Un vendedor de muebles nacido en Suecia, inspirado por una cabaña que encontró mientras caminaba por la naturaleza, se ha construido un refugio de madera excavado en el bosque. De principio a fin, trabajó solo, y el impresionante proyecto en solitario se ha convertido en su refugio privado.
Alex Wild, de 36 años, tiene su propio negocio de venta de muebles para casas y oficinas. Casado y con dos hijos, un bebé y un niño de 4 años, estaba dando un paseo solo cuando se encontró con una «preciosa cabaña» en la orilla de un río.
«No había nadie, entré y pasé todo el día allí», dijo Alex a The Epoch Times. «Después de eso, me di cuenta de que la vida no es inhalar los aromas de los coches que pasan a mi lado; la vida es la unidad con la naturaleza».
Alex localizó uno de sus lugares favoritos en el bosque, a 60 kilómetros (aprox. 37 millas) de su casa, y se puso a trabajar en su cueva por capricho. Empezó con un agujero en el suelo.
«No tengo ninguna habilidad especial», dijo, «más que nada la experiencia de la vida… algunas habilidades las adquirí gracias a mi padre. Ni siquiera tenía un proyecto en la cabeza. Construía todo de forma intuitiva y quería que todo fuera bonito, eso es lo único que me movía».
A excepción de un día, en el que Dennis, un amigo de Alex, prestó sus habilidades para la tarea, Alex trabajó solo. Calcula que le costó 500 dólares en materiales y entre 15 y 20 días, desde su primer día de excavación hasta el toque final de colocar un horno de ladrillos dentro del foso terminado.
Alex describió el proceso: «Cuando se completaron las primeras etapas de la construcción, y cuando vi el armazón de mi casa, la construcción se convirtió en una comunicación con la vida silvestre y cada día traía nuevas sorpresas.
«Imagínate, empiezo a trabajar por la mañana, los pájaros cantan, el sol brilla, luego el tiempo cambia drásticamente, se levanta el viento y empieza la lluvia. Cuando veo estos cambios en la naturaleza, en directo, estando en el bosque, es algo increíble; ¡el bosque y la vida salvaje fueron mis principales motivadores!»
Desde que terminó su refugio, Alex pasa dos días a la semana disfrutando de la soledad de su hogar escondido en el bosque. Compra alimentos en la tienda más cercana, a 10 kilómetros de distancia, se baña en el río cuando hace calor y utiliza una sauna construida por él mismo dentro del refugio en invierno.
Mirando hacia atrás, la construcción del refugio supuso un reto.
«Hubo dos etapas muy difíciles para mí. La primera fue cuando estaba cavando el hoyo, hacía más de 38 grados [Celsius] en el exterior, y no había ni siquiera una pizca de viento. En esos días me pareció que la naturaleza estaba en mi contra», reflexionó Alex.
«La segunda etapa más difícil estuvo relacionada con la instalación del marco», continuó. «El hecho es que lo construí todo yo mismo, excepto un día en el que me resultó muy difícil levantar grandes troncos… y arrastrarlos hasta el lugar de la construcción solo».
Pero al instalar un horno, Alex descubrió que le gusta trabajar con ladrillos y mortero. El tejado fue su mayor reto de construcción, pero se felicita por haber colocado un tejado hermético que no gotea. Asimismo, hacer e instalar puertas por primera vez fue un gran éxito para el carpintero autodidacta.
Siempre habrá que hacer cambios y mejoras en el refugio, dijo Alex, e insistió: «Pero hay que buscar la perfección».
Tras compartir las imágenes de su inmenso proyecto en solitario en YouTube, Alex se mostró encantado con la respuesta positiva del público. Su primer video ha acumulado más de 5 millones de visitas. «Hubo muchos comentarios. Sobre todo, la gente estaba impresionada con mi construcción», dijo.
(Cortesía de Alex Wild)
Alex dice que le encanta pasar tiempo en el refugio y, especialmente en invierno, a menudo se siente abrumado por «emociones alegres».
«Está nevando por todas partes, y estoy sentado junto a la estufa calentándome y mirando por la ventana; las mejores emociones de mi vida, después del nacimiento de mis dos hijos», dijo. «A veces quieres olvidar tu nombre, olvidar lo que es la electricidad, y no ver toda la fealdad que hay alrededor. Para eso tengo mi casa en el bosque».
Habiendo encontrado su paz, ahora anima a otras personas a hacer la paz para ellos mismos y para los demás.
«Dejemos de tirar la basura donde queramos, dejemos de pegarnos y de pelearnos», implora. «Todos somos la misma gente; salgamos a la naturaleza, amemos el bosque… intentemos ser un poco más amables con los demás».
(Cortesía de Alex Wild)
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