Un rescatista de animales realizó un viaje de 3 mil millas de España a Ucrania para recoger a más de 30 perritos, algunos incluso sin movilidad. En su camino también ayudó a 2 familias a huir del país en guerra.
«Sabéis que hay momentos que no pueden esperar, y que las circunstancias están en contra, pero sí se puede intentar», escribió Albert Beigbeder en FB, un técnico comercial de 48 años que dirige la organización protectora de animales Aria Rescate, en Barcelona, España.
Beigbeder explicó a Efe que la temeraria idea de rescatar perritos de refugios ucranianos surgió de organizaciones de protectoras de animales de Málaga, en España.
La opción era viajar en una furgoneta en la que podrían transportar hasta 40 animalitos.
«Desconocíamos cuál era la situación de los perros en Ucrania, pero teníamos miedo de que no los dejaran subirse a los trenes con sus dueños para abandonar el país, así que decidimos ir con la furgoneta para rescatar a todos los que pudiésemos», explicó.
El aventurado viaje duró dos días de ida y dos de vuelta en los que Beigbeder y tres rescatistas tuvieron que asumir todos los riesgos que implica llegar a una zona de guerra.
«El viaje fue una paliza, especialmente el segundo día, en el que veíamos que no llegábamos y tuvimos que conducir durante 16 horas sin parar», recordó Beigbeder.
Cuando llegaron a Medyka, esperaban recoger a unos peludos de un refugio polaco, pero les avisaron de las dificultades de llevarlo a cabo, ya que los perros deberían pasar un período de cuarentena.
Sin desmotivarse, el equipo comenzó a contactar con los residentes locales para preguntar quién deseaba poner a salvo a sus mascotas fuera de país.
Una chica con cuatro perros paralíticos y varios gatos fue la primera en pedir ayuda.
«El viaje de vuelta con los animales también fue complejo, porque uno de ellos, al tener la movilidad afectada, necesitaba que le provocaran la orina apretándole la vejiga, y otro tenía problemas para controlar las heces», dijo el presidente de Aria Rescate.
De regreso a España, el primer destino fue Madrid, donde la organización Bichos Raros los esperaba para recibir algunos de los animalitos y ponerlos inmediatamente en cuarentena.
Cuando terminen ese periodo, los perros pasarán por un proceso de recuperación y vacunaciones que aseguren su bienestar. Cuando estén listos, la organización intentará encontrales un hogar permanente .
De acuerdo a la página de Aria Rescate, su objetivo es «la inserción de animales rescatados», donde el miedo de los perritos a los humanos es el problema más común.
Una vez al año la organización recorre España para ayudar a protectoras de animales de todo el país, y se sostiene a través de microdonaciones de un dólar al mes por socio a través de la herramienta online Teaming.
Beigbeder explicó a Efe que el viaje ayudó a traer desde Medyka, Polonia, a dos madres con tres hijas en total, que ya instalaron con sus familiares en Girona, al noreste de España.
Por medio del contacto con voluntarios de la frontera supieron de dos familias ucranianas ―dos madres, una con dos hijas y otra con una― que se encontraban en un centro de refugiados en Korczowa, Polonia, y que deseaban llegar a Girona para instalarse con un familiar que podía ayudarlas mientras dure el conflicto.
«Al principio, estaban muy calladas. Al fin y al cabo, se vieron obligadas a fiarse de desconocidos para huir de su país, pero cogimos confianza comunicándonos con ellas a través del traductor de Google y de una de las hijas, que hablaba un poco de inglés», compartió el director de Aria Rescate.
Aunque ambas familias cuentan con el padre, estos tuvieron que permanecer en el país para defenderlo ante la invasión rusa.
Afortunadamente los rescatistas lograron cumplir su objetivo y ayudar no solo a los animalitos, también a dos familias.
Con información de Efe.
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