Mientras miles de personas tratan de salir de Ucrania para poner sus vidas a salvo, un rescatista de animales decidió quedarse para proteger su granja con más de 400 de ellos.
Andrea Cisternino, un fotógrafo profesional de origen italiano, tomó la decisión de no abandonar a los más de 400 animales que ha estado protegiendo durante los últimos años en Ucrania, en el refugio llamado Rifugio Italia kj2. Entre los animalitos están perros, gatos, caballos, vacas, cabras, patos, gallinas, cerdos, entre otras especies más.
Aunque Cisternino recibió un mensaje de alerta de la embajada italiana el miércoles 23 ―un día antes de la invasión― para salir del país, decidió solo compartir el anuncio para sus compatriotas en su página de Facebook.
«Se reitera la urgencia de salir de Ucrania con los medios comerciales disponibles [….]» publicó Cisternino 20 minutos después de recibir la alerta.
Solo pasaron unas horas para que Cisternino, su esposa Vlada Shalutko y los colaboradores del refugio ubicado a 27 millas de Kiev, supieran que los rusos habían bombardeado el aeropuerto de Boryspil, en Ucrania. Desde entonces, el rescatista ha estado haciendo actualizaciones de cómo está resistiendo en su granja.
«Ahora tengo que pensar en salvar un refugio y a sus 400 huéspedes que merecen ser protegidos a toda costa», publicó el italiano el jueves 24.
Diez años atrás, en 2012, mientras se desarrollaba la Eurocopa, Cisternino y su esposa se enteraron de la matanza de perros callejeros en Ucrania, que había iniciado en 2009.
El entonces fotógrafo había publicado un año antes el libro Perros callejeros: historias de hombres y animales. Luego de saber lo que pasaba en Ucrania con los indefensos perros, decidieron mudarse al país con el fin de «salvar a la mayor cantidad posible de perros callejeros de la furia asesina de los ‘cazadores de perros’ (dog hunters)», de acuerdo a Rifugio Italia kj2, la página del refugio.
Desafortunadamente, siete años atrás unos desconocidos prendieron fuego al refugio y murieron alrededor de 70 animales. Cisternino había recibido amenazas de los «cazadores de perros», según explicó Ugo Bettio, un amigo del rescatista, al medio italiano RadioVeg.
«Fue un momento terrible, pero el sueño solo fue parcialmente apartado, porque Andrea no se dejó desanimar. y el proyecto renació, se puede decir, de las cenizas», agregó.
La determinación y el amor por los animalitos, así como el apoyo de su esposa y colaboradores, hicieron que el proyecto, efectivamente, creciera «convirtiéndose en una especie de oasis para los animales de otras especies además de perros y gatos callejeros», explicó la página del refugio.
Pero hoy Cisternino enfrenta un nuevo desafío. Y aunque la guerra es incierta a cada momento, el rescatista tiene claro que no abandonará a su suerte a los animalitos, aunque su vida corra peligro.
«Prestamos atención a cada ruido, vivimos con ansiedad pero tratamos de ser positivos», escribió en Facebook.
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