Joe Castello, de Kentucky, es conocido como «El chico de los cardenales» después de hacerse amigo de un pájaro rojo en 2019 y publicar un video en TikTok.
En el nevado diciembre de 2019, Castello, de 58 años, estaba en el trabajo, almorzando en su camioneta, estacionado junto a un espacio silvestre protegido, cuando vio a un cardenal en la valla.
«Le lancé un trozo de comida y al día siguiente regresó», dijo Castello a The Epoch Times. «Hace 20 meses que somos compañeros de almuerzo».
Bautizó al pájaro rojo como Siva y empezó a grabar sus sesiones de comida para luego publicarlas en la plataforma de videos.
«Mi hija me recomendó que iniciara una página de Siva en TikTok», explicó Castello. «Apenas lo hice, dos semanas más tarde, la página de Siva ‘El chico cardenal’ se hizo viral con más de un millón de visitas».
Al poco tiempo, el hombre y su amigo de plumas rojas habían atraído a seguidores de todo el mundo, que estaban asombrados por la inusual amistad.
Y con el paso de los meses, su relación se fortaleció.
(Cortesía de Joe Castello)
«Después de lanzarle la comida durante seis meses, empecé a colocarla en el espejo de mi vehículo para él», cuenta Castello.
«Un año después, en diciembre de 2020, fui a colocar su comida en el espejo y me sorprendió, bajó volando y me quitó la comida de la mano».
«Llevo ocho meses dándole de comer de mi mano».
Todas las reacciones en las redes sociales llamaron la atención de ABC News, que se puso en contacto con Castello para presentar en directo esta rara y singular amistad.
«Después de eso, vi un incremento de seguidores, comentarios y vistas, Siva también se ha convertido en una pequeña celebridad», añadió Castello.
(Cortesía de Joe Castello)
Siva no está adiestrado, ni es un «pájaro de patio», explica el Chico Cardenal. Vive en humedales salvajes protegidos y enfrenta el peligro de los depredadores todos los días.
«Los cardenales son una especie protegida desde 1918 y son extremadamente esquivos», dice Castello. «Él sabía que yo estaba allí para finalmente adquirir la suficiente confianza en mí como para comer de mi mano. Los cardenales no lo hacen».
Como novedad, un hijo y una hija de Siva también se han acercado a su vehículo para comer anacardos rápidamente.
«Que ahora dos descendientes de Siva coman del espejo de mi camión es una locura. Es una bendición y muy majestuoso y no lo doy por hecho», añadió Castello.
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