Un fotógrafo de fauna salvaje, cautivado por la flora y la fauna de su India natal, ha tomado una impresionante serie de fotos de criaturas escondidas en sus hábitats naturales. Algunas son tan expertas en camuflaje que es casi imposible verlas.
Hardik Shelat, fotógrafo aficionado de 35 años, vive en Ahmedabad, al oeste de la India, donde nació y creció. Armado con su cámara Canon, prismáticos y trípode, viaja por toda la India para disfrutar de la naturaleza y buscar oportunidades fotográficas únicas en su tiempo libre.
Un encuentro con autillos indios durante la estación de los monzones en Palanpur, Gujarat, es una de las experiencias favoritas de Shelat hasta la fecha.
«Estábamos allí en nuestra excursión habitual de observación de aves, buscando diferentes pájaros en sus hábitats desde las seis de la mañana», cuenta a The Epoch Times. «Esa era la hora a la que generalmente se mostraban muy activas. Pero, por desgracia, ese día [no vimos] ningún pájaro».
Según Shelat, las fuertes lluvias y la escasa luz solar inhibieron la actividad normal de las aves. Pero después de adentrarse casi 25 kilómetros en el bosque, su grupo vio una oleada de actividad en un árbol grande y viejo.
«Mientras buscaba martines pescadores, oí la llamada de un búho», explicó. «Al principio supuse que era un búho moteado, pero después de oírlo durante algún tiempo descubrí que se trataba de otra especie de búho. … Pasamos por ese árbol casi cuatro veces antes de encontrarlos».
Shelat pasó dos horas en el gran árbol, tratando de localizar la fuente de la llamada del búho, y finalmente espió a dos pequeños autillos indios que se asomaban por un agujero en una enorme rama de un árbol cercano.
«Nos estaban observando, pero yo no era capaz de encontrarlos», explica Shelat. «Los encontré con unos prismáticos y luego conseguí fotografiarlos con la ayuda de un trípode. Al principio, fue un día muy malo para mí, pero después de encontrarlos fue uno de los días memorables. … Ese día me sentí realmente emocionado».
Fotografiar a los maestros del camuflaje es especialmente difícil, ya que estos animales «se funden» con su entorno, dice; y lograr una toma ganadora requiere innumerables intentos cada vez.
Muchos de los animales fotografiados por Shelat son nocturnos, por lo que hay que buscarlos al amanecer, al atardecer o al amparo de la oscuridad. «Primero uso prismáticos y luego consigo encontrarlos», explica. «Primero hay que identificar su comportamiento y actividades para localizarlos en este tipo de hábitat».
Además de los adorables autillos indios, Shelat ha fotografiado leopardos indios en Rajastán en invierno, tigres reales de Bengala echando la siesta y refrescándose en verano en Madhya Pradesh y Maharashtra, y un gato de la selva escondido en las hermosas praderas de Gujarat.
Algunos de estos animales son difíciles de ver para los inexpertos.
El fotógrafo trabaja de día para un banco ICICI y se dedica a la fotografía de la vida salvaje desde 2014, una pasión despertada por los paseos por la naturaleza.
«Durante mis paseos, solía capturar la belleza de la naturaleza, pero me inclinaba por fotografiar diferentes momentos de aves y animales. Poco a poco fui alimentando mi pasión y empecé a invertir más tiempo y esfuerzo en visitar varios parques nacionales, santuarios y bosques», explica.
Además de la vida salvaje, a Shelat le encanta fotografiar paisajes y comparte su trabajo en Instagram para celebrar la biodiversidad de la India con el mundo. A través de sus oportunas fotografías espera «concienciar a la gente sobre las diferentes especies, mostrar lo hermosas que son y por qué tenemos que protegerlas».
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