Aunque la maestra de primaria Brittany Perschbacher nunca ha visto personalmente a su alumna Hayley, debido al sistema de clases virtuales, decidió darle el regalo más grande en este momento: tiempo. Cada mes, la maestra dona plasma que es vital para que la niña pueda alargar su tiempo de vida, debido a que padece varias enfermedades y es candidata a trasplante múltiple de órganos.
Hayley Justason es una pequeña que nació con dos corazones, y actualmente tiene un raro tipo de diabetes, un tumor en el cerebro y otras condiciones médicas, todo a sus cortos 9 años. Esto la ha llevado a ser candidata a donación de corazón, hígado y riñón, de acuerdo al medio KSDK.
Como toda pequeña con ilusión y ganas de vivir, Hayley trata de llevar una vida de acuerdo a su edad. Adora a su Barbie, sus peluches de animales y, además, es fan de Wonder Woman, ya que es una chica fuerte, «¡cómo yo!», dijo la pequeña en una entrevista al medio KMOV.
Y lo es. La niña ha pasado por 15 cirugías, pero los doctores dicen que Hailey «puede convertirse en un ángel en cualquier momento», de acuerdo a Julie Smith, la madre de una compañera de la niña que abrió una cuenta en GoFundMe, para ayudar a la familia con los gastos médicos.
Cuando Brittany Perschbacher, la maestra de Hailey en Missouri Virtual Academy, se enteró de la delicada salud de su alumna, supo que tenía que ayudar a la niña. Increíblemente, Perschbacher no se ha encontrado hasta ahora con Hailey, ya que desde que la pequeña es su alumna toda la relación ha sido de manera virtual.
«Si alguno de mis estudiantes necesitara algo, haría lo que pudiera por ellos. Hayley me necesitaba, así que aquí estoy», dijo Perschbacher a KSDK.
Hailey necesitaba plasma, para ganar tiempo y poder seguir esperando su trasplante múltiple de órganos. Y Perschbacher, que había dado positivo a COVID-19, como paciente recuperada del virus ahora tiene anticuerpos o plasma convaleciente que puede ayudar a la pequeña.
«Brittany nos estaba dando otro día, otro minuto, otra hora», dijo Shelley Justason, la madre de Hayley.
«[Y] otro futuro para mí», agregó la niña.
Para hacer posible la donación, la maestra se traslada 200 millas cada mes.
«Si dos o tres horas de mi día una vez al mes le dan seis meses o un año más, vale la pena», dijo Perschbacher entre lágrimas. «Todos los niños merecen una oportunidad».
Con sus bondadosas acciones, la maestra ha demostrado que a pesar de la barrera de las clases virtuales, la conexión humana no se ha perdido. Y tiene pensado ir más allá.
«Le dije a Shelley: ‘Si ella puede aceptar mi plasma, sé que puedes hacer donaciones en vida para los riñones. Los adultos pueden donar a los niños. Intentemos hacerme la prueba porque si mi plasma funciona, tal vez mi riñón funcione'», dijo la maestra de una conversación que tuvo con la madre de la pequeña.
Perschbacher perdió a su abuelo en el 2020 a causa del virus del PCCh, también conocido como el nuevo coronavirus, que causa COVID-19, y para honrarlo decidió ayudar a Hailey.
«Estamos unidas de por vida y no voy a renunciar a ella. Estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para ayudar a esta niña, y lo increíble es que nunca nos hemos conocido en persona», confesó Perschbacher.
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