Se cree que Mark, el oso pardo, es el último de los osos de restaurante de Albania. Llevaba 20 años confinado en una jaula diminuta con suelo de cemento, sin poder escapar de las miradas de los clientes del restaurante y sufriendo de aburrimiento.
Recientemente ha sido liberado de estas malas condiciones fuera del restaurante Sofra e Ariut (La mesa del oso) de Tirana, y enviado a vivir a un santuario de osos más adecuado para su especie en Austria.
Los osos de restaurante, a menudo capturados en la naturaleza cuando eran cachorros, se crían en restaurantes, bares, hoteles u otras instalaciones recreativas públicas como atracciones turísticas y para entretener a los visitantes.
La cría de osos, y a veces de grandes felinos, fue mucho más común en Albania, pero ha disminuido en los últimos años debido a las críticas de la opinión pública.
Ahora, con la liberación del oso pardo Mark, la tenencia de osos en restaurantes se ha extinguido por completo, afirman sus defensores.
Los rescatadores de la organización Four Paws llevaban mucho tiempo intentando liberar a Mark. Tras liberar a otros 130 osos en toda Europa, su objetivo es reducir el cautiverio inadecuado de animales salvajes para entretenimiento o usos comerciales, como la cría de bilis.
La organización ha «conseguido poner fin a la tenencia de osos bailarines en Bulgaria y Serbia, a la tenencia ilegal de osos en restaurantes de Kosovo y Albania, y a la tenencia privada ilegal de osos en Polonia», declaró a The Epoch Times Magdalena Scherk-Trettin, coordinadora de Four Paws.
Últimamente, los restaurantes de Albania han entregado voluntariamente sus osos, dijo Scherk-Trettin. Asimismo, el 7 de diciembre de 2022, el antiguo dueño de Mark lo entregó a Four Paws con la esperanza de encontrarle un hogar mejor.
Originalmente, Mark y su hermana, Liza, habían sido adquiridos como cachorros por el restaurante después de que su madre muriera de un disparo.
Dos años antes de que Mark fuera rescatado, Liza falleció. Su antiguo cuidador durante 20 años, el Sr. Hiqmet Murati, declaró a la AFP que Mark no paraba de llorar durante dos o tres meses y que temían por su salud física y mental. Al parecer, habían dejado que la pareja se aparease, aunque ninguno de los cachorros sobrevivió.
Four Paws hizo todo lo posible por encontrar un hogar adecuado para Mark. Tras meses de trámites burocráticos, consiguieron trasladarlo a un santuario idóneo para su especie, el Bear Sanctuary Arbesbach, en Austria.
Sin embargo, dos décadas de encierro en una jaula de 100 metros cuadrados han hecho estragos en la salud del oso. La falta de ejercicio ha provocado el sobrepeso del oso Mark, que ahora pesa unos 250 kilos. También se ha roto los dientes por morder los barrotes metálicos y ha desarrollado un trastorno de ansiedad que le hace gruñir al menor ruido.
A una edad avanzada, el oso necesitó tratamiento de urgencia, ya que sufría problemas articulares, musculares, oculares y de órganos vitales debido a su mala alimentación mientras vivía en una jaula desde hacía 20 años.
«El equipo de atención a los animales se esfuerza por establecer una relación humana-animal positiva con Mark», declaró Scherk-Trettin al periódico. «Aprende que tiene mucho tiempo para dar sus primeros pasos en su nuevo entorno».
Sus nuevos cuidadores en Arbesbach le han construido una guarida artificial adecuada. Aunque Mark no podía hibernar en su anterior recinto en Tirana debido al espacio reducido, recientemente ha dado muestras de hibernación en Arbesbach, pasando mucho tiempo dormido en su nueva guarida durante estos meses más fríos de invierno.
Scherk-Trettin añadió que, una vez que Mark se muestre más activo y reciba el visto bueno de su equipo de cuidadores, podrá acceder a su nuevo recinto natural de unos 2500 metros cuadrados.
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