¿Conocen a ese amigo bajito al que todos adoran? Bueno, en el mundo animal también existe ese compañero adorable e inesperado, y Haru, un mini toro rechazado por su rebaño, es uno de ellos.
En el corazón de Massachusetts, un diminuto toro se enfrentaba al rechazo y la expulsión de su rebaño por ser un poco… bajito. Pero Haru no perdió su buen carácter y pronto descubrió un nuevo mundo de amor y camaradería en el lugar menos pensado.
Fue un momento digno de película cuando Haru conoció a los cachorros Ashla y Bogani, quienes lo adoraron en el acto. «Corrían hacia él y le daban un montón de besos por toda la cara, saltando y dándole cariño por todas partes», dijo Amber Sullivan-Vo, la afortunada dueña de esta entrañable cofradía.
Haru, de 2 años, se sorprendió un poco ante tanta efusividad, pero rápidamente se deleitó con la atención, agachando la cabeza para recibir más besos. Antes solía pasar sus días en solitario, pero ahora, viviendo con una manada de perros amigables se siente tan a gusto que hasta «parece creer que es un perro!», bromeó Amber.
Esta singular historia comenzó cuando Amber y su esposo, Anthony, buscaban agregar una nueva mascota a su hogar. Tras descartar un mini cerdo, se decidieron por una raza de vaca pequeña. «Buscamos en Craigslist como una broma y nos sorprendió encontrar una», admitió Amber.
Y allí estaba Haru, un Hereford en miniatura de apenas 38 pulgadas de alto, rechazado por sus antiguos dueños al no poder integrarse al rebaño. Haru empezó a vivir en soledad, algo que, según Amber, no es bueno para las vacas.
Para asegurarse de que Haru no fuera agresivo, Amber y Anthony lo presentaron a dos de sus perros entrenados antes de adoptarlo oficialmente. «No parecía especialmente molesto, pero no estaba muy interesado en nosotros ni en ellos», recordó. Unas semanas después, con su nueva casita lista, Haru se mudó con ellos.
(Cortesía de Amber Sullivan-Vo)
Al principio, el mini toro se mantuvo aislado mientras se adaptaba. Pero con algo de paciencia y muchas golosinas, «empezó a salir de su caparazón».
Un año después, Haru se volvió cariñoso e inteligente, y adora tanto a humanos como canes por igual. «Actúa igual que ellos, se junta con todos, olfatea a los perros, pasta con ellos y siempre quiere participar en los entrenamientos», contó la mujer.
Pero sin duda, los más especiales para Haru son los cachorros. Ashla y Bogani fueron los primeros en cautivar su corazón de ternura, yendo a despertarlo por las mañanas y buscándolo para jugar. «Era una amistad tan dulce. Iban a despertarlo; le encontraban cuando estaba pastando; los esperaba junto al porche», recordó.
Y esta conexión única se repite con cada nueva camada de perritos que llega a casa. Haru los espera con la cabeza agachada, listo para recibir besos o simplemente disfrutar observándolos corretear. Una verdadera estampa de ternura que demuestra que las amistades más bonitas a veces surgen de los lugares más inesperados.
«Por favor, no confíe en su perro con cualquier vaca al azar, ya que no siempre son tan amables», advirtió Amber. Pero para esta peculiar familia, estas amistades interespecies son fruto de una combinación de suerte, adiestramiento y excelentes temperamentos. ¡Una lección de convivencia que deberíamos aprender todos!
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