El caballo gitano de aspecto aventurero posee todo el encanto de una novela romántica, además de una fuerza increíble. Curiosamente, su existencia en Estados Unidos y Canadá se debe a un encuentro fortuito entre un caballo solitario y una pareja de aficionados a los caballos en un campo de Inglaterra.
En 1995, Dennis y Cindy Thompson, de Ocala (Florida), conducían por la campiña inglesa en un viaje de negocios cuando Cindy vislumbró un apuesto corcel blanco y negro en un campo lejano.
«Nos acercamos a la valla y el caballo vino corriendo hacia nosotros, y nos enamoramos al instante», recordó Dennis a Horse Journals.
El semental era un «colorido potro», criado a propósito por el pueblo romaní, o gitano, de Gran Bretaña e Irlanda después de la Segunda Guerra Mundial para tirar de sus carretas. Estos robustos caballos soportaban la vida en la carretera y tienen el temperamento suficiente para ser dirigidos por cualquier persona, incluidos los niños.
La raza mezcla las líneas de sangre de los caballos Shire, Clydesdale, Dales pony y Friesian.
El granjero presentó a Dennis y Cindy al propietario del semental, un hombre de origen romaní, que invitó a la pareja a la Feria del Caballo de Appleby, en Cumbria, convirtiéndolos en los primeros estadounidenses en asistir.
Cautivados, Dennis y Cindy decidieron llevar el colorido potro a Estados Unidos. Pero primero tenían que inventar un nombre llamativo.
En «The Coloured Horse and Pony» (El colorido caballo y pony) del autor inglés Edward Hart, Cindy descubrió la palabra «vanner», un caballo que tira del carruaje.
«Tuve dificultad con ‘Gypsy’ (gitano), porque la palabra se puede utilizar como un insulto cultural», admitió Dennis. Sin embargo, los criadores romaníes lo aprobaron, y se quedó «Gypsy vanner».
Dennis y Cindy crearon la Gypsy Vanner Horse Society (GVHS) en 1996, e importaron las dos primeras potras a Norteamérica ese mismo año. Menos de seis meses después, introdujeron el mismo semental que llamó la atención de Cindy en el campo aquel día para su cría.
Después lo rebautizaron como Cushti bok, que significa «buena suerte» en lengua romaní. Otro semental, The gypsy king, se unió a Cushti bok poco después. «Los gitanos desarrollaron un caballo maravilloso; mantengamos la genética y el aspecto que crearon», dijo Dennis.
Los GVHS describen al gypsy vanner como un caballo pequeño, pesado y musculoso, con una altura de entre 13.2 y 15.2 manos, con crines y colas completas y fluidas, y pelo desde las rodillas hacia abajo. El caballo puede ser de cualquier color o patrón.
Requieren mucha limpieza y pueden vivir hasta 25 años.
«Por supuesto que son hermosos», dice la directora ejecutiva de GVHS, Kathy Mutti, «pero la razón por la que los elegí es su temperamento y su capacidad de adiestramiento».
«Es la raza de caballos más bondadosa que he conocido», dijo Dennis.
Además de tirar las caravanas y carruajes, el gypsy vanner es un gran caballo para montar, según The Spruce Pets. El caballo se puede montar al estilo inglés o occidental y se puede entrenar en varias formas, desde el adiestramiento hasta equitación. Dado su temperamento tranquilo, el gypsy vanner también se puede utilizar en programas de equitación terapéutica.
En 2004, Julia y Dan O’Neill, de la granja Once Upon (dedicada a la raza) en Picton, Ontario, se enamoraron de este llamativo caballo y compraron una potra de 4 meses llamada Nimue. Los amantes de los caballos de la zona se interesaron. Seis aficionados inauguraron el Canadian Gypsy Vanner Horse Club, que contribuyó con la organización de la Feria Vanner inaugural cerca de Toronto en 2011. Asistieron casi 5000 seguidores.
Hoy, según Horse Journals, alrededor del 10 por ciento de los casi 3100 caballos gypsy vanner registrados viven en Canadá.
«Todos sabíamos lo que teníamos, era algo especial, y todos sabíamos que había que mostrarlo», dijo Dan. «Solo esperamos que continúe como hasta ahora».
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