Una madre compartió un relato emocional del calvario que vivió con su hijo pequeño para advertir a otros padres, luego que se tragara una pila de botón, un peligro pequeño pero poderoso.
Ashley Méndez entró en Facebook el 5 de marzo y publicó su historia. «La última vez que sostuve a mi hijo de 20 meses y vi sus ojos abiertos fue a las 9 pm del 03/03 cuando lo saqué con mis brazos gritando y llorando», escribió.
El hijo de Ashley, Adrian, fue llevado a urgencias para una cirugía para remover un objeto extraño de su garganta. Inicialmente los médicos sospechaban que el objeto era una moneda de cinco centavos, pero resultó ser algo mucho más grave.
«Empezó como una noche normal», dijo Ashley. «Mi esposo estaba afuera asando hamburguesas mientras yo preparaba la comida (…) en una fracción de segundo nuestra noche cambió, mientras nuestro hijo golpeaba la puerta de vidrio mostrando orgullosamente a su papá lo que tenía en la boca».
El marido de Ashley, Héctor, saltó para recuperar el objeto de la boca de su hijo pero Adrian fue igual de rápido; se lo tragó. Ashley, una enfermera, evaluó a su hijo para detectar signos de asfixia.
Adrian parecía estar bien hasta que, de repente, empezó a llorar, a atragantarse y a vomitar. La pareja llevó a su hijo a emergencias al hospital.
Una radiografía reveló un objeto con forma de moneda en la garganta de Adrian, y el procedimiento de extracción parecía sencillo. «Podríamos irnos a casa esa noche», escribió Ashley. «No es gran cosa».
Pero una segunda radiografía preoperatoria en el hospital infantil cercano reveló un resultado alarmante. Los cirujanos pudieron ver que el «níquel» era, de hecho, una batería de botón. De repente, el pronóstico del niño cambió.
«Inmediatamente me di cuenta», recordó Ashley. «Mi balanza de alimentos. Estábamos pesando nuestra comida mientras cocinábamos y de alguna manera mi hijo se apoderó de ella (…) Recuerdo que mi suegra le gritó y se la quitó. Pero no pensamos en buscar la batería».
El chico fue llevado al quirófano. Después de un procedimiento de dos horas, los padres preocupados recibieron la noticia de que la batería había sido retirada con éxito.
«Los cirujanos se tranquilizaron», explicó Ashley, «la batería se retiró después de 5 horas de ingestión por lo que el daño fue mínimo, pero no sabríamos el alcance del daño hasta la resonancia magnética 24 horas después».
La carga de la pila había contactado con el vaso sanguíneo detrás del esófago de Adrian, perforando un agujero en su garganta. Entonces, los fluidos se habían filtrado en el agujero y causaron una infección. Después de retirar la batería, el niño fue sedado, intubado, y se le dio tanto medicación para el dolor como antibióticos. Ella dijo que estaba en el «mejor final de la ‘horrible tragedia'».
«La vida de mi hijo ha cambiado mucho debido a esta pequeña batería», reflexionó. «Ya no podrá comer o beber por la boca hasta que este agujero sane (…) Estaremos bajo constante vigilancia (…) nuestro viaje no termina una vez que salgamos del hospital».
La Academia Americana de Pediatría estima que aproximadamente 2500 niños se tragan las pilas de botón cada año. Cualquiera que ingiera una pila debe ser evaluado en un hospital lo más rápido posible, pero hay un remedio casero inteligente que puede ayudar a aliviar la gravedad de las lesiones sufridas mientras tanto: la miel.
«Nuestra recomendación sería que los padres y cuidadores den miel a intervalos regulares antes de que el niño pueda llegar al hospital», dijo el Dr. Ian N. Jacobs del Centro de Trastornos Pediátricos de las Vías Respiratorias del Hospital Infantil de Filadelfia. «Ingerir cualquier cantidad de [miel] de forma segura antes de retirar la batería es mejor que no hacer nada».
Ashley tomó la decisión de compartir la historia de su hijo sabiendo que las pilas de botón se utilizan en numerosos artículos de uso diario en el hogar, así como en los juguetes de los niños. «Nunca supe que pasar así algo podía», añadió, «no hasta que realmente sucedió».
«Por favor, comparta esta historia con todos sus amigos y familiares, para que nuestros preciosos niños no tengan que pasar por lo que no solo mi hijo está pasando actualmente, sino también muchos otros niños».
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