Una madre obesa de tres hijos se deshizo de 154 libras (aprox. 70 kg) después que le pidieron que se bajara de una atracción de un parque de diversiones por tener demasiado peso.
Sarah Knowles, de 28 años, de Georgia, decidió darle un giro a su vida después de sentirse humillada por estar «demasiado gorda» para una atracción de feria, y que le pidieron que se bajara.
Después de años de comer por motivos emocionales, Sarah pesaba casi 274 libras (aprox. 124 kg) en su momento de mayor peso. Sin embargo, después de abandonar sus hábitos poco saludables y someterse a un bypass gástrico, perdió 154 libras, alcanzando su peso mínimo de 120 libras (aprox. 54 kg).
Sarah dice que ahora se siente como un «millón de dólares» y que a menudo tiene que mirarse dos veces cuando se ve reflejada en el espejo.
«He tenido sobrepeso toda mi vida porque soy una comedora emocional», dice Sarah. «Comía cuando estaba triste, cuando estaba feliz y cuando estaba estresada. No importaba cómo me sintiera, siempre recurría a la comida».
«El momento en el que supe que tenía que hacer algo con mi peso fue en la feria de 2017», recordó.
«Fui a subirme en una atracción de la feria, que siempre ha sido mi favorita, con mi marido, Tyler. Cuando me subí a la atracción y fui a bajar la barrera, no se pudo cerrar porque yo era demasiado grande. Así que me hicieron bajar de la atracción porque no cabía».
Sarah dijo: «Fue traumatizante, me dio mucha vergüenza. Tuve que bajarme y retirarme delante de todo el mundo. Había hombres grandes en la atracción y aún así yo era demasiado grande para esta».
«Fue humillante. Este momento realmente cambió mi vida para siempre».
Cuando regresó a casa después de la feria, Sarah volvió a ver las fotos que le tomaron durante el día y no reconoció a la mujer que aparecía.
Así que decidió pasar a la acción.
«Mi peso me hacía sentir completamente inútil, y en ese momento no tenía energía para jugar con mis dos hijos, Kolby, que ahora tiene 6 años, y Makenna, que ahora tiene 5», dijo Sarah.
«Me aislé de todo el mundo, dejé de salir con mis amigos y me deprimí mucho».
«Sabía que no podría perder peso sin cirugía, así que decidí hacerme un bypass gástrico para ayudarme, y me hice el procedimiento en febrero de 2018».
«Estaba muy emocionada por mi bypass gástrico, sabía que mi vida iba a cambiar para siempre. Deseaba estar sana, poder jugar con mis hijos y ser una buena esposa».
«Estaba impaciente por sentir que no me estaba muriendo».
Sarah añadió: «Los primeros meses después de la operación fueron duros por mi relación emocional con la comida. Sentí que había perdido a mi mejor amiga porque al principio estaba en una dieta líquida».
«Sin embargo, cuando empecé a perder peso, fue increíble y cambió por completo mi mentalidad. Me di cuenta que la comida es mi combustible y no una diversión».
«Perdí la mayor parte de mi peso en los 10 meses posteriores a la operación», dijo, y añadió que en un año había perdido 154 libras (aprox. 70 kilos).
Después que su médico le dijera que el objetivo era perder el 80 por ciento de su exceso de peso, Sarah se propuso perder el 100 por ciento.
Comentó: «Me dijeron que era un objetivo muy poco realista, pero eso me hizo estar aún más decidida y lo logré».
«Después de alcanzar el peso que me había propuesto, me quedaba un exceso de piel flácida. Me sentía muy acomplejada».
«Era como llevar muchas capas de ropa que no se podían quitar. Siempre me sentía muy avergonzada por eso […] Me sentía como una gran taza de helado derretido».
«Sabía que tenía que quitarme la piel, sin embargo, tuve que esperar porque sorprendentemente quedé embarazada de mi tercer hijo, Mason, que ahora tiene 1 año. Di a luz el pasado mes de enero».
En agosto de 2020, Sarah pasó nuevamente por el quirófano para someterse a una abdominoplastia para combatir la piel flácida. Desde la cirugía, Sarah dice que es feliz, saludable y revitalizada.
«Me siento mejor que nunca en mi vida», dijo. «Ha sido la mejor decisión que jamás haya tomado. Tengo una nueva oportunidad de vivir y disfruto cada día».
«Ir de compras y comprar ropa siempre fue un problema para mí, nunca podía encontrar nada con estilo que me quedara bien. Me daba mucha vergüenza. Pero ahora me encanta ir de compras […] Es muy divertido».
«No puedo creer que este sea mi cuerpo. Cuando me veo en un espejo o en una vitrina, me detengo y pienso ¿soy yo realmente?», dijo. «Me siento increíble. […] Estoy muy contenta de estar donde estoy, me siento linda y saludable».
La agencia Caters News contribuyó con este artículo.
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