Un día, un hombre de Serbia, que suele alimentar a los perros vagabundos de su ciudad, encontró un pequeño cachorro abandonado que lo conmovió. El cachorro, hambriento y solitario, se refugiaba en un zapato, y el hombre decidió ayudarlo.
Hacía frío cuando Goran Marinkovic, de 48 años, encontró a la perrita, ahora llamada Coco, en las calles de Kraljevo hace dos años.
Caminando por un estrecho sendero lleno de basura, Goran escuchó chillidos y los siguió hasta llegar a la lamentable escena. Junto a una única zapatilla deportiva negra, estaba postrado un diminuto cachorro de pelo amarillo y negro. Goran supuso que el cachorro usaba el calzado como refugio en ausencia de su madre.
«Así fue como la encontré», dijo a The Epoch Times.
Estaba «hambrienta, fría y mojada», dijo. Goran le dio un poco de salami y, después de comerlo, se fue al lado del zapato, mostrando su barriga dócilmente.
Goran tomó algunas fotos de la desgarradora escena y después las compartió en Facebook, con la siguiente descripción: «El zapato pudo servirle para esconderse de la lluvia y el sol. Este [cachorro] fue arrojado a la basura, lo encontré por accidente. Sería bueno encontrar a alguien que pueda y quiera cuidarlo».
Goran, incapaz de dejarla atrás, tomó a Coco y la llevó a un veterinario para que la evaluara. No estaba seguro si podría sobrevivir.
Pero la perrita se hizo cada vez más fuerte.
Goran compartió las fotos del rescate y de la recuperación de Coco en Facebook, en un intento de encontrarle un hogar permanente. Buscó entre los postulados, pero finalmente recurrió a sus amigos que trabajan en rescate internacional para que le ayudaran a encontrar un hogar permanente.
Y lo logró. Después de vacunarla, Coco fue enviada a Alemania. Ahora es una perrita feliz y llena de vida que vive en un hogar cariñoso, gracias al gran corazón y a las buenas acciones de Goran.
Ahora «ella tiene un hermoso hogar para disfrutar», dijo Goran. «Cada perro rescatado de la calle que encuentra un hogar es una victoria para mí».
El rescatista de Coco sigue alimentando diariamente a entre 90 y 110 perros callejeros o abandonados, y espera que al compartir la historia de Coco otras personas se animen a ayuda.
«No tiren a los animales a la calle, porque son seres vivos», añadió. «Solo quiero despertar la conciencia de la gente para que no haya más casos así».
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