odia tanto la toalla, supongo que tener el suelo mojado es un pequeño precio a pagar por su felicidad», dijo Behr.

Behr primero filmó a Pym bañándose porque le pareció raro e inusual, pero pronto vio que su gato había adquirido un patrón. A continuación, tenía su teléfono preparado a propósito para que, si Pym hacía algo nuevo y divertido, no se perdiera la captura.

Sabiendo que los gatos tienen fama de odiar el agua, Behr decidió compartir con el mundo la insólita obsesión de Pym. Pronto, sus videos se volvieron virales, y algunos de ellos llegaron a acumular un millón de visitas.

«La gente piensa que es divertido y bonito», dice Behr. «Mucha gente nos sigue ahora y dice que espera con impaciencia su especie de rutina de ducha diaria porque intento publicarla prácticamente todos los días en este momento».

Behr también ha recibido un inmenso cariño por publicar videos de Pym, algo que, según ella, nunca esperó.

«Realmente no sé cómo he tenido tanta suerte», dijo.

Vea el video:

(Cortesía de Pym the Shower Cat)

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